“Muchos hombres están empezando a respetar el poder y la sexualidad de la mujer”
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“Muchos hombres están empezando a respetar el poder y la sexualidad de la mujer”

Carlos Pérez de Ziriza — 27-09-2023
Fotografía — Archivo

"The Feminine Divine" (100% Records, 2023) es el sexto álbum de Dexys, la banda que lidera Kevin Rowland (Wolverhampton, Reino Unido, 1953), con algunas intermitencias, desde 1978 (entonces eran Dexys Midnight Runners).

Hablo por zoom con Kevin justo al día después de su concierto en el Palladium de Londres, el que dice que ha sido el mejor de la gira hasta el momento. El 18 de octubre estarán en la sala Barceló de Madrid, presentando este ecléctico y conceptual trabajo, en un show con acentuada impronta teatral, con la vocalista Claudia Chopek dando el contrapunto vocal a Rowland del mismo modo en que Madeleine Hyland lo hizo hace diez años cuando presentaban el notable "One Day I’m Going To Soar" (2012).

¿Supone este álbum una forma de reevaluar tu masculinidad, desde la perspectiva de los setenta años que ya has cumplido?
Lo primero de todo, nunca dije que este álbum fuera autobiográfico. Hay mucho de mí en él. Mucho. Y he vivido mucho tiempo, pero ni de coña me voy a poner confesional acerca de lo que he hecho o he dejado de hacer, o lo que lamento acerca de mi vida, en una entrevista.

En cualquier caso, sí que las canciones tienen que tener cosas tuyas.
Sí, por supuesto. Es personal, más que autobiográfico.

Especialmente por la portada, que muestra a la diosa Tao, te quiero preguntar si el viaje que hiciste a Tailandia en 2017, del que has hablado en alguna entrevista, y la filosofía oriental, te influyeron a la hora de hacer este disco.
Influyeron, pero no tanto la filosofía como el trabajo corporal. Hice muchos cursos centrados en el cuerpo. Cuanto más me centro en el cuerpo, en lugar de hacerlo en el cerebro, más cambiaba mi forma de ver las cosas. Especialmente en torno a las mujeres. No es que lamente cosas, más bien me he reconciliado con ellas. Mantengo una buena amistad con todas mis ex novias. Pero creo que no las he apreciado lo suficiente. No las he sabido entender de verdad. No he entendido su poder, y creo que eso les pasa a muchos tíos. Hay miedo al poder y a la sexualidad de la mujer. Y no hay duda de que han sido menospreciadas. Por el miedo que muchos hombres sienten hacia ellas. Eso es lo que ha aprendido.

"Haces un disco en el que vuelcas tu alma, te abres en canal, y la misma gente que lo tiene que poner en circulación no lo respeta"

¿Crees que eso está cambiando?
¿En la sociedad, quieres decir?

Sí, claro.
Sí, seguro. No sé a qué velocidad, pero lo está haciendo. Yo mismo estoy cambiando. Y lo veo en otra gente. Están empezando a entender el poder de la mujer y a respetarlo. A no tratar de aplastarlo.

Las dos primeras canciones del disco proceden de hace tiempo, y las has querido rescatar: “The One That Loves You” (1991) e “It’s Alright Kevin (Manhood 2023)”, que es una nueva versión de “Manhood”, de 2003. ¿Por qué crees que ahora encajaban?
Bueno, porque creo que son dos canciones muy buenas. Y puede que no hubieran sido grabadas como realmente debían en su momento. Creo que “Manhood” era muy buena pero pensé que la podíamos mejorar, y que era perfecta para el mensaje que las letras del disco transmiten. El concepto cuadra, y funciona. Y “The One That Loves You” siempre pensé que era una gran canción, pero la escribí durante una especie de fin de semana perdido. ¿Sabes lo que quiere decir lo de “lost weekend”?

Sí, más o menos.
Esos fines de semana en los que todo se vuelve loco, y no terminas de darle a la canción el acabado que requiere. Pero es una buena canción. De todos modos, cuando decidí que quería volver a hacer música, y a pensar en este disco, una de las primeras cosas que hice fue preguntarle a Jim Patterson, coescritor de las canciones, qué canciones teníamos. Jim lo guarda todo. Todas las cintas. Yo no guardo nada. “¿Te acuerdas de “The One That Loves You”?”, nos dijimos. Pues vamos a usarla. Pero entonces ni siquiera pensábamos en poner las canciones en un orden determinado. No tenía una narrativa. No pensábamos así. Solo pensábamos que esa canción, escrita hace treinta años desde esa postura de macho como de decir “si alguien toca a mi novia le voy a partir la cara”, merecía ser reescrita. Luego, cuando ya teníamos las canciones, decidimos el orden, porque nos dimos cuenta de que contaban una historia. Pero no fue algo planificado.

Todo esto que me cuentas ocurrió en 2021, que fue el momento en el que decidiste que valía la pena un nuevo disco de Dexys. ¿Pensaste en olvidarte de la música antes? ¿Estabas desencantado de la industria?
Totalmente. Creo que tuvo mucho que ver que, con el anterior disco, en 2016, estaba en un sello multinacional y me sentía muy vendido. No les importaba nada. No sentía que hubiera amor por el proyecto, ¿sabes lo que quiero decir? Había mucho gallito a quien no le importaba la música. Al final me sentía exhausto. Haces un disco en el que vuelcas tu alma, te abres en canal, y la misma gente que lo tiene que poner en circulación no lo respeta. O no lo pillan. Y es muy duro. No creo que pueda pasar por eso otra vez. Empecé a dedicar mi tiempo a otras cosas. Contactó conmigo una mujer que llevaba una exitosa marca de ropa para mujeres, y me preguntó si yo querría encargarme de una nueva línea basada en la ropa que llevo ahora. Me pareció muy interesante y me metí. Fuimos a Francia, hicimos diseños… pero al final no me sentía del todo cómodo, implicaba mucho estrés y lo dejé. Y no sabía lo que iba a hacer. Incluso me formé en Tailandia para ser un maestro de la meditación, y me saqué el título. Iba a continuar con eso. Pero algo ocurrió. Un día, charlando con un amigo, me escuché a mí mismo decir que me gustaría hacer música de nuevo. Y fui el primer sorprendido.

¿Crees que la industria en ese sentido ha ido a peor?
No lo sé, porque estoy en una indie ahora. Y es magnífico. Son solo cuatro o cinco personas, pero trabajan muy duro, creen en el disco y es muy bueno saber eso. Ha pasado mucho tiempo desde 2016, siete años. También he de decir que hace cuarenta años, cuando firmamos con una multinacional, tuvimos la suerte de contar con un tipo, Roger Aimes, que había estado en EMI y luego se fue a Mercury/Universal, que creía de verdad en nosotros. Si tienes a alguien de la compañía luchando por ti, posiblemente te vaya bien. Pero si no lo tienes… pierdes ese contacto personal que necesitas. Necesitas amor por parte de alguien que te entienda. Si no, se te malinterpreta, y eso es lo mas frustrante que te puede ocurrir, sobre todo si es por parte de quienes se supone que deben vender tus discos. Eso es muy duro emocionalmente. Me siento afortunado de estar donde estoy ahora, con una buena promoción.

"No sé cuál es la definición de álbum conceptual. Puede que este lo sea. No lo sé. Sé que no es solo una colección de canciones, porque tiene una narrativa"

¿Tienes este disco algo que ver, por espíritu y temática, con el incomprendido My Beauty (1999), que fue reeditado en 2020?
Nunca lo pensé. Creo que no es mi trabajo pensar en eso, ¿sabes lo que quiero decir? Muchos periodistas han visto esa conexión, pero yo ni lo pensé. Lo hago todo de forma intuitiva: “esto funciona, esto no, esto cuadra, esto me gusta…”. Creo que vuestra visión es más objetiva, yo estoy demasiado cerca como para pronunciarme.

En canciones como “My Submission” cantas extraordinariamente. Como siempre. ¿Haces algo en especial para cuidar aún tu voz?
Sí, trabajo duro. Tengo una entrenadora buenísima, Kim Chandler. Me da lecciones. Vive en España, por cierto. Me da clases por zoom. Es buenísima. Incluso en esta gira me manda mensajes preguntándome cómo está yendo, mientras ve videos de los conciertos que la gente graba en sus móviles y cuelga en youtube. Con “My Submission”, que has mencionado, se puso a llorar en cuanto la escuchó. Ni siquiera me recomendó volver a grabar otra toma de la voz, me dijo que no cambiara nada, que no se podía hacer nada por mejorarla.

¿Dirías que este es un disco conceptual? ¿O al menos que relata una historia?
No sé cuál es la definición de álbum conceptual. Puede que este lo sea. No lo sé. Sé que no es solo una colección de canciones, porque tiene una narrativa. Realmente se aprecia mejor eso en directo. Durante la primera media hora tocamos el álbum entero, y luego hay una segunda parte en la que tocamos los clásicos. En esa primera mitad no estamos simplemente tocando, estamos actuando. Interpretamos las canciones de una forma dramática. Y mucha gente nos está diciendo que así entienden mejor el disco. La historia cobra más sentido sobre el escenario.

¿Es un show similar al que hicisteis hace diez años presentando One Day I’m Going To Soar (2012), que tenía aquel componente teatral? Yo os pude ver en el Primavera Sound, en el Auditori del Fórum.
Creo que sí. Incluso más teatrales que aquellos. Yo recuerdo vívidamente el concierto de Barcelona. Puede que este sea más teatral. En cualquier caso, es un concepto muy diferente.

Este disco es más soul que folk, obviamente. Incluso tiene algún curioso desvío al P-Funk de George Clinton en canciones como “My Goddess Is”. ¿Es fruto de algo que hayas escuchado últimamente?
Bueno, creo que cuando estás trabajando en un disco, lo que escuchas no tiene por qué reflejarse luego. Las influencias del disco, en mi opinión, vienen de música de hace mucho tiempo. Han estado conmigo durante muchísimo tiempo. No operan con esa lógica de “ahora escucho esto y luego se plasma aquí”. Dicho esto, “Goddess Rules”, que suena a P-Funk, vino de Mike Timothy. Llegó con esa música, con un par de ideas que él no pensaba que fueran a funcionar para Dexys, porque ya tocaba con nosotros y no pensaba que fueran adecuadas. “¿Qué es lo adecuado para Dexys” ?, le dije yo. “Si la canción es buena, es buena, déjame escucharla”, le respondí. Me la envió y me pareció buenísima, con ese riff. Es un tío con talento.

Me decías que tus canciones no son autobiográficas, pero tengo entendido que sí lo va a ser el libro en el que estás trabajando. ¿Cómo lo llevas?
Trabajando en él. Llevo un par de repasos con correcciones. Hay que mejorarlo y editarlo. Tengo buen feedback por parte de un par de amigos que lo han leído. Espero concretar quién lo va a editar en las próximas dos semanas. Empecé a escribir sin ninguna estructura. Pero cuanto más focalizas tu atención en algo, más llegas a la verdad. Es como la música, cuanto más te centras en las letras, menos has de cambiar luego: lo tienes ahí. Escribiendo para este libro, hay veces que releo algún tramo al cabo de unos meses y me doy cuenta de que no fue exactamente eso lo que ocurrió. Y lo reescribes. Cuanto más ahondas en tu pasado, más cosas recuerdas. Si lo hubiera intentado escribir todo en dos semanas hubiera sido muy diferente, porque no me acordaría de muchas cosas. Pero al llevar años, he conseguido acordarme de muchísimo. Hay gente a la que le flipa que recuerde tantas anécdotas. No sé qué extensión va a tener. Quiero que fluya y no sea aburrido. Si hay algún tramo aburrido, será culpa mía, no de quien lo lea. No van a ser las típicas memorias de “mis abuelos fueron a trabajar a esta fábrica y mis padres nacieron en no sé dónde y luego tuvieron a mi hermana y luego a mí, y cuando cumplí los diez años me compré una guitarra y empecé a ensayar y me dejé el colegio y me metí en una banda”. No, no es así. Es sobre mi vida, no sobre Dexys Aunque los Dexys también estén ahí.

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