Cuzo han vuelto a hacerlo. Con su segundo disco, “Otros mundos”, continúan en la cresta de la estimación de bandas instrumentales en estos días y lares. Grabado en un antiguo cine de Gandía, podemos vislumbrar en él un sutil viraje hacia estructuras más concretas. “Va mucho más al grano y también se nota una vena mucho más ecléctica, sobre todo con el uso de sintetizadores analógicos que le da ese aire entre space y de banda sonora de final de los setenta. Las canciones son mucho más ricas a nivel rítmico y nos rompimos mucho los cuernos en los cambios y las partes bailables. Además creo que el sonido suena mucho más crudo y directo al cerebro”. Uno de los atractivos de Cuzo sin duda es la capacidad que tiene el trío (que ha contado con Álvaro Gallego al bajo en la grabación) para transportar con su música a tiempos o lugares imposibles. Infancia e imaginación se reactivan con su música. “’Otros mundos’ era una colección de cromos de nuestra infancia, sobre monstruos imaginarios, planetas desconocidos, seres sobrehumanos, naves espaciales... Pep y yo (Jaime) coincidimos en que la acabamos con doce o trece años. Es de esas cosas que reencuentras de mayor y te quedas hipnotizado (igual que 'Arrebato'). Es como volver a la infancia, a un lugar sin tiempo ni espacio donde puede pasar toda una vida y te sientes igual de bien. También queríamos cambiar un poco el concepto de pelis de terror, que fue el leitmotiv del primero. Ahora vemos las cosas de una forma más luminosa y con puntos de mira menos unidireccionales”. En todo caso, súmen a su excelente material su verdadera arma, el directo, y muy pronto un disco que recogerá una de esas místicas noches que protagonizaron hace un año junto a Damo Suzuki. Se llamará “Puedo ver tu mente” y será, como bien intuyen, más que música.
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