Tralla acoge en su seno una triple línea estilística: «una hardcore, otra de ska, y una tercera de mestizajes». Son casi nueve años defendiendo un proyecto con un público muy definido y -afortunadamente para su supervivencia- bastante fiel. Dificultades, las de casi todos los integrantes en este dossier. «La pasta y las multinacionales. Hoy en día para que un disco suene mínimamente bien te puedes dejar seiscientas mil pelas o más, y editar un clip un poco decente no sale por menos de trescientas cincuenta mil, así que te puedes imaginar...». Sea como fuere, lo que comenzó en 1991 con el recopilatorio «Barcelona Explota» hoy se afianza como uno de los principales puntos de referencia en su parcela, junto a otros como Discos Suicidas o Potencial Hardcore. A la hora de incorporar nuevas bandas a su catálogo, los responsables de Tralla buscan «una afinidad con nosotros. No les pedimos que se definan políticamente, pero no nos gusta ver actitudes o letras sexistas, fascistas, racistas... sino todo lo contrario. Por otro lado, miramos también la creatividad tanto en la música como en las letras, ya que a veces las letras sin un fondo político pueden transmitir muchas cosas positivas y cuestionarnos más que la panfletada más grande». El balance es positivo, manteniendo la base libertaria con la que se iniciaron, y aunque no quieren destacar ningún disco por encima de otro, tampoco van a dejar escapar la oportunidad de «hacer un pequeño homenaje a Ferrán Sahun, cofundador de Tralla, que falleció en el 96; próximamente editaremos un álbum que incluya el mayor número de temas de lo que fue su banda allá en los años ochenta, los Antidogmatics». Queda dicho.
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