El extraordinario “Las horas claras” (Foehn, 22) llega siete años después de “Variaciones” (14), y en cierto modo es una depuración de su fórmula: un trabajo en el que prevalece el tratamiento de su voz, procesada hasta dar con una de las formas más límpidas de su pop ensoñador. Un disco singular y genuino, rara avis en nuestra escena, con el que el músico donostiarra afincado en Barcelona nos invita a guiarnos por la intuición, dejarnos llevar y sentir que nuestros pies apenas tocan el suelo.
Es tu cuarto álbum en dieciséis años. A disco cada cuatro años. Te lo tomas con tiempo. ¿Dificultad para crear, componer y editar, o más bien se trata de que eres un creador concienzudo que no saca nada hasta que está convencido?
Pues la verdad es que es un poco de las dos cosas. Cada día me resulta más difícil sacar tiempo para hacer música, a pesar de que es algo que no quiero dejar de hacer nunca. Por otro lado, me gusta sacar solo cosas de las que esté completamente satisfecho, así que me tomo mi tiempo, sí.
Son cuatro álbumes en tres sellos discográficos distintos. ¿Lo ves como una señal de que cada nuevo disco ha supuesto un giro importante respecto al anterior? ¿O es también síntoma de la precariedad de nuestra industria independiente?
El paso de Discos Primo a Sones fue más bien de un sello amateur a uno más profesionalizado, pero poco después de “Variaciones”, Sones despareció. Foehn es una de mis discográficas preferidas de siempre, por lo que cuando buscaba nuevo sello para sacar este disco la elección de Foehn fue directa. Además, este disco también es el que mejor encaja en su catálogo al ser seguramente mi disco más experimental, de alguna forma.
"Todos los sonidos que se oyen en el disco son exclusivamente mis voces sampleadas o mis palmadas, y no hay ningún otro instrumento"
Entiendo también que nunca te has planteado la música como una ocupación profesional, que ya tienes bastante con tu trabajo a jornada completa. Sí que creo que la has llevado al directo, has hecho conciertos. Pero no sé si tienes pensado hacerlo con este disco.
Con respecto al directo, sí que he tocado con los discos anteriores, pero este disco es muy difícil de llevar al concierto, no se puede tocar con banda realmente. Estoy valorando la posibilidad de hacer algo con visuales de modo que enriquezca la experiencia del concierto, pero es muy probable que quede en un disco sin directo. Para mí lo importante siempre es el disco, el concierto es algo totalmente secundario. En cuanto a lo primero, en realidad nunca me he cerrado a vivir de la música, lo que sí que me he cerrado siempre es a cambiar un solo acorde o una sola línea de la letra para poder vivir de la música. Para mí hacer música es algo muy especial, es como una especie de templo que quiero mantener siempre puro o algo así, y lo cierto es que nunca he aspirado a vivir de ello. Pero obviamente, si pudiera vivir holgadamente de mis discos sin tener que tocar en directo, lo haría encantado. Pero eso hoy en día es algo casi imposible.
¿Qué es lo que te atrae tanto de este formato electrónico? Por un lado, reconoces que puede resultar frío, a priori, pero aquí no lo parece. ¿Es la mejor forma de transmitir emociones hoy en día, al menos para ti?
Bueno, en realidad técnicamente este disco al estar hecho solo con voces es completamente orgánico. Es el concepto fundamental del disco. Es decir, no lo considero frío sino todo lo contrario: quizás no está bien explicado en la nota de prensa. Lo frío, al menos conceptualmente, me parece hacer canciones solo con música electrónica, sin ninguna componente orgánica que la humanice. Todos los sonidos que se oyen en el disco son exclusivamente mis voces sampleadas o mis palmadas, y no hay ningún otro instrumento. Sin embargo, el proceso de creación de las canciones es el mismo que el de la música electrónica: uso un teclado controlador midi para, en vez de tocar sintetizadores, poder lanzar mis voces. Estas voces debidamente tratadas y modificadas parecen sintetizadores, pero en realidad son siempre mis voces. Y de hecho son siempre los mismos treinta y siete samples originales: uno por cada nota a la que puedo llegar a afinar con mi voz.
Entiendo que Dotore siempre ha sido un proyecto unipersonal, y cada vez lo es más.
Dotore es como me llaman mis amigos de toda la vida, así que este proyecto es unipersonal desde el origen. Lo que pasa es que en el segundo y tercer discos me rodeé de músicos buenísimos como Havard Enstad, Iñaki Irisarri o Guillermo Astrain para llevar las canciones a otro nivel. Efectivamente, este disco lo he hecho yo solo con un ordenador. Tengo un pequeño estudio en casa pero odio hacer música en el estudio, y diría que el noventa y nueve por ciento de la música que hago la hago con el portátil en cafeterías, en la terraza, en la cama, en el monte, en el coche, etcétera. incluso las voces cantadas (las que tienen letra) las he grabado con equipo de sonido profesional pero portátil y las he grabado en todo tipo de sitios. Esta libertad que da esta forma de trabajar compensa para mí la pequeña pérdida de calidad que puede haber con respecto a hacer las cosas en estudio tradicional.
¿Es así de unipersonal por decisión propia o también (aunque sea en parte) por las circunstancias?
Este disco es unipersonal porque este proyecto de hacer un disco exclusivamente con voces y palmas era algo que tenía ganas de hacer desde hace muchos años y me encajaba muy bien con el momento que vivía, pero puede que vuelva hacer música con otros músicos de nuevo en el futuro.
"Me gusta la música africana, de hecho estuve viajando constantemente a quince países africanos y viviendo temporadas en algunos de ellos durante unos cuantos años por trabajo"
Asumes la influencia de Arvo Pärt, Steve Reich y Brian Eno. ¿Son músicos que has descubierto de forma reciente? Lo digo porque en tus primeros discos, muy diferentes, no se veía tan claro. Quizá algo más en el anterior, “Variaciones”, pero se podría decir que aquí profundizas en esa senda.
Pues Arvo Pärt y Steve Reich son referentes para mí desde antes incluso de sacar mi primer disco, y de hecho en “Los veranos y los días” (10), que es un disco que aparentemente está muy alejado de estas músicas, ya metí dos sampleos de estos dos músicos. Pero estoy de acuerdo que en estos primeros discos no era nada evidente.
Creo que el sentido de la repetición, como si las canciones fueran mantras que van calando poco a poco, está muy presente en el disco. ¿Lo ves así? ¿De qué modo ayuda a transmitir lo que quieres?
Sí, es que yo diría que la repetición es algo totalmente presente en todos mis discos, quizás incluso el aspecto que más conecta a todos ellos, que son aparentemente tan distintos entre sí. En este disco quizás es aún más evidente.
¿Hay alguna influencia de la música africana, al modo en que la asumían Animal Collective, o es una rayada mía?
Me gusta la música africana, de hecho estuve viajando constantemente a quince países africanos y viviendo temporadas en algunos de ellos durante unos cuantos años por trabajo. Pero creo que lo que puede recordar a la música africana es sobre todo el carácter cíclico y repetitivo de la música africana, que es precisamente una de las cosas que ha atraído siempre a muchos músicos del minimalismo como Steve Reich. Pero no considero que la música africana sea una gran influencia para mí la verdad.
"Siento que hacer música me conecta con el lado mágico de las cosas, por decirlo de alguna manera"
Tengo la sensación de que es un disco, en cierto modo, escapista. De evasión. Y me gustaría saber hasta qué punto es la música para ti eso, una forma de evadirte de la realidad. O incluso una terapia, que también podría ser.
Yo creo que otro aspecto común a casi todas mis canciones sí que puede ser el aspecto ensoñador o impresionista, así que de alguna forma sí que podría considerarse evasión. Pero no considero hacer música una terapia, ni una forma de evadirme de una realidad que no me agrada. La verdad es que me gusta mucho mi realidad. Pero sí que considero que hacer música es una forma de mirar a la vida de otra forma, de una forma menos objetiva y menos predecible. Siento que hacer música me conecta con el lado mágico de las cosas, por decirlo de alguna manera.
Aprovechando que el otro día me comentaste que tienes un hijo recién nacido, y no sé si es el primero. ¿Es “Primera luz” una suerte de oda a la paternidad, como si estuvieras hablando de su primera luz?
Sí, es mi primer hijo. Pues “Primera luz” no está hablando de él, aunque perfectamente podría haber sido. Sin embargo, sí que está en parte inspirada en él la canción “Ya está aquí”. El estribillo repite varias veces “Nilo ya está aquí”. Mi hijo se llama Nilo, y la estaba terminando justo pocas semanas antes de que naciera.
También me gustaría saber en qué medida la paternidad ha podido influir en tu concepción de la música. O en tu forma de proyectarla.
La verdad es que la mayoría de las canciones ya estaban hechas o muy enfiladas para cuando él nació, así que no diría que haya influido tanto.
Me ha llamado mucho la atención la letra de “El sur”, sobre todo un par de frases: “a veces clarificar demasiado no merece la pena” y “cada vez me gusta menos salir”. ¿Pereza ante los pifostios que se crean en las redes sociales y pereza ante una vida social que ofrece cada vez menos alicientes?
Por lo que veo no se entiende muy bien esa frase porque la letra de “El sur” dice en realidad “a veces planificar demasiado no merece la pena”. No lo veo como pereza ante las redes sociales (aunque prácticamente estoy desaparecido en ellas) ni ante la vida social, sino simplemente una apología del quedarse en casa con tu pareja, tomar un vino y disfrutar cada vez más de esos momentos. Pero me encanta salir y ver a mis amigos.
“Todo el mundo debería hacer su propia música”. ¿Es irónico o crees de verdad que bajo cada persona puede haber un creador?
Esta canción es una especie de revisión de “Make Your Own Kind Of Music”, de Mamma Cass Elliot. No lo digo en plan irónico, para nada. Creo que la gente tiene demasiado miedo al “qué dirán” en general. Hacer cosas creativas es algo muy liberador y deberíamos hacer todos más cosas, por el placer de hacerlas.
“No tengas miedo”: ¿va dirigida a alguien en concreto? ¿Hace referencia al miedo que impera en nuestra sociedad respecto a tantas cosas?
Se trata simplemente de una frase potente y sugerente, desde diferentes perspectivas. Me encantan las canciones en las que hay una sola frase potente y se repite constantemente, es algo que uso mucho.
“Arugam Bay”. ¿Has estado allí? ¿Sirvió como inspiración?
Sí, está en Sri Lanka, es un sitio maravilloso, y un pequeño paraíso del surf. Mi mujer y yo nos reímos muchas veces porque la canción no refleja en absoluto el feeling que da ese lugar. Esta canción es tirando a oscura y el sitio es lo más luminoso que te puedas imaginar.
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