Fusionar electrónica con un género totalmente diferente puede acabar en un resultado brillante o fatal. En el caso de “Tombolera” de Dianka hablamos del primer caso. En él, la barcelonesa recupera el imaginario de las grandes voces de los sesenta como Marisol, Jeanette o Rocío Durcal llevándolas a sonidos propios de Ralphie Choo o lo más experimental de Amaia, de quien firma la composición de su último single “Tocotó”, en un viaje onírico por las atracciones de las ferias de toda la vida.
A diferencia de en su primer proyecto discográfico “Mamá Quiero Ser Artista” con “referentes más adheridos aquí de la música de los sesenta y que mantenían más esa esencia un poquito más pura”, en este nuevo trabajo la artista buscó “comenzar con algo que no se pintara tanto por encima. Quería respetar las épocas y no intentar amoldarlas. Con la feria no tuvimos referencias tan musicales, yo en el primero sí que tenía una lista de canciones pero en este es cierto que con Pau Aymi, mi productor y co-compositor de casi todas las canciones, quisimos un lienzo en blanco. Yo no quiero sugestionarme de nada más de lo que necesite o quiera y me ayudó mucho no tener tanta referencia e ir a algo más emocional del momento”.
"Desde principios de año hasta ahora la evolución incluso a mí me sorprende”
“Tombolera!” es una historia “que tienes que sentarte a escuchar de principio a fin, en la que hay mucho que indagar”. Hay canciones como”Tekubí!” que “puede pasar desapercibida pero tiene muchísimo trasfondo. Nace de la sensación que tenía cuando me detectaron acúfenos. Para mí eso fue mortal, sentía que se me caía el mundo encima”. El título viene de la palabra en japonés que significa muñeca “que pensarás que es muñeca de Barbie, pero es muñeca de mano. ¿Sabes la típica máquina de la feria en la que coges un muñeco con la mano esa enorme y nunca coges nada? En ‘Tekubí!’ me sentía esa muñeca que no es capaz de salir de allí”.
Aunque para “Tombolera!” todo empezó con “Rayo de Luz!”, primera estrenada el pasado enero. “Fue lo que dio paso a todo lo demás, en ese momento no teníamos claro hasta dónde iba a llegar, pero sabíamos que simbolizaba una entrada. Habla sobre una alegría distorsionada, la carcajada de antes de la inmediatez de lo oscuro en contraposición a ‘La Feria, La Feria!’, un momento de volver a bajar”.
En el disco tampoco faltan versiones de clásicos como “Tómbola” de Marisol o “Los Coches Chocones” de Los Desgraciaus, que Dianka no ha dudado en incluir en su proyecto. “Con ‘Los Coches Chocones’ creo que desde el primer momento que se habló de feria pensé en esta canción y dije: ‘Esto hay que versionarlo de alguna manera’. La verdad que cuando escuchamos la canción en el estudio con Pau pensamos que era imposible de versionar porque es muy garrula. ¿Y cómo le pones otro toque sin que se genere algo que discuta con la original? Tiene una esencia única y muy fuerte por lo que decidimos enfocarla hacia algo más sexy y dark. Y ‘Tómbola’ , por supuesto, porque al final el disco se llama ‘Tombolera!’, que es un personaje que recorre esa feria”. En ella Dianka se transforma en tombolera y busca esa suerte que “está también en la tómbola. Cuando canto a la tómbola canto también a Marisol pero canto a mi creación”.
La pasión de Dianka por las folclóricas comenzó desde bien pequeña. “Mi madre me hacía cantar “Como una ola” hasta para ir al baño. No podía más. Estaba obsesionada con esa canción y a mí me gustaba muchísimo. Tengo un vídeo de cuando era pequeña bailando en círculo ‘Me pongo colorada’ de Papá Levante. A mí ya me movía algo. Creo que ya no se ve esa actitud. Puede haber divas hoy en día, pero es muy difícil encontrar actitud genuina. En ese momento ellas tenían la inocencia de una vida y ahora creo que dependemos más de ser algo. Estamos sobreestimulados y lo que a mí me gusta es esa esencia pura”.
Uno de los momentos más importantes de su carrera hasta la fecha fue co-escribir el último single de Amaia, “Tocotó” junto a la propia artista, que nos confiesa le “recuerda mucho a Cecilia y su canción ‘Nada de nada’”. Sobre estar en el estudio con Amaia, nos cuenta que fue una “oportunidad única. Contactamos con el equipo de Amaia y les presentamos mi proyecto y les moló un montón. Son muy abiertos a escuchar aunque Amaia esté en un punto y yo en el otro y surgió así. Nos juntamos en el estudio con ella, y allí un poco Amaia bebiendo de lo suyo y yo bebiendo de lo mío llegamos a Marisol y el ‘Corre corre caballito’”.
Este sábado 21 de diciembre, Dianka dará su último concierto del año como cabeza de cartel de la Gran Bola de Neu de Apolo, un bolo del que tiene “muchísimas ganas porque hasta ahora he tenido la suerte de hacer muchos conciertos y me ha dado bastante rodaje. Desde principios de año hasta ahora la evolución incluso a mí me sorprende”. Nos cuenta que su última actuación en Madrid, uno de los actos principales del Crème Brûlée Fest, fue la primera vez que “en la que después del concierto tuve que sentarme porque sentí que había cogido mi alma y se la había dado al público. Lo di todo. Cuando el público siento que no está muy in a mí me da más fuerza para decir ‘¿Que no? Pues vamos con todo’”. En sus shows la acompañan Ray Fernández y Rayllan Hora, sus dos bailarines. “Me gusta mucho porque son como dos personajes más de la feria. No llevo dos bailarines para rellenar el escenario, sino que le dan ese toque naif necesario para generar ese mundo. Son como mis gemelos de ‘Alicia En El País De Las Maravillas’ y Pau el Sombrerero Loco pegándole caña a los temas por detrás”.
Sobre sus planes para 2025 se ha planteado si “¿alargo el chicle o lo corto ya? Debo decir que para este próximo año mi intención es que el personaje de Tombolera no muera porque es muy fuerte, pero lo voy a reconvertir un poquito en un paraje en el que no he estado y que a mí me encanta. Me da apuro asegurarme ya de algo, pero me gustaría tirar por un rollo más western. Siento que hay una melancolía y una armonía muy bonitas que quiero explorar”.
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