Ken Casey (co-vocalista y antiguo bajista) es el tipo más pegado a la tierra que uno pueda imaginarse dentro de la variopinta escena del rock. No es raro, teniendo en cuenta lo que hace junto a sus compañeros. Lo comprobamos a través de Zoom en una conversación tan distendida como agradable.
Habéis hecho el disco más vitalista y gozoso posible, y entiendo que la idea estaba ahí antes de la pandemia.
Correcto. Y una vez que llegó, aún más que cuando empezamos. Básicamente, nuestro último álbum, aunque no creo que fuera deprimente, estaba sin duda marcado por mucha tristeza por la que pasamos en nuestras vidas. Perdimos a muchos amigos por sobredosis de heroína, así que queríamos que este disco fuera un cambio total. Y luego, cuando llegó la pandemia, nos dijimos que necesitábamos hacer un disco de subidón, porque la gente iba a necesitar una sonrisa en la cara. Ya hay suficientes razones para estar de bajón y no necesitamos añadir ninguna más.
Me pregunto si habéis tenido que sortear dificultades adicionales durante la grabación por los confinamientos y las circunstancias.
Sí, por primera vez tuvimos que usar mucha más tecnología de lo habitual. Ha sido interesante porque creo que nos facilitará la composición en el futuro de cara a las grabaciones. Usamos una aplicación muy sencilla con el nombre de Spire, nada complicada, para hacer maquetas, enseñar ideas y dar forma a las canciones. Y luego, cuando nos metimos en el estudio, tuvimos que ir de uno en uno, y eso sí que es verdad que quitó algo de la atmósfera, pero al final el objetivo mismo creó esa atmósfera. Lo importante era terminar el disco para darle algo a la gente.
“Durante la pandemia nos hemos vuelto a enamorar de la música que tanto nos gusta”
Claro, entiendo que normalmente grabáis todos juntos.
Sí, esto ha sido distinto. Pero cuando llevas veinticinco años en un grupo, a veces lo diferente, un cambio, es bueno (risas).
Habéis confesado también que planteasteis el álbum como un homenaje a la música que os encanta. Hay canciones como “Middle Finger” que tienen un aire inconfundible a los primeros The Pogues. ¿Qué significan para vosotros grupos como The Pogues?
Oh, The Pogues son una influencia enorme. Crecimos en Boston y la música irlandesa estaba por todas partes. Yo pensaba en la música irlandesa más como cosa de mis abuelos, y tenía trece o catorce años cuando vinieron The Pogues. Me quedé alucinado: de repente su música era mi música. Y han sido muy amigos, en 2001 grabamos con Shane MacGowan (ndr: en su tercer disco, “Sing Loud, Sing Proud!”) y nos han llevado de gira. Es bonito cuando los que te han influido se convierten en mentores y luego en colegas.
Pero sí, cuando giras tanto durante el año constantemente, no tienes tanto tiempo para oír música. Y durante la pandemia nos hemos vuelto a enamorar de la música que solíamos oír y que nos gusta tanto. Queríamos homenajear a esa música que nos ha dado tanto a lo largo de la vida, pero también durante la pandemia. Es de lo que habla la primera canción “Turn Up The Dial”: ponte los cascos, sintamos el subidón y pensemos en mejores tiempos o momentos del pasado que disfrutamos mucho.
¿Qué crees que tiene de especial la música irlandesa que levanta el espíritu de esa forma, por más años que pasen?
Creo que cuando puedes usar esa instrumentación maravillosa y meter melodías en el lado más directo, eso le llama la atención a tus oídos. Y en cuanto al estilo de las letras, ese estilo de contar historias de una manera rápida también lo hace. La melodía te atrapa porque hay una belleza, y las letras lo hacen por esa intensidad y ferocidad.
En cierto momento tuviste que dejar de tocar el bajo y te has centrado en las voces. ¿Cómo ha influido este cambio en la dinámica de la banda?
No podía tocar temporalmente porque me operaron de una lesión en el cuello, y dejamos que nuestro amigo de toda la vida Kevin (Rheault) tocara. Siempre que alguno se rompe un brazo, tiene que volver a casa para ir a un funeral o alguna cosa así, entra él. Le preguntamos si quería hacer unos cuantos bolos y nos dimos cuenta de que éramos mejor grupo si yo estaba libre y podía interactuar con Al (Barr). Me podía centrar más en la relación con el público, y Kevin toca mejor el bajo. De modo que, aunque en principio era algo temporal, se ha hecho permanente. Además, creo que las letras y las melodías han sido siempre mi fuerte en el proceso compositivo de la banda. Ya no tengo que parar y decir: “Mierda, ahora tengo que hacer la parte de bajo” (risas).
Musicalmente me ha gustado especialmente “Queen Of Suffolk County”. ¿Qué me puedes contar de ella?
Aquí en Boston las mujeres tienen fama de tener carácter, de ser un poco duras. Hablo de que, cuando era joven y las chicas eran aún más duras, vivían al límite y me sentía casi atraído… Como que estaban locas y eso me gustaba. No creo que las mujeres de Boston se tomen la canción como un insulto, porque dirán “¡sí, es muy cierto!” (risas). Creo que están orgullosas de esa actitud. La canción va sobre la actitud de ciertas mujeres. Y Suffolk County es Boston y algunos alrededores.
¿Hay alguna historia en relación a “Mick Jones Nicked My Pudding”?
Sí, el productor del disco, Ted Hutt, nos contó una historia mientras lo componíamos. Resulta que estaba trabajando en un estudio de Londres –Ted es británico, como Mick Jones y The Clash, por supuesto–, y en el estudio, como en otros muchos, hay una zona común con una cocina y nevera. Ted se había traído un pudin, se lo iba a almorzar, y cuando llegó el momento, se encontró a Mick Jones comiéndoselo. Pero Ted no había puesto su nombre, así que parecía que era para cualquiera que se lo quisiera comer. Y le preguntamos, Ted, ¿qué le dijiste a Mick Jones? Y Ted, que es el tío de maneras más suaves del mundo, nos dijo que empezó a gritarle que lo dejara. “¡Qué haces, joder! ¡Déjalo!”. Y le contestamos: “Ted, ni de coña hiciste eso con Mick Jones”. Pero nunca quieres arruinar una buena historia con la verdad.
Justo después de que Ted nos contara la historia, íbamos a comer y yo me aparté para trabajar en una idea. Así es como hice la canción. Era una broma, pero también uno de esos cuentos de “no conozcas a tus ídolos, no sea que sean un bajón… O se coman tu pudin”. Sin embargo, todo era injusto, porque Mick Jones es, según cuenta todo el mundo, de lo mejorcito que hay. Pude conocerle un poco en los ochenta en un breve encuentro, pero tuve la oportunidad de conocer más a Joe Strummer antes de que muriera y era una leyenda. Estoy seguro de que Mick es igual.
“Creo que en cualquier grupo que llega a esta longevidad hay mucho respeto”
Y eso es algo no tan frecuente… ¿Crees que este disco condensa todo lo que habéis hecho en estos años?
Sí. Creo que recoge lo que hemos crecido como grupo, pero también la energía punk de nuestra primera época. No creo que hayamos cambiado una cosa por la otra, sino que está muy cohesionado. La música captura lo que han sido estos veinticinco años.
La última canción, “I Wish You Were Here”, es un tema lento y melancólico sobre la pérdida. Creo que es la primera vez que hacéis algo así, terminar un álbum de esa manera emotiva.
Sí, es muy diferente de lo que hemos hecho, pero nos dio la impresión de que era el lugar exacto en que tenía que estar. Queríamos hacer un disco eufórico, y lo hicimos con diez canciones, pero con la undécima pensamos que debíamos parar y presentar nuestros respetos a todos los que han perdido a alguien. La canción es, de hecho, sobre el padre de Al. Es un gran homenaje porque era un hombre increíble. Pero también sirve como memorial para todos los que han fallecido, y también para todos aquellos que están separados como los abuelos que no pueden ver a sus nietos, los familiares que no pueden viajar entre países diferentes para verse. Pensamos que era un modo bonito de parar y rendir ese tributo.
Supongo que, con cada nuevo disco, lo que tratas es de hacer el mejor posible. ¿Es más difícil hacer algo fresco e interesante cuando llegas al décimo?
Creo que no se puede forzar un disco. Nosotros nunca lo hemos hecho. En algún momento hemos tardado cuatro años en sacar el nuevo, y con éste han pasado tres o cuatro, pero es diferente por la pandemia. Lo que quiero decir es que si no tenemos las canciones ni la inspiración, no sacamos disco. No tenemos un sello detrás que nos diga que tenemos que sacarlo por contrato. Tenemos nuestro propio sello, y antes de eso estábamos en una independiente muy amistosa con los grupos (Epitaph). La clave es que si no tienes las canciones o la inspiración no puedes forzarlo. Si lo haces, la gente se va a dar cuenta. Obviamente, siempre que sacas un nuevo disco le gustará más a algunos fans que a otros, pero puedo decir que hemos puesto todo el corazón y el alma en todos, que hicimos el mejor disco posible en cada momento. Creo que es la principal razón por la que hemos durado veinticinco años.
“Si la música en vivo no ha vuelto en 2022, es muy mal signo”
Una cifra muy importante y al alcance de pocos. ¿Qué piensas de lo que habéis conseguido en este tiempo?
Estoy muy orgulloso, es de las cosas de las que me siento más orgulloso. Nunca habría pensado en ello antes de conseguirlo. Cuando tenía veinte años no pensaba en estar veinticinco años en un grupo. Y ahora que estamos aquí, no puedes parar y decir “lo hemos conseguido, ¡veinticinco años!”. Creo que en cualquier grupo que llega a esta longevidad hay mucho respeto, y se pone lo personal por encima de lo musical. Creo que nosotros siempre hemos hecho eso. El público con el que estamos bendecidos nos da tantísimo entusiasmo que estos veinticinco años se han pasado en un suspiro. ¡Porque no es un trabajo! Cada vez que te vas de gira, tocas ante la gente y les conoces después del concierto, es lo más emocionante que puedes sentir. Te das cuenta de lo afortunado que eres. Irónicamente, la pandemia, con todo lo horrible que ha sido, nos ha dado la oportunidad de tomarnos el descanso que nunca tuvimos. Jamás habíamos parado de girar en estos veinticinco años. Ahora hemos cargado las pilas y estamos listos para salir de nuevo. ¡Por veinticinco años más! Bueno, quizá quince… (risas).
¿Sabrías decirme cuántos bolos habéis dado?
Yo no, Al sí que lleva la cuenta total. No creo que tenga la cifra exacta, pero estará bastante cerca. Le tengo que preguntar porque... Guardo todas las acreditaciones de los diferentes tours para entrar en las salas. Suelen tener las fechas en la parte de atrás y a veces al leerlas digo: “Dios mío, ¿hemos tocado en todos estos sitios?”.
Aunque la industria ha cambiado dramáticamente desde que empezasteis y oímos música de otras formas, me da la impresión de que lo que más importa al final es la relación entre fans y banda. Y en eso vosotros seguís exactamente igual que en el 96.
Estamos muy en contacto con la gente. Cuando empezamos todo era muy casero: prensábamos los singles, hacíamos nuestras propias camisetas, enviábamos por correo los singles y las camisetas a los que nos habían hecho reseñas en las revistas de punk y los sobres los hacíamos nosotros… Siempre hemos mantenido ese enfoque casero. Incluso ahora, con las redes sociales, estamos pendientes de todo. Después de cada concierto, yo me quedo a hablar con la gente. Y los fans sienten esa conexión, no es sólo la canción que has oído. Me aventuro a decir que en estos veinticinco años le he dado la mano al noventa por ciento de nuestros fans. Eso hace que nos vean como algo personal. Y creo que cuando hay una conexión de este tipo, puedes acompañar a un grupo más tiempo. En lugar de oír una canción, olvidar de quién era, y pasar a la siguiente. Creo que hemos plantado unas raíces fuertes.
Para un grupo como el vuestro ha tenido que ser especialmente duro el parón del directo. ¿Cuándo creéis que volveréis a tocar?
Sí, no ha sido divertido, pero tenemos críos y esto nos ha dado la oportunidad de tener más tiempo de calidad para pasar en casa con la familia, y disfrutarlo. En cuanto a cuándo volveremos a girar… En Estados Unidos, donde puede que haya una recuperación más rápida por las vacunaciones, quizá podamos tocar un puñado de conciertos a finales de año. Y esperamos volver a Europa en el 22. Pero vamos a esperar a que sea seguro y bueno para todo el mundo, en lugar de forzarlo. Te digo una cosa: si la música en directo no ha vuelto en 2022, es muy mal signo para el mundo. Esperemos volver juntos pronto.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.