Supernafamacho es la personificación de la destreza rimada en esdrújulas y consonantes imposibles; Kamikaze, el claro ejemplo de cómo convertir una tara en ventaja; Mucho Mu, la comunión perfecta entre chulería y flow -duende; Frank T, la voz adecuada para decir gravemente que están pasando cosas graves; Chojín, la veloz adecuación de la rima en tiempos de hipervelocidad y El Meswy... bueno, El Meswy es el brazo político del hip hop nacional. Me gusta más escribiendo que articulando su discurso, pero reconozco que el de Alcorcón sigue creciendo día a día, disco a disco. Poeta Violento desde siempre, Meswy ya sublimó esa productividad desbocada en su primer largo en solitario “Tesis Doctoral” (Zona Bruta, 98), y ahora, desde Nueva York, nos habla de cómo vive un rapper foráneo en la Pangea del género. “La verdad es que influyeron muchas cosas a la hora de venirme para NY, pero la fundamental es el atractivo de un nuevo reto al plantearme nuevas metas y sueños que una vez, hace diez años, ya me planteé y, posteriormente, logré en España. Poner el hip hop español una vez mas en el mapa, esta vez en la primera división del hip hop internacional me parece un reto difícil y superinteresante”.
Me sorprende agradablemente su predisposición al diálogo, su cuidado al contestar, su análisis esperanzado y con la vista puesta en el futuro de este nuevo disco. Más colorista en las bases, igual de turbio en los textos. “Creo que dentro de tres años se percibirá un nuevo cambio. Si no hubiese cambios no habría autosuperación, y esto es algo que nos hace crecer no sólo como personas, sino como artistas. Los textos siguen siendo duros... no sé si lo dices por mí o en general. Si lo dices en general, creo que hay de todo, si lo dices por mí, creo que hay de todo. Pero si hay que ser duro rimando, ya sabes, más que un codo”. No lo dudo, no creas. Algo que tampoco ha cambiado es su particular cruzada contra el uso de todo tipo de sustancias psicoactivas. A mí “Kool Kain” me suena a alegato abstemio, pero él no está en absoluto de acuerdo. Menos aún cuando le sugiero que su mención a la Zulu Nation (incluida en las notas del libreto) puede pasar por trasnochada. “Si has escuchado la canción te darás cuenta que simplemente he personalizado y dado voz a la cocaína. Quizá es verdad que cause mas de una pataleta al exponer esta realidad. Respecto a la Universal Zulu Nation no hago ninguna alusión en la canción, aquí creo que has patinado macho. Pero, por si acaso, no soy ningún nostálgico, me encanta mi presente y aún más mi futuro. La Zulu todavía existe y actualmente me parece un poco triste. Ya tuvo su momento. Me parece triste ver a niñatos de quince años poniéndose hasta el culo simplemente porque sus héroes lo hacen. ¿Que nivel de madurez y responsabilidad puede tener un niño de catorce o dieciséis años a la hora de hacer drogas? Ninguno, es simplemente un imitador social”. Precisamente lo social y lo político ha sido siempre el común denominador en sus escritos. Pero el autor de “Ven” y “El Desheredado” parece más interesado ahora en dar a conocer (queda patente en los agradecimientos del disco) su postura, digamos, espiritual. Un apartado este en el que, a mi modo de ver, se parapeta tras ítems habituales en la tradición cristiana (“las personas que hacen mal a otras sufrirán en esta vida de una manera o de otra”) aunque localizando ese quimérico reino de los justos en esta tierra que pisamos. Lean, lean lo que tiene que decir a este respecto. “Creo que todos nosotros somos Dios ya que somos capaces de crear. Las personas deben dejar que Alá salga a la superficie de sus actos. Deben aprender a hacerlo, ser mejores con los demás, no en cantidad sino en calidad. Dices que esto te recuerda al cristianismo, pero sin embargo a mí me recuerda más a las teorías del karma. Las personas han creado las religiones y no viceversa, de ahí que todas las religiones tengan tanto en común. Todas han sido motivadas por una “espiritualidad” con ánimo de ordenar y racionalizar lo inexplicable y posteriormente se han utilizado para mantener a determinados grupos en el poder”. Apareció, en fin, El Meswy político. Ese que pontifica con seguridad tan diáfana y aplastante que asusta. Menos mal que también tiene frases para tranquilizar a timoratos como yo. “Personalmente y sin ánimo de acusarte, creo que esta es la sensación que te doy porque muchos de mis mensajes entran en disonancia con tus actos personales, Por supuesto que hay grises y lo reflejo en mi disco, aunque a veces tenga que tomar posiciones. No te preocupes, que no voy para presidente ni para alcalde. Yo lo que quiero es irme a vivir en paz a una isla bonita como las de Canarias o Puerto Rico o Jamaica. Eso sí, ten miedo si quieres joderme”.
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