El Dulce Porvenir
Algo de cierto hubo en el asedio crítico que ahogó las posibilidades de "In The Middle Of Nowhere", un disco, en todo caso, menor. Se trataba de su cuarto álbum (no contamos el álbum junto a Miachel Kamen, ¿de acuerdo?), pero por momentos uno tenía la sensación de estar asistiendo al debut de una banda inexperta: errores, dispersión, pretensiones incumplidas, riesgo calculado y medido, artificio. ¿La disculpa? Orbital venían de "In Sides", una de las cumbres de la música contemporánea, y la empresa no era fácil. Ahora, algún tiempo después, Paul y Phil Hartnoll han hecho caso a las pistas que ellos mismos han ido descubriendo y se han sacado de la manga una obra concisa, superior a su predecesora, casi redentora. Phil nos puso al corriente a través del teléfono sobre los rasgos que enriquecen el disco. "El proceso ha sido bastante distinto. Nosotros habitualmente grabamos en nuestra casa, en nuestro estudio, pero con este disco tuvimos que grabar en sonido surround ya que estamos preparando un DVD. Entonces tuvimos que desplazarnos a un gran estudio, el más grande en el que jamás hayamos grabado nunca: nuestro primer disco de gran estudio". Y a bote pronto, una vez adentrados en la mecánica del análisis, vale la pena resaltar varios aspectos de "The Altogether".
| "Me gustan los discos de A Perfect Circle o Queens Of The Stone Age, dentro de lo que es la música rock, que, por cierto, me sigue gustando mucho" |
El primero: el raccord del disco. Las canciones ya no son tan largas y complejas como antaño. "Era algo que tuvimos en mente desde que empezamos a pensar en el álbum. No sé, dijimos ´a ver qué pasa si hacemos que las canciones no pasen de los cinco minutos´, y así lo hicimos. Tratamos de usar menos instrumentos, de usar menos música para decir lo mismo que antes. Y nos gusta cómo se ha desarrollado todo porque es algo que no habíamos hecho nunca. Supongo que en cierta manera ello ha influido en que el disco sea diferente". Una búsqueda deliberada de simplicidad que supone un golpe de aire fresco para su sonido. En "The Altogether" se pierden los intrincados desarrollos temporales y estructurales de "In Sides" o "In The Middle Of Nowhere" y gana protagonismo la inmediatez, un patrón discursivo más directo. Más cerca del ´pop´ que nunca. Visto el término ´pop´ como un concepto. "No pensamos en el concepto pop, sino que únicamente nos sentamos y nos concentramos en el sentido de la palabra canción. Quizás en cierta manera ello ya te lleva al concepto creativo del pop, indudablemente, pero nunca he entendido el significado de la palabra pop. Haces una canción y si esa canción se hace popular ya se convierte en una canción pop... para mí es divertido". Es, dicho de otra manera, un ejercicio absorbido por un espíritu más abierto y ecléctico que el mostrado en su predecesor. No hablamos de pop, pues: hablamos de sencillez y variedad. A primera vista parece fácil, pero no lo es. Por supuesto que no. Las formas se aligeran. "Sí, definitivamente. Queríamos hacerlo más simple, más disfrutable, sin duda. No fue algo meditado, ni mucho menos. Conscientemente sólo buscamos esa diferencia con el minutaje y las estructuras de las canciones, eso era lo que más nos interesaba. Nuestra intención era hacer un disco más alegre y divertido que el anterior. Y creo que, en efecto, es un disco más alegre". Y también es una obra repleta de momentos memorables. Quizás porque estemos ante su oferta más diversa y multiformal. "The Altogether" traza recorridos por la electrónica de calado, la electrónica con hondura emocional. "Shadows", "Waving Not Drowning", "Pay Per View" o "Last Thing" ya constituyen momentos importantes de este año ya florecido. "Siempre tratamos de mantener las cosas de un modo ecléctico pero en este álbum ese eclecticismo se ha intensificado. Creo que hay ciertas canciones del disco que salieron de puntos muy diferentes. Hay cosas que vinieron de la colaboración que hicimos con Nick Waplington (fotógrafo inglés cuya obra, directa, dura, triste, se centra en los rincones más realistas de la sociedad británica), ya sabes, le hicimos la música a sus especiales para la tele (se trata de un documental, en concreto, que Waplington hizo sobre una familia británica ubicada en un suburbio: crudeza y verdad para la pequeña pantalla). Y también hemos aprovechado de alguna manera lo que hicimos para el Melt Down, junto a Scott Walker. Básicamente son cosas que nos gustan y que, en cierta manera, queríamos que estuvieran presentes en el álbum porque de algún modo han sido importantes para nuestras nuevas canciones".
Tensiones Liberadas
Orbital se han quitado un peso de encima. El problema tras "In The Middle Of Nowhere", en España y fuera de España (recuerdo críticas templadas en Select y otros medios), respondía a la parcial pérdida de crédito que había sufrido la banda. Su aureola de genios, totalmente merecida (el disco ´marrón´ y "In Sides" son dos obras maestras... nadie puede discutirlo), quedó en entredicho (¿Exageradamente? Sí, es posible... pero es que "In The Middle..." era muy flojo). Creo que "The Altogether" vuelve a ponerles en su sitio. Cuidado: su contenido no está a la altura de sus dos ejercicios cumbre, que quede claro; de todas maneras, nos enfrentamos a un álbum notable. "Nosotros no sabemos las reacciones sobre nuestro trabajo hasta un tiempo después, justo cuando hablamos con vosotros, los periodistas. Es cuando te dicen ´me gusta este álbum, pero no me gustó el anterior´. Aquí es cuando nosotros tenemos constancia de cómo es recibido un álbum. Por ejemplo, "In The Middle Of Nowhere" es el disco de Orbital que más ha vendido en España, aunque la prensa no lo recibiera bien. Así que, para nosotros, se trata de un disco muy bien recibido. La presión no existe o no dejamos que exista en nuestra banda... porque en el momento en que te dejas influir por la presión acabas haciendo mal las cosas". Ocurre que bajo opinión del que suscribe, el nuevo disco contemporáneo, fresco, valiente. Y eso es lo que le faltaba, precisamente, a su predecesor. ¿Ilusión? También. Ponerse en la piel del dúo británico supone verlo claro: tras un estallido del calibre de "In Sides" no hay ilusión posible, admitámoslo. Desde entonces, Orbital empezaron de cero. Y "The Altogether" es su primer acierto. Especialmente por lo que comentaba: su contemporaneidad. "Yo he escuchado con pasión los discos de A Perfect Circle o Queens Of The Stone Age, dentro de lo que es la música rock, que, por cierto, me sigue gustando mucho. También he escuchado Dark Glove, Two Lone Swordsmen o las bandas sonoras de Danny Elfman y Ennio Morricone. Sin duda alguna, este disco está más in fluido por la música contemporánea que el anterior, sobre todo porque este tiempo en el que he estado haciendo de DJ delante de gente joven me ha servido para refrescar ideas y maneras de comprender la música". Un contacto con los seguidores más jóvenes que, sin lugar a dudas, sirve de elemento renovador en los cauces creativos de los Hartnoll. Aunque eso sí: Orbital son, en el buen y mal sentido del término, unos clásicos del género. Y hay chavales que inmediatamente huyen del clasicismo. "Me siento extraño cuando me veo encima de esa plataforma delante de miles de chicos jóvenes. A veces me veo como un emperador viejo ante sus seguidores (risas). Pero yo sigo sintiendo la misma excitación ahora que hace diez años. Todavía me sigo sorprendiendo gratamente cuando nos llaman de distintos países para que vayamos a tocar nuestra música. En realidad me siento como lo hacen los fans que vienen a vernos a los conciertos a al club cuando pinchamos. Por eso me enfado cuando algún chaval se acerca a la cabina en la que estoy pinchando y
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