¿Dirías que “Futuros imposibles” es un disco especialmente melancólico o nostálgico? Es algo que, en principio, puede intuirse desde el mismo título.
La melancolía o la nostalgia es el deseo de que una pasado que tú recuerdas glorioso no muera o regrese, pero yo diría que “Futuros imposibles” es la asunción de que todas las cosas en la vida son un ciclo y, por lo tanto, tienen que terminar. Tienen su desarrollo, su apogeo y después terminan. No es, por tanto, una mirada nostálgica a ese pasado que nunca volverá, ni a ese futuro imposible, sino que, en muchas canciones, flota la idea de que tenemos que asumir que las cosas terminan y debemos quedarnos con el buen recuerdo que nos hayan dejado esas cosas. Cuando las cosas terminan, podemos hacer una mirada amarga al pasado o, a cambio, centrarnos en recordar los buenos momentos brindados por esa persona que ya no está. Es así como nuestra mirada al pasado pasará a ser mucho más madura. Es un disco de duelo, eso sí, pero no melancólico.
¿Cuánto de autobiográfico hay, entonces, en este disco?
En los últimos tres años de mi vida me han pasado muchas cosas buenas y también algunas malas, y he volcado mucho de mi biografía en estas letras. Creo que es un álbum que va a conectar con muchas personas porque habla de cosas que nos han pasado a todos. Hay dos canciones dedicadas a mi ruptura con Belly que son “Algo especial” y “Por ti” que es ella la que, por primera vez, canta. Es bonito porque hablamos de lo mismo desde dos perspectivas diferentes, y creo que al público le va a gustar. Estaba cansado de las canciones de ruptura con rencor. Desde el dolor y el duelo, intenté buscar la salida por el lado positivo. Puedes escoger si los recuerdos te afectan positiva o negativamente. Esto va en contra de la moral cristiano/católica, que nos ha enseñado a llevar encima la cruz del sufrimiento y a llorar cuando las cosas terminan. Prefiero apuntarme a la filosofía de George Harrison de que todo tienen que pasar (“All Things Must Pass”).
"Podemos estar orgullosos de haber hecho una trayectoria muy fiel a nuestros principios"
¿Es, así mismo, un disco basado en hipótesis? En lo que pudo haber pasado y no pasó... En ese sentido, casi podría entenderse como un álbum temático en torno a ese argumento basado en premisas.
Totalmente. No diré que es un álbum conceptual, pero sí que es un álbum que tiene una idea flotando y un espíritu común a todas las canciones. En griego antiguo, la palabra “crisis” implicaba una oportunidad: se ha cortado este camino, tengo la oportunidad de moverme en otra dirección. El concepto de “Futuros imposibles” habla exactamente de eso. Casi todas las canciones del álbum, que son autobiográficas, hablan de procesos que se han visto interrumpidos por rupturas sentimentales o por el fallecimiento de alguna persona cercana, de tal manera que los futuros que se habían proyectado ya nunca será posible materializarlos. Pero la idea final del álbum es que, por cada futuro imposible, la vida nos abre otros futuros posibles. Creo que es una actitud positiva que nos puede ayudar a ser más equilibrados y felices. Por cada puerta que se te cierra en la vida, cuando levantas la vista, te das cuenta de que hay diez más a tu alrededor. Más que la tragedia de la vida, yo me apunto a lo llamaría danza de la realidad. Prefiero que se vaya moviendo el suelo líquido bajo los pies y que no sea todo tan aburrido.
¿Cómo te gustaría que todo esto se proyectase sobre el oyente? ¿Qué sentimientos o sensaciones os gustaría levantar en el receptor?
Me gustaría que calara este mensaje que te comento y poner sobre la mesa la idea de que no debemos tener miedo a que las cosas terminen. Cuando no tienes miedo de que las cosas se terminen, por ejemplo, no tienes celos o disfrutas más de la compañía de esa persona, porque sabes que su compañía es algo finito. Me gustaría que esta idea de que las cosas tienen sus ciclos y que debemos de aceptar que, tarde o temprano, deben terminarse no nos bloquee, sino que nos impulse a vivir. Parece una paradoja, pero en realidad es un motor de vida, aunque a veces sea políticamente incorrecto y te puedan acusar de frívolo.
¿Cuáles son, en términos de sonido, las principales diferencias entre este álbum y todos los anteriores? ¿Dirías que hay algo absolutamente inédito en “Futuros imposibles”?
Seguro que hay al menos tres canciones que, por su morfología, nunca han formado parte del universo Dorian hasta ahora. Una es “Solo el cielo”, que está basada en arreglos fundamentalmente vocales con efectos de vocoder y auto-tune y unos tipos de reverb muy determinados. Por su parte, “Elegía” es un tema fundamentalmente acústico y más íntimo que emparento con el folk de artistas alternativos que admiramos mucho como Bon Iver, Elliott Smith o Syd Barret. Y “A cámara lenta” es novedad porque es una balada y nunca habíamos hecho un downtempo así.
En el disco contáis con las colaboraciones de Santiago Motorizado (“El Sur”), Rafa Val de Viva Suecia (“Lo que recuerdo de ti”) y Daniela Spalla (“A cámara lenta”) ¿Cómo surgieron cada una de ellas?
Mientras estaba componiendo “El Sur” tuve muy claro que esta canción era para Santi. Para nuestra sorpresa (porque él no suele hacer colaboraciones) nos respondió que sí y la bordó. En el caso de Rafa Val, resulta que esa épica tan bonita de la canción de la va como anillo al dedo. Queríamos una interpretación muy emotiva para esta canción, y había que cantarla con mucha fuerza, pero también sensibilidad. En el álbum también queríamos una cantante femenina que tuviera fuerza, y me gustaba la idea de hacer con Daniela Spalla este dueto a cámara lenta, un poco al estilo de Serge Gainsbourg y Jane Birkin. Las tres elevan el nivel del álbum.
A estas colaboraciones sumaríamos la de la propia Belly poniendo voz a “Por ti”.
Hacia años que se lo pedíamos porque tiene una voz muy bonita y espero que sea la primera vez de varias. Belly no es una cantante técnicamente sofisticada, pero tiene una voz muy bonita, sensual y particular. La historia del pop está llena de este tipo de voces femeninas que, sin ser normativas son tremendamente sensuales, como Nico. Se lo llevábamos pidiendo por lo menos dos discos, pero no había manera. Y es muy bonito que en el relato que estamos tratando de trasladar en el disco, ella tenga su canción de réplica.
"Lo que nos distingue es que los grupos de nuestra generación creímos que podíamos tocar igual que los grupos que venían de fuera"
Veinte años ya en activo para Dorian ¿Cómo ves vuestra trayectoria en perspectiva?
Podemos estar orgullosos de haber hecho una trayectoria muy fiel a nuestros principios, que es muy fácil de decir, pero no tanto de hacer... porque el diablo llama a menudo a tu puerta y no es fácil darle portazos. Hemos sido fieles a nuestro sonido, con una evolución muy intuitiva, creciendo como artistas dentro de nuestro propio marco. Estoy muy orgulloso y por el camino hemos ido dejando canciones que le siguen importando a mucha gente. Eso nos hace felices, sobre todo en una época en la que todo es tan efímero y las bandas duran media temporada.
Y siempre con la misma formación, que es un logro añadido.
Me siento muy orgulloso de mi banda, porque, como los largos matrimonios, hemos tenido conflictos y discusiones, pero aprendimos a solucionarlos pidiendo perdón y perdonando. Hemos aprendido a ser mejores personas gracias los unos a los otros. Seguir con estos compañeros después de tantos años es un privilegio. Es un bonito mensaje que transmitir a la gente.
Cuando dices que el demonio ha llamado varias veces a vuestra puerta ¿A qué te refieres?
Nos han intentado cambiar el sonido. También hemos dicho que no a marcas muy importantes de ropa y de coches porque no nos gustaban las campañas que nos proponían. No nos gusta cómo ciertas marcas trabajan con niños y con países del tercer mundo. Hemos dicho que no a dinero y campañas por ética. Cuando tienes la fuerza para poder decir que no, te vas a la cama muy tranquilo.
Hay un elemento determinante en Dorian: una personalidad artística muy reconocible. Creo que eso es un activo complicado de conseguir y ciertamente valioso.
No he sacado discos en solitario porque creo que Dorian es la suma de todos sus elementos. Sería imposible llegar al mismo resultado sin la suma de Belly, Bart y Lisandro. De alguna manera, entre todos creamos este sonido que sale de forma muy natural. El sonido Dorian es algo con lo que nos fuimos encontrando desde el principio: esa mezcla de indietrónica de nueva ola, de guiños al pasado pero con los pies en el presente, con letras existencialistas y guitarras afiladas. Desde entonces lo hemos ido desarrollando, mientras el grupo se volvía más profesional pero mantenía esa esencia.
¿Crees que en los dosmiles fuisteis uno de los grupos claves en redefinir los cánones de lo que ahora es escena indie nacional, con su circuito de festivales y llegando a un público muchísimo más numeroso que, digamos, aquella hornada previa en la que estaban Los Planetas, Sexy Sadie o El Inquilino Comunista?
Lo que nos distingue es que los grupos de nuestra generación creímos que podíamos tocar igual que los grupos que venían de fuera y podíamos sonar igual de bien. Y nos pusimos a trabajar en ello para conseguirlo. Nadie nos ayudó mucho al principio. Hablo de Sidonie, Love Of Lesbian, El Columpio Asesino, Vetusta Morla o We Are Standard. Grupos que tuvieron la ambición de intentar cantar bien y esforzarse por sonar de puta madre. Eso no estaba tan presente en los noventa, mientras que sí que lo estuvo en algunas bandas de los dosmiles. Y cuando estas bandas empezaron a sonar bien en disco y en directo, encontraron automáticamente un amplio público que estaba deseando escuchar música en español. Tenemos que sentirnos orgullosos de toda esta generación de bandas que, desde mi punto de vista, es tan importante como la surgida en La Movida de los ochenta, aportando cultura a nuestro país y ensanchando los límites de la cultura independiente. Y en ese logro, no me olvido de la inmensa labor que habéis hecho los medios ni del valor de los programadores de esos festivales que han sido levantados desde la nada.
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