Dialéctica por kilos
EntrevistasNach

Dialéctica por kilos

Esmeralda Martín — 19-12-2005
Fotografía — Archivo

MC catapultado al éxito tras publicaciones discográficas varias, el representante del rap alicantino regresa con “Ars Magna/Miradas” (Boa), disco doble por la cara, veintisiete cortes con palabras como balas, y frases con mensaje condensado. Cada pieza es una píldora de realidad o un golpe en la cara. De la boca de Nach brotan palabras, y palabras y palabras...

“Nuestro propósito, nuestra lucha, es crear arte; crear música es nuestra lucha, y nuestra música perdurará para siempre, porque tendrá un contexto”. Precisamente, contexto no le falta a Nach: él sin “realidad” no es nada: le interesa ser reflejo o espejo, de sucesos, hechos, historias, reclamos, problemáticas. Éstas son las palabras que abren un “Ars Magna” oscuro. Oscuro, sí, y bien lleno de bloques de texto. “El ´Ars Magna´ es un disco de rap, para introducirme en mi mundo, mis movidas...”. Por su parte, “Miradas” es claro, limpio; muestra al Nach de cara blanquecina. Son las dos caras de la misma moneda. Ente los dos, conforman una visión múltiple de un Nach pasado por un caleidoscopio. Y, sin embargo, ambos conjugan a la perfección, sólo les diferencian pequeños matices de concepto: “Miradas” es, más o menos, una recopilación de textos basados en historias de la calle, personajes, minorías, reflejos de problemas sociales como la inmigración o la homosexualidad. “Nadie había reparado nunca en tantas historias que tuvieran como conexión común el estar en la calle, gente que no puede expresar todo lo que le pasa. Lo que quería era juntar esas historias en un disco: puede que exista ya algo así, pero yo no lo he visto. Así se me ocurrió la idea de hacer ´Miradas´. El germen fue el nacimiento de mi sobrino: fui al hospital a ver a mi hermano, y mi sobrino abrió los ojos y me miró, y me hizo pensar en toda la vida que tenía por delante”.

"La gente igual cree que soy oportunista por tratar ciertos temas, pero yo solamente hablo de lo que necesito hablar"

“Ars Magna”, sin embargo, circula por otra perspectiva, corre por su cuenta: las canciones que había ido escribiendo y recopilando durante estos dos años que ha tardado en sacar el álbum. Solución ardua, arriesgada y no muy frecuente: desbordado ante tanto material, agrupa cortes en disco doble, en lugar de dosificarlo en entregas sucesivas. “La idea era: ¿qué hago con todo esto? Saco un disco primero, luego otro... Pero, realmente, si sigo escribiendo cosas, estoy esperando a que salga el ´Ars Magna´ al año siguiente, mientras que yo ya tengo otras movidas en la cabeza... Entonces digo: tengo este material y voy a sacarlo. ¿Cómo lo saco? Saco los dos a la vez. ¿En un mismo soporte? Por qué no, no había hecho esto nunca; para mí suponía un desafío, me motivaba mucho el soporte de un disco doble: no sé si alguna otra vez en la vida lo voy a poder hacer”. Así, Nach plantea una escucha selectiva, a saltos, basada en el “picoteo” de tracks de un disco u otro según el gusto personal; nada de escucha prologada, difícil y áspera para un álbum que contiene un total de veintisiete canciones.

"Estoy mucho más tranquilo que antes: sé lo que va a haber, sé lo que se me a venir encima"

“Si te escuchas solo el ‘Miradas’ entero, te va a crear un concepto, una imagen, una historia, que puede ser interesante. Pero no veo a nadie escuchándolo del tirón: hay que dedicarle mucho tiempo, y estar preparado para escucharlo. Estás escuchando un tema, luego pones otro... está bien, tienes donde elegir”. Bajo la órbita de este planteamiento, por tanto, la ordenación de los temas, la secuencia de cortes, pierde relevancia. “Me gusta pensar en el orden de las canciones porque me entretengo, pero, realmente, no le he dado muchas vueltas a la colocación. Igual ordenadas de otra forma hubiera sido más efectivo el resultado, pero yo creo que las canciones están ahí, y hablan por sí solas”. Cada corte con su autonomía propia y, en conjunto, un amasijo salvaje de mensajes que copan cada minuto de canción. Ni un tema se libra de tener contenido trascendente entre sus líneas. Reflejo de la problemática de nuestro tiempo, la temática abarca casi todos los extremos del debate contemporáneo habitual del rap con cara social. “La gente igual crees que soy oportunista por tratar ciertos temas, pero yo solamente hablo de lo que necesito hablar”. Sin embargo, y en contra de la sensación que pueda dar, tanta cantidad de información con trasfondo no implica verborrea complicada ni discursos complejos para iniciados; más bien en el polo opuesto, la rima de Nach representa de forma fiel el estilo más directo, entendible y contundente de hacer rap. “Intento guardar un equilibrio entre los términos demasiado abstractos, y los términos directos: que la gente asimile, procese... es como más visual. Es una manera de intentar atrapar a la gente con el oído”. Complicada elaboración, si se tiene en cuenta la cantidad de texto que Nach ha tenido que fabricar para rellenar de forma fluida el lote de canciones que componen el presente álbum. “Para mí, el disco ha sido muy duro por eso; han sido muchos procesos: escribir, no repetir, no hacer las mismas terminaciones de las rimas, buscar otras maneras... Es una comida de olla bastante interesante, y me gustaría que la gente, por lo menos, valorara eso: son muchas horas delante de un papel para escribir”. Horas pero, sobre todo, actividad cerebral empleada. Dice Nach que sus letras son fruto de un largo proceso de elaboración mental; pero, una vez que se tienen agarradas en el cerebro, sacarlas al papel no es tan difícil. “Intento concentrare en determinadas imágenes y, luego, esas imágenes, hacerlas palabras, pero, cuando ya tengo un proceso bastante largo de un tema en la cabeza, es cuando me pongo delante de un papel y dejo que salga lo que ya está procesado. Lo que a mí me gusta es poner las estructuras, juntar las frases unas con otras, y luego encajarlo todo sobre una base y soltarlo delante de un micro”. Así es: la letra siempre antes que la base. Así se describe a grandes rasgos el proceso de producción de Nach, cuyo disco suma no sólo colaboraciones verbales de la talla de Juaninacka, El Payo Malo, Noe, o Flavio Rodríguez, entre otros, sino una nómina de productores como Big Hozone, Hazhe, Soma, Cookin Soul o Jefe de la M, encargados de confeccionar la densa trama instrumental. “Cada vez que me mandaban una grabación con bases, era como si vinieran los Reyes Magos. Yo ya tenía imágenes en la cabeza, temas, sabía de qué quería hablar... Cuando llegaban las bases, escuchaba una por ejemplo de Big Hozone, y pensaba: es perfecta para este tema... la de Cookin Soul perfecta para este otro... Cogía la base, y ya con ella terminaba de ejecutar el tema. Realmente me daba igual quién hiciera la base: me han mandado muchos productores sus instrumentales, y yo iba seleccionando. Cuando veía que una idea, una letra, o una historia, encajaban sobre esa base, me daba igual quién la escribiera”. Pero el criterio de contar con la labor de productores varios del panorama nacional implica otra idea de fondo: dar variedad musical al fondo del disco, romper la posibilidad del monocromatismo instrumental. “En el disco anterior se notaba que todo era de Jefe de la M; faltaba un poco de variedad, que es lo que he intentado hacer aquí. Cada uno tiene su toque. Son colegas, son gente que estuvo por la labor de colaborar, y ahí están”. El Nach del “Ars Magna/Miradas” no pierde así su esencia: el hombre mensaje, el hombre que hace suyo el verbo “decir”, proyecta sus propios focos de luz sobre la extensa problemática social del momento actual: por sus líneas pasan inmigrantes, prostitutas, historias de amores prohibidos y racismo, recién nacidos, sin techo, sin papeles... y, por supuesto, tampoco podían faltar ácidas visiones sobre el rap y sus practicantes. Un disco extenso y complejo para públicos que buscan la vertiente más crítica y social del rap. Nada de líricas fáciles. Este Nach viene también precedido por una cierta presión y el cansancio
que conlleva eléxito de sus discos anteriores. Ya asimilado el éxito,
Nach se muestra relajado ante el lanzamiento de este álbum y el trabajo
que le espera. “Estoy mucho más tranquilo que antes: sé lo que va a
haber, sé lo que se me va a venir encima, sé cosas que voy a pasar, sé
que van a pasar cosas buenas...”
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