Vuestra discografía siempre ha poseído siempre una fuerte crítica social. Con vuestros últimos trabajos todo se ha convertido en algo más sutil como se puede comprobar en Me pone a cien.
Lógicamente, somos siete años más viejos y no pensamos del mismo modo. Es inevitable. Aquellos eran los años del 15M, había aroma de revolución en el ambiente. Ahora ya empezamos a peinar canas. Tenemos vivencias, se nos mueren personas cercanas, y por tanto, este es un disco con otras intenciones, que lo que hace es revisar o reflejar el impacto del paso del tiempo. Por eso el concepto del álbum es un viaje al futuro. Canciones como Perder el norte o Fundido a negro tienen un mensaje crítico, pero sí, ya es de otra manera. En este disco hay mucha melancolía. En lo musical, tampoco ya queremos tocar igual. Antes queríamos ser más virtuosos. Ahora queremos tener nuestra propia identidad; las canciones no tienen géneros tan marcados.
2038 es lo habéis presentado en formato disco a la vez que un falso documental por capítulos en Youtube, donde entrevistáis a músicos como si fuera el año 2038 ...
Lo interesante, y se puede contar ya, es que todos estos vídeos irán unidos en un único documental largo que incluirá actuaciones en directo. Todo empezó como una broma. Nos dimos cuenta que había que planificarla muy bien, y fue muy duro grabar todo esto en un sólo día, pensando en orientarlo todo de una manera coherente. Pero complicarnos la vida es lo nuestro.
De todos modos, todo este ocultismo y modo ingenioso a la hora de promocionaros es constante en vosotros. El llamado “efecto Rosalía”: cuando se da un exceso de promo a pesar de publicitar un buen producto...
La primera vez que vi a Rosalía supe que, antes o después, llegaría a lo más alto. Es cierto, la promoción en exceso tiene ese peligro. Pero me quedo con el momento personal en que descubres un disco y lo muestras a los demás. En este caso, yo casi pierdo amistades por defenderla... ¿Te imaginas una colaboración? No sé si habría un festival que lo englobase. Un Primavera o un Doctor Music... Pero sin hologramas como lo de King Crimson. ¿Te imaginas un holograma de Freddie Mercury? Seguro que funciona. Pero no puede ser. Teniendo a Adan Lambert que es extraordinario… La música en directo es otra cosa y Queen fue en otra época. Eso no volverá.
Vosotros podéis hablar con legitimidad de Queen, después de haberlos versionado en disco y en directo. Lo que me recuerda a vuestros inicios como grupo de versiones, hace trece años…
Empezamos en 2004 haciendo versiones de Dream Theater, Rush, Deep Purple, Barón Rojo… Fueron los lejanos comienzos entre Carlos Álvarez, Matías Orero y yo. Vivir la 'experiencia de grupo' nos hizo llegar a lo que somos. En temas como Me va a faltar el aire se nota esa orquestación presente en Queen; y es una de las canciones que más han gustado en la historia de Dry River. Hay gente que nos ha dicho que vino a un concierto sólo por esa canción. Creo que le debemos mucho a Queen.
En cada gira, cambiáis de vestuario. Ahora parece que habéis ganado en elegancia, con esos trajes color burdeos
Hasta David Broncano o Miguel Maldonado lo llevan, ojo… Con respecto al color, tuvimos claro que este iba a ser nuestro “álbum rojo”, pero no un rojo tan habitual. Pero primero fue el traje, y luego el color. Creo que el traje hizo al disco.
El disco 2038 fue mezclado por Manolo Tomás en Milenia; un ingeniero de sonido con dos Grammys:
Le conocimos por mediación de Juan Carlos Morcillo, de nuestro estudio de grabación. Es un tío COJONUDO. Como ingeniero de sonido es una super estrella; un fuera de serie. Primero nos planteamos que nos grabara las baterías. Pero también se acordó que hiciera la mezcla. Re-amplificó instrumentos… Hizo muchas cosas. Carlos viajaba a Valencia cada día y conseguimos algo alucinante. Repetiríamos todas las veces que podamos con él, seguro. Podría decirse que algunas canciones no sean tan cautivadoras pero por el sonido que las envuelve, son maravillosas. Y eso se lo debemos a él.
Acabáis de grabar Tiempo gris para un recopilatorio tributo a Asfalto, una banda a la que la historia no ha hecho la justicia que debiera.
Asfalto sigue siendo una banda incomprendida. Siempre decimos “esto en otro país no pasa”. No sé. No sé lo que pasa en la escena de Kazajistán. Que siempre nos comparamos con los ingleses. Pero aquí, muchas bandas caen en el olvido. Asfalto tiene ganado un respeto, pero no a un nivel de Rosendo, que sí está ahí como un símbolo y sí tiene lo que merece. O Barricada, Ñu o Burning. Pero tantos otros que no... Y no sé qué marca diferencia. Mucha gente ha descubierto Asfalto por nosotros, y eso no nos lo podemos ni creer. Y otra cosa; cuando todos estos titanes ya no toquen, si no se les recuerda, ¿qué pasa...?
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