"Me gustaría no tener que hacer entrevistas y simplemente tocar, porque de eso es de lo que se trata" |
Tras la combinación de ambientes cinematográficos, drama, cabaret y trip-hop ensoñador de "Felt Mountain" (Mute, 00), parece que ahora Alison y su compañero de grupo, Will Gregory, prefieren apostar por un aire más discotequero y ligero con mayores posibilidades comerciales. La británica, por supuesto, asegura que no es así y que sigue sin hacerle puto caso a las modas. Menos mal que no le dije nada de que me sonaba a revival electro, porque es posible que la entrevista se hubiera acabado aquí. "Simplemente estamos intentando hacer lo que queremos hacer, sin buscar un sonido particular", explica según un patrón que repetirá en varias respuestas más. La de "me gusta hacer cosas diferentes, no siempre lo mismo, porque como artista quiero explorar diferentes sonidos" venía a colación por el cambio de ambiente que se percibe entre ambos discos. Si el primero sugería espacios abiertos y oníricos, "Black Cherry" parece adaptarse a un entorno más urbano, maquinal y claustrofóbico. , afirma tras calificar de "irrelevante" la cuestión ambiental y las posibles influencias de factores como el estudio (éste disco se gestó en la localidad de Bath y el anterior en un lugar más aislado). Del mismo modo, dice haber perdido la mentalidad de banda sonora imaginaria ("no teníamos nada en mente a la hora de componer") y que los textos "es cierto que son menos ambiguos y más directos, aunque nunca tengo intenciones claras, simplemente surgen". Donde sí se mantiene la impronta de Goldfrapp es en su imagen de marca, con un barroquismo visual que se percibe tanto en la portada como en su nuevo videoclip, "Train": "Me gusta cómo interactúan con la música e implicarme en ese aspecto, expresar con imágenes lo que sugiero en las letras". Pero, si su música es tan abierta y no parece que le gusten las interpretaciones, ¿no cree que lo visual puede acabar interfiriendo con el oyente, imponiéndole lo que tiene que sentir y pensar sobre sus canciones? "¿Quieres decirme entonces que debería sacar un disco sin fotos ni videos?", responde con la bordería que pueden intuir, para continuar en el mismo tono: "En el momento en que estás poniendo imágenes a algo estás creando otra narrativa y eso implica otros pensamientos adicionales". Mejor suavizar, así que le pregunto sobre la próxima gira, con probable parada española para el otoño: "Me gustaría no tener que hacer entrevistas y simplemente tocar, porque de eso es de lo que se trata. Estoy deseando mezclar el material antiguo con el nuevo y para mí eso lo va a hacer todo más dinámico. ´Felt Mountain´ es más unidireccional y muy lento, pero ahora aportamos nuevos estados de ánimo y esto se hará más extremo". La mujer habla ahora más relajada y me empieza a dejar perplejo cuando le pregunto si también va a haber transformaciones en cuanto a su presentación en escena. "Los visuales no me gustan tanto en el escenario porque el público se puede quedar confuso: no sabe si mirar a la banda o a las proyecciones. Me gusta la simplicidad de ver a un grupo tocando, pero es algo difícil, como lo que hablábamos antes de las diferentes narrativas. Además, el espacio que tienes en un CD es muy limitado, sólo unos centímetros de plástico. Es un medio extraño, a veces está bien pero otras no es suficiente, y una vez que lo has hecho ya no puedes cambiarlo". Pero lo importante es la música, ¿no? "Exactamente. La próxima vez no habrá fotos ni videos. A la compañía siempre le digo que no quiero salir en los clips, e igual dejo por fin de hacerlo durante algún tiempo. Hay como una lucha ahí: por una parte me gusta el rollo visual pero por otra... no sé. Es duro encontrar la situación perfecta". Quizás la actitud distante fuera una forma de disimular las inseguridades, pero esto mejor lo dejamos para el departamento de psicoanálisis.
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