Existen claramente dos vertiente en tu música. Por una parte, encontramos trazas del post-dubstep y, por otra, de un pop inofensivo y de autor. ¿En qué artistas te has fijado en este último tiempo?
Depende. Cuando compongo una prohíbo a mí mismo escuchar música de otros artistas. Es importante para mí que lo cree sea algo que llega únicamente de mí. Probablemente mi mayor inspiración para este trabajo –aunque siempre ha estado ahí como referencia durante toda mi carrera–, haya sido Björk y su disco ‘Vulnicura’ (One Little Indian, 2015). Admiro muchísimo la honestidad con la que ha compuesto este álbum, cómo plasma en él sus emociones, sus experiencias… Es justo lo que he tratado de hacer yo en ‘Aforger’.
"Hay gente a la que estar contenta le ayuda a ser más creativa, pero no es mi caso. Sentir las emociones a flor de piel es lo que me lleva a sentarme y escribir".
En tus letras hablas de los límites entre realidad y ficción. Concrétanos.
Después de romper con mi novio, tenía la sensación de que ya no sabía qué fue real y qué no durante el tiempo que estuvimos juntos. Cuando descubrí que él tenía una doble vida, empecé a cuestionarme absolutamente todo. Quién era yo, qué podía creer, qué no… Las preguntas se iban multiplicando hasta un punto en el que me costaba distinguir lo que era verdad de lo que no.
‘New York’ es una canción en la que cuentas de la forma más honesta cómo tu relación se fue a la mierda al descubrir que estaba llena de mentiras. En el plano musical, creo que la canción contiene también la tensión y la lejanía que conlleva vivir un acontecimiento como este. ¿Te hace esta exposición sentirte más vulnerable?
Por supuesto, totalmente. Quería ser honesto en todo momento, pero a la vez hay un sentimiento de pudor cuando piensas en que la gente va a oír estas canciones. Ahora solo necesito separarme a mí mismo del álbum de alguna manera y simplemente dejarlo estar, supongo.
¿Se compone mejor desde la melancolía que desde el entusiasmo?
Bueno, hay gente a la que estar contenta le ayuda a ser más creativa, pero no es mi caso. Sentir las emociones a flor de piel es lo que me lleva a sentarme y escribir. Pero luego, muchos se sorprenderían al verme en mi día a día. No soy el típico chico triste que algunos se piensan (Risas). De hecho, me considero un tipo optimista y positivo.
En ‘Binary’ hablas sobre cómo la tecnología ha entrado en nuestras vidas en los últimos años. ¿Te asusta la rapidez con la que estamos avanzando?
Ahora ya no. Crecí en medio de la nada en Dorset [condado al sudoeste de Inglaterra] desconectado de toda tecnología, pero la verdad es que ahora todo lo que tiene que ver con el futuro y las nuevas tecnologías me interesa mucho. De hecho, en este disco exploro la relación que tenemos los seres emocionales con todo este universo.
¿Por qué ‘Aforger’?
Es una palabra con la que expreso la sensación que tengo de mi vuelta a Londres de Nueva York, donde me encontré con mi novio, y descubrí todas esas mentiras. Me llegué a cuestionar incluso si lo que ocurrió allí fue cierto o no. Es como si de momento lo hubiese olvidado todo. Lo de juntar las dos palabras [A + Forget] fue para que leído tuviera la forma de un nombre propio. Me pareció un título apropiado para lo que quería expresar.
En la nota de prensa explicas que ‘1984’ de George Orwell está entre los referentes no musicales de este disco.
Lo había leído hacía mucho tiempo en la escuela. Cuando empecé a darle vueltas a esto de qué es real y qué no, me pareció buena idea volver a leerlo. En él, Orwell explica el concepto de Doublethink, que se parece bastante a lo que me rondaba por la cabeza. Digamos que es la capacidad que tenemos de creer al mismo tiempo dos cosas que se contradicen. Al final, todo el álbum trata más o menos de lo mismo.
Leo que Fabian Prynn vuelve a colaborar como productor en este trabajo. ¿Cuál es exactamente tu papel en la producción de las canciones?
En realidad podríamos decir que es más bien una colaboración. Normalmente el proceso es el siguiente: voy al estudio, grabo en piano o en la guitarra los temas a modo de demos; luego los tocamos juntos y entre los dos vamos eligiendo los sonidos y dándoles forma. Ambos producimos. El hecho de trabajar con él es porque me gusta compartir las ideas con otra persona y tener siempre otro punto de vista. No soy ese tipo de productor que se pone a crear beats o soniditos. Mi manera de trabajar en el estudio es mucho más naif. Al fin y al cabo, yo lo que hago es escribir canciones.
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