30 años de trayectoria y ahora anunciáis parada indefinida. ¿Por qué ahora? ¿Qué ha cambiado?
Shèriff: Además de hacerlo antes de que nos coja un infarto, la cuestión era que, para cerrarlo bien, queríamos aprovechar el 30 aniversario, que es una fecha concreta y redonda. Todavía estamos en forma y sonando bien. Por otro lado, lo dejamos porque no hay el volumen de trabajo que había años atrás (otras generaciones, otros grupos) y hay componentes del grupo que no están tan motivados como lo estaban antes. Para ir alargando la cosa y que fuera decayendo, mejor dejarlo en un buen momento.
“Parada indefinida”. ¿Es un eufemismo de adiós definitivo o os marcais un “hasta ahora” a lo LCD Soundsystem?
Shèriff: No. En principio es definitivo. Hay gente a la banda que ya no está tan motivada como antes porque, claro, todos tenemos ya más de 50... Ya no es como cuando eres jovencito y vas tirando... Cada vez cuesta más. Y si hiciéramos 40 o 50 conciertos al año dices ‘dejo el trabajo y me dedico plenamente’, pero no es el caso.
"No salíamos en los medios ni hemos tenido padrinos, pero la gente siempre nos ha acogido muy bien"
30 años al pie del cañón. ¿Cómo se consigue no pasar de moda?
Shèriff: Yo creo que conseguimos una fórmula que ha sido muy popular. No hemos sido un grupo famoso pero sí muy popular. No salíamos en los medios ni hemos tenido padrinos, pero la gente siempre nos ha acogido muy bien.
Jordi Manyà: Supongo que es porque los temas gustan a la gente, sino no hubiéramos durado tanto.
Hay canciones vuestras que son himnos generacionales.
Jordi: En cierto sentido sí. Hay mucha gente que empezó a escuchar música de nuestro rollo con nosotros y nos tienen aprecio.
Fuisteis los primeros en introducir los ritmos jamaicanos en Catalunya y en el resto del estado.
Shèriff: Si no los primeros, sí de los primeros de Catalunya, y del Estado casi también.
Jordi: En aquella época que hicieran ska así purista había muy poca gente.
Shèriff: El que se hacía era un ska más punk, por decirlo de alguna manera, más rápido. Nosotros intentamos copiar un poco el origen del ska, que era el jamaicano con bandas muy extensas. Hacíamos calypso, rocksteady, reggae... Cuando nosotros empezábamos, encontrar discos de este estilo era un trabajo de arqueología.
Jordi: Incluso cuando hicimos la primera gira por Alemania en 1991 la gente se volvía loca porque estaban muy acostumbrados al ska alemán punk y no había ningún grupo que hiciera ska tradicional como nosotros.
¿Y de dónde lo importásteis vosotros? ¿Quienes eran vuestros referentes?
Jordi: Yo entré gracias a Skatalà. Éramos colegas y a través de ellos conocí el ska antiguo.
Shèriff: Yo vengo del mundo de los mods, que ya escuchábamos música negra en general, y a través de algún disco de soul, algún recopilatorio, ya empezaba a aparecer algún tema de ska antiguo. Pero estos recopilatorios muchas veces los tenías que ir a buscar al extranjero también. Hacíamos salidas a Perpiñán y allí, a comprar música como locos. En aquella época hacía poco que habían aparecido The Specials, Madness... El primer revival ska. A través de ellos fuimos a parar a los orígenes. Todo era investigación. No había información... Algún fanzine o cuando te caía un disco en las manos leías que tal músico había tocado con Skatalans. ¿Skatalans? ¿Quién son estos? Y a partir de ahí investigabas... Y te ibas tirando una cultureta.
"Yo creo que grupos con nuestras características hay muy pocos. Si que hay grupos de ska, pero nosotros tocábamos muchos más estilos"
¿Y ahora qué? Parece que se abre un vacío...
Shèriff: Yo creo que es porque grupos con nuestras características hay muy pocos. Si que hay grupos de ska, pero nosotros tocábamos muchos más estilos, desde calypso ska sixties, ska moderno, soul y rhythm & blues, hasta boogaloo... Hemos tocado muchos palos dentro de la música negra. En nuestros conciertos hay una gran variedad porque todo son estilos de música negra, pero varios entre sí. Esto se echará de menos.
¿Creéis que creasteis escuela?
Jordi: Sí. Lo hemos visto. Íbamos a tocar en pueblos de Lleida o Tarragona, y la siguiente vez que volvíamos ya había un grupo local de ska. Hubo un momento que había grupos de ska en casi todos los pueblos de Catalunya.
Shèriff: Muchos grupos que ahora funcionan dicen que han mamado de nosotros. Más que nada el concepto de formación de orquesta pero con el espíritu de un grupo.
Sois banda sonora de diferentes generaciones.
Shèriff: Sí. Es guapo porque al principio, cuando empiezas, te vienen a ver los colegas, los compañeros de trabajo y poco a poco se va ensanchando la base. Nosotros hemos tenido un público muy fiel que habían llegado a montar autocares para venir a vernos. Pasan los años y ahora vienen con sus hijos. Hacemos una música apta de 0 a 99 años, como algunos juegos de mesa.
¿Quién creéis que coge el relevo?
Jordi: Igual a nosotros nadie, porque tocábamos muchos estilos diferentes. Pero vaya, hay grupos muy buenos que vienen detrás. Otra cosa es que enganchen el momento... El momento en que aparecimos nosotros fue como una explosión. Ahora el ska ha vuelto un poco a las catacumbas... Pero sucesores sí que hay y muy buenos.
Shèriff: De entrada el nivel musical ya es mucho más alto que en aquella época. En aquella época los que habían ido a estudiar al conservatorio eran tres o cuatro. Nosotros muchos éramos autodidactas. Ahora hay grupos muy buenos pero a veces les falta un poco de trempera (erección, en catalán).
Todo el mundo sabe dónde habéis llegado pero, ¿cómo empezasteis? ¿Cómo os hicisteis camino al principio?
Shèriff: Fue espontáneo, quizás porque la gente tenía necesidad de ello. Cuando empezábamos a tocar, lo hacíamos con grupos de rock, de punk... Y de repente salían doce tíos al escenario, porque en aquella época habíamos llegado a ser doce, con cuatro vientos y dos teclados.... ‘Hostia, ¿qué está pasando aquí?’, decía la gente. Y encima disfrutaban y bailaban. ‘A estos los queremos más a menudo’. Nos encontramos porque nos gustaba la misma música y coincidíamos en el barrio de Gràcia por los bares... Intercambiábamos música y así nos conocimos. Jordi conocía unos chicos que tenían un local de ensayo. Fuimos allí de piratas a pasar el rato y a hacer las canciones que nos gustaban.
Jordi: Al comienzo no teníamos ninguna pretensión. Era simplemente reunirse para tocar y pasar el rato, eran finales de 1987 y la maqueta es de 1990.
Shèriff: El primer concierto es en 1989 en Sant Boi, en un local de carretera de estos que venían cerámica y enanos de jardín. Lo alquilamos y lo organizamos todo nosotros.
"Cuando grabamos el primer disco la gente ya se sabía todas las canciones que habían ido rulando en cintas grabadas en los conciertos"
En 1990, como decís, sale la maqueta. ¿Qué pasa a partir de entonces?
Shèriff: Entonces es cuando empieza a aflorar todo. Aparece “Latin ska fiesta” (90) el primer LP recopilatorio de grupos de este estilo de todo el Estado.
Jordi: Empezó a haber un poco de caldo de cultivo. Gente que hacía fanzines, programas de radio, conciertos...
Shèriff: Empezaron a haber LP's por aquí que antes no se encontraban en alguna tienda como Demo Récord Share, en la calle Torrent de l’Olla.
En 1993 aparece “Original Vol. I” y en 1996 el bombazo de “Toxic Sons”, que os catapulta.
Shèriff: Sí, porque veníamos un poco del rollo underground y entonces ya empezamos a tocar en fiestas mayores, etc.
Jordi: Pero cuando hicimos esto en 1996 ya llevábamos casi ocho años tocando. Cuando grabamos el primero la gente ya se sabía todas las canciones que habían ido rulando en cintas grabadas en los conciertos. Por eso titulamos al primer disco “Original Vol. I”.
Shèriff: A partir de ahí vino gente importante que quería ficharnos pero venían con unos planes...
Jordi: Nosotros seguíamos siendo un grupo de colegas.. Decidimos hacerlo nosotros a nuestra bola y sacamos “Toxic Sons”, que fue el disco más vendido de Dr. Calypso con más 15.000 ejemplares.
¿Cómo habéis entendido la música estos años? ¿Herramienta combativa o evasiva?
Shèriff: Yo pienso que el estilo que hacemos ya lo muestra mucho. Hacemos una música que empezó a hacerse en el gueto y esto ya es una declaración de intenciones. Aunque hables de la vida cotidiana estás haciendo crítica social pues los que la hacían solían estar jodidos.
Jordi: La música es una buena herramienta de expresión y funciona como altavoz.
Shèriff: pero también hay mucho un ‘voy a pasármelo bien’. Una cosa no quita la otra. Si tú miras los pueblos caribeños, desde Santo Domingo a Cuba pasando por Jamaica, están jodidos en una chabola pero el día que tienen una guitarra y unos bongos, se montan una fiesta. Es saber vivir la vida.
¿Qué ha cambiado desde los inicios como banda? ¿Y en el panorama?
Shèriff: Tenemos mucha más experiencia, sobretodo musical. Ahora estamos a un nivel muy bueno y podemos hacer cosas que quince años atrás no nos atrevíamos porque no sabíamos suficiente. Hemos cogido oficio y esto es nota. Por otro lado, nuestras situaciones personales no son las mismas. Y en el panorama, eran los ochenta, justo después de la muerte de Franco. Un momento que había una explosión de todo, una especie de "libertad" que se notaba. Había mucha pasión, en cualquier estilo, no sólo en el ska. Esto lo echo de menos. A veces ir a ver un concierto es como ponerte el disco a casa.
¿Y ahora qué? ¿Dejáis la música definitivamente o tenéis algún proyecto escondido?
Jordi: Con Shèriff, y más gente estamos montando un grupo de calypso y mento, la música jamaicana que había antes de la ska. Llevamos un año ensayando ya.
Shèriff: Se llamará Lord Shèriff and the Calypo.
¿Qué consejo daríais a una banda que empieza?
Shèriff: La pasión.
Jordi: Que crean en lo que hacen, sea el estilo que sea.
Si tuvierais que escoger una canción, un disco y un concierto, de estos 30 años, ¿con cuáles os quedaríais?
Shèriff: A mí me gusta mucho el disco “Barbarossaplatz” (99). Canción és más difícil... Puede que “The power of the latin soul”, que es un boogaloo. Un concierto, dentro de la prisión Model, donde fuimos a tocar una vez.
Jordi: Disco, quizás el “Toxic Sons” que fue el del bombazo. “Plan 10” como tema, que es como un ska surf, estilo que no se ha explotado mucho... [ríe]. Y concierto uno que hicimos en la plaza Catalunya con Skatalà en las Fiestas de la Mercè y yo tocaba con los dos grupos.
¿Qué es lo que más echaréis de menos?
Shèriff: Son tantos años juntos que somos una familia. Hay un buen rollo bestial. Esto es lo que echaremos más de menos.
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