DORA me recibe en pleno rodaje del videoclip de “Confesión”. Admite que lleva muchas horas despierta, pero ni rastro de cansancio en cuanto nos ponemos hablar de su nuevo álbum. Aunque tiene veinte años recién cumplidos, lleva en esto de la música, según su primera cover de YouTube, más de diez. Desde esa versión del “Diamonds” de Rihanna, con un Diego Postigo que hace de claqueta, guitarra y padre a la vez, ha publicado más de una decena de singles y un EP, pero es ahora cuando por fin ha tenido “tiempo de expresarse”. “Por fin he podido hacer algo más compacto. ¡Me siento como a punto de parir!”, expresa sonriente.
Lleva haciendo entrevistas y frecuentando el estudio desde que llevaba el uniforme del colegio, y aunque esa doble vida a lo Hannah Montana ya no es tan frenética, DORA no para quieta. Con solo deciros que acaba de lanzar su primer álbum y ya está escribiendo el segundo… “Mis semanas se dividen en escribir para el segundo disco, preparar la gira y ojalá algún proyecto también de acting, pero ya se verá”. Y es que a “cantante, compositora y modelo”, se suma la credencial de “actriz”, con su papel de protagonista en la película “Rainbow” (22) de Paco León.
“No he tenido que pegarme unas hostias que flipas con un contrato de mierda”
Con tanta etiqueta en su Wikipedia, me intereso por su capacidad de compaginarlo todo y soportar mentalmente la presión. “Yo siempre he sido muy pasota en cuanto a la industria musical”, comenta relajada. “Tengo mi discográfica, que monté con mi padre. Tuve la suerte de que él ya ha vivido mucho ese sector […]. No he tenido que pegarme unas hostias que flipas con un contrato de mierda”. DORA es consciente de que crecer rodeada de profesionales de la música (el clan Bosé-Postigo) “es uno de los mayores privilegios” que se puede tener. Pero “A flor de piel” no es un disco trabajado como un mero producto. Es el inicio de un objetivo claro en la vida de la madrileña. “Quiero seguir haciendo música toda la vida”. Y ese fin pasa por crecer, que es precisamente el eje de este elepé. “El proceso de crecer es muy sensible, y el disco habla todo el rato de ello”, indica. Ni el sonido ni la actitud son los mismos que antes, pero ella sí lo es, y señala que “más que una ruptura, [el álbum] es una evolución. Al final, no dejo de ser yo, y nunca voy a renegar de lo anterior”. De ahí también ese título, literal y poderoso: “’A flor de piel’ suena como que estás muy sensible: lo notas todo el triple, pero a la vez te pueden joder mucho”. La portada, en la que aparece DORA con un velo tapada en la parte trasera de un cuadro, es la representación de cómo está metida en uno “como el arte y el artista”. Si haces zoom verás también unos detalles de color rojo. “Son gotas de sangre: el disco tiene mucho, mucho desgarre. Incluso en el tema más popero te habla de un desamor tremendo. Me he abierto el corazón y estoy dándolo en mano”.
Empiezo a entender la relación entre esa ausencia de prejuicios, la crudeza y los giros de estilo en sus temas. Sus pistas son impredecibles, siempre juguetonas y serpenteantes, pero nunca, nunca iguales unas a otras. “Cada una de mis canciones es un mundo y eso lo asocio un montón al proceso de crecer. Si tú me preguntas con un mes de diferencia que cómo me identificaba, que quién era, cómo me gustaba vestirme, el pelo… ¡Todo cambia!”. Si no me creéis comparad “Cuando no estás” – que es quizá lo que Thom Yorke habría creado de haber nacido en Malasaña – y “Camino a Roma”, en la que colabora con Maria Arnal. Un fundido de ambient y post rock compuesto para su hermana menor, Roma, que forja la única colaboración del disco. “A mí siempre me cuesta mucho trabajar con otros artistas, pero esta no es la colabo típica”. Confiesa que es el único tema en el que veía una alianza con otro artista, pese a ser probablemente el más personal. También hermana mayor, cuenta la forma en la que María conectó al instante. “Lo abarca de una manera que no hace falta ni que te suelte una frase […] Yo lloré la primera vez que lo escuché”. Y de afecto familiar pasamos a una carta de amor a un dibujo animado. Sí, de eso va “Marceline”. La vampira de “Hora de Aventuras”, aunque parece oscura y distante, es sensible, vulnerable y, para DORA, una figura que supuso gran impacto de niña. “Creo que fue el primer shock de ver a un personaje con el que me identificase tanto”, un personaje que tiene cierta oscuridad, pero, al mismo tiempo, mucha luz en un mundo tan colorido y diferente a ella. “Yo me enamoro todos los putos días, y es una cosa que me agota. Me enamoro no solo de los hombres, sino de todos mis amigos, de mis amigas, de gente que conozco”, y, por supuesto, se enamoró de Marceline. De ahí esta declaración en forma de canción. Tanta pasión no se va a quedar en nuestros auriculares, claro está. “A flor de piel” girará por Londres, París, Madrid, Barcelona y San Sebastián (“¡y muchas más por confirmar!”) y DORA promete: “El directo va a ser un viaje. Habrá mucho baile, mucho feeling”.
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