Como al prolífico Will Johnson no le basta con dispersar su ingente repertorio entre Centro-matic y el intimismo folk de South San Gabriel, ahora se despacha en una jugada de dos por el precio de uno, que comporta la edición conjunta, en un doble CD, de los dos nuevos trabajos largos de ambos proyectos. Ni que decir tiene que el resultado, “Dual Hawks”, con sus matices, no se resiente en lo más mínimo.
La primera cuestión que a uno se le viene a la cabeza es tan obvia como constatar que, por vez primera, Johnson se ha decidido a editar un álbum que engloba a sus dos proyectos fundamentales. “Era el momento de editar algo que se saliera de lo convencional, algo importante a la vez. Creo que las dos bandas están en un momento en el que ambos discos, con sus diferencias, encajan muy bien el uno con el otro. Espero que ilustre por qué somos dos bandas, y que la gente vea la razones y las diferencias. Al fin y al cabo, llevábamos tiempo queriendo sacar un álbum doble, y esta es una buena forma de hacerlo. Y asequible para fans”.
Vamos, que la esquizofrenia de llevar adelante dos proyectos a la vez que se solapan en cuestión de segundos, tanto sobre el escenario como en el estudio, se lleva ahora a la máxima expresión. “Puede que me haya acostumbrado ya a ese comportamiento algo esquizofrénico, porque ya ni me doy cuenta. La música va sobre dinámicas y sentimientos compartidos, tanto con los músicos como con la audiencia. Y eso es lo más importante, independientemente de la formación que me acompañe. Por eso me resulta muy fácil cambiar de registro. Lo hemos hecho durante tanto tiempo que creo que ya no seríamos felices si no cambiáramos el decorado sobre la marcha. Lo mismo ocurre a la hora de escribir: primero escribo y luego decido a qué proyecto va a parar la canción. Si lo tuviera decidido de antemano, repensaría tanto el tema que acabaría matándolo, matando la canción. Y si el tema está entre dos aguas, lo discutimos entre nosotros para decidir dónde acaba”.
Entrando de lleno en sus surcos, da la impresión de que lo nuevo de Centro-matic suena más pop en sus melodías, con mayor protagonismo de los teclados y menos elaborado. Al tiempo que con South San Gabriel se podría decir que, inclinándose por todo lo contrario, apuesta por una mayor complejidad en los arreglos. “El de Centro-matic es más espontáneo y menos planificado que ‘Fort Recovery’. Muchas de sus canciones fueron grabadas el mismo día en que se escribieron. Y queríamos que fuera así, un retorno al crudo y desacomplejado sonido de algunos de nuestros primeros discos. Esa idea nos obsesionó. Sobre South San Gabriel, es cierto que es menos desnudo. Fueron sesiones más metódicas y con mucha más gente implicada. Nos llevó más tiempo”.
"Todo el mundo busca lo sucio, y cuanto peor y más sucio, más atención se le presta"
¿Habrá contenido extra pendiente de ver la luz, al estilo de “Operation Motorcide” (07), el mini-álbum de excepcionales deshechos de las sesiones de “Fort Recovery”? “Sí, tenemos material extra que seguramente editaremos más adelante”.
En los últimos tiempos, y de entre todos los referentes que se manejan a la hora de encuadrar la faceta más eléctrica de Will Johnson, hay una cuya sombra es recurrente: Neil Young. ¿Agobia tanta insistencia? “La verdad es que no. Ha sido una referencia innegable, y no me voy a ofender porque me comparen con él. Aunque creo que nosotros tratamos de labrarnos nuestro propio caminito en este gran bosque musical en el que sobrevivimos”.
Las respuestas de Will Johnson son siempre mesuradas, afables pero exentas de inmodestia o pirotecnia verbal. Cualquiera que haya tenido ocasión de charlar con él o verle en directo se dará cuenta de que está ante un tipo absolutamente normal, aparentemente sano -en todos los sentidos-, sin superávit de carisma ni una biografía prolija en episodios turbios. En resumen, una figura exclusivamente apetecible en lo musical, alejada del filón morboso que colegas como Mark Lanegan o Micah P. Hinson -por citar sólo a dos- pueden deparar en tiempos en los que los perfiles problemáticos suelen cotizar al alza ante la prensa. “Todo el mundo busca una historia detrás, un drama. Da igual lo buena que sea la música, cada vez se utiliza más todo lo que hay detrás para vender más. Es la naturaleza humana, y explica por qué los programas basura de televisión existen en nuestra cultura. Todo el mundo busca lo sucio, y cuanto peor y más sucio, más atención se le presta. Es algo que se remonta a Shakespeare, tío, y más allá. El otro día un chaval de ‘American Idol’ (el “O.T.” yanqui) tuvo que ir al hospital tras su actuación. Te garantizo que casi nadie recordará qué canción estaba cantando, ya ni hablemos de que él no la escribió, pero todo el mundo sabrá lo que le habrá pasado tras ponerse enfermo. Yo soy un tipo con buen carácter que quiere a sus amigos y me gusta ponerme un poco borracho de vez en cuando y conducir por el campo escuchando música, pero como periodista te daría más juego si viviera en una cueva, haciendo grabaciones caseras dentro de un conducto subterráneo de agua y vendiendo cuchillos y melocotones para vivir. ¡Y encima enrollándome con Amy Winehouse! Bueno, puede que para el próximo disco…”.
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