“Queríamos componer un disco totalmente distinto a lo que teníamos; sumergirnos en las profundidades del sonido. A medida que íbamos grabando surgían piezas aleatorias que nos gustaban y decidimos mantenerlas, así que la mitad del proceso de grabación fue espontáneo”, asegura Orlando Weeks, líder de The Maccabees. “Given To The Wild” se aleja del pop guitarrero con el que se presentaron en sociedad, para facturar canciones mucho más vaporosas, fluidas y sutiles que reclaman una actitud activa del oyente. Energía contenida lista para estallar en el momento señalado, auspiciado por la eficiente producción de Tim Goldsworthy (Unkle, DFA). “Tim aportó un montón de equipo y entusiasmo a las sesiones. Terminamos usando todos los archivos que grabamos, bien fuera para editarlos, regrabarlos o hacer overdubbing”. Canciones impolutas –incluso demasiado- que transpiran ambición y riesgo, en una ecuación que sitúa a The Maccabees en el siguiente nivel. “Es difícil recrear el entusiasmo o la energía de tu debut en trabajos posteriores, pero no creo que hayamos perdido frescura por tener un sonido tan limpio. Nuestros fans son muy leales y siempre nos han permitido experimentar y siguen estando ahí”. Una libertad que se tomaron al pie de la letra cuando presentaron varios de sus nuevos temas –todavía en estado embrionario- en festivales de verano. Canciones lentas, pacientes, poco agradecidas ante este tipo de eventos, de casi seis minutos de duración (“Forever I’ve Known”) y todo esto, en plena actuación en Reading & Leeds, por poner un ejemplo. Podría haber sido una caída libre en picado, pero la cosa cuajó. La respuesta del público fue mucho mejor de lo que cabría esperar. Era la prueba de fuego y el último empujón que les faltaba a The Maccabees para apostarlo todo al trece. El mismo número de canciones que tiene el disco (o “piezas” como la banda prefiere denominarlas), capaces de intercambiar guiños con bandas como Foals, Bon Iver o Sigur Rós. “Foals nos parecen una banda increíble en directo. Sí que creo que hay similitudes con ellos, aunque hace mucho que no escucho ‘Total Live Forever’, su último disco”, confiesa Weeks. El líder del grupo, enigmático y apasionado del arte, tira de delicados falsetes en más de una ocasión, que bien le podrían confundir con un hermano pequeño de Bon Iver (“Grew Up At Midnight”). Pero su voz, aparentemente quebradiza, transmite la convicción y la apuesta sobre este nuevo trabajo que sus declaraciones corroboran. No han inventado la pólvora, que nadie se confunda, pero dejan atrás la categoría de segundones y van bien encaminados.
Los de Brighton nunca acapararon demasiadas portadas ni números uno con sus dos discos anteriores, crecidos a la sombra de compañeros de generación mucho más exitosos como Bloc Party, Arctic Monkeys o The Kooks. Sin embargo, en un momento de virulencia máxima de los iconos hype, -en el que aborrecer o ensalzar a los artistas parece la única opción viable-, no haber estado sobreexpuestos puede ser incluso una bendición. “Nos ha ayudado mucho el no haber sido nunca un grupo de moda. Seguimos dando lo mejor de nosotros. Y el hacerlo honestamente y poder tener esa opción, es clave para llegar hasta aquí”. Quizá por ello ahora puedan sentirse cómodos protagonizando la portada de una revista como la NME o ser considerados una de las bandas de este 2012. “’Given To The Wild’ presta especial atención a los detalles y al trabajo en equipo. Así que cuando lo terminamos, sabíamos que habíamos conseguido algo de lo que, al menos, estar orgullosos. Mientras nos sintamos así, no nos preocupan las altas expectativas que se generen a nuestro alrededor. Es la primera vez que se habla de nosotros de esta manera, ¡habrá que ver qué pasa! No es que la prensa nos tuviera olvidados, sino que hemos dejado atrás inseguridades y otras influencias y nos encaminamos hacia algo. Espero que la gente que creyó en el grupo desde el primer momento, ahora se sienta vindicado por donde estamos”. ¿Y qué opinarán esos mismos fans si las predicciones se cumplen? ¿Si The Maccabees -al igual que les pasara al cuarteto más famoso de Sheffield-, pasaran de tocar en salas de mediano aforo a llenar estadios? “Given To The Wild” tiene potencial para subirles de división y puede suponer un plus para los de Brighton. Si tenemos en cuenta la manera en cómo han gestionado su carrera hasta el momento, toca ser optimista. Aunque a más de uno a veces le reconcoma que su banda triunfe a esa escala, en el fondo uno no puede sino alegrarse.
Los que hayan escuchado tanto su debut, “Colour In It”, o “Wall Of Arms”, encontrarán algo de ese pop más directo, simple y efectivo en su tercer disco, de la mano de “Pelican”. “Nuestra intención era crear una atmósfera y en un momento dado, construir una escalada de sonido. ‘Pelican’ es el principio de esa subida, el inicio de la cara B. La compusimos al mismo tiempo que las demás y es uno de los temas más honestos que jamás hemos escrito”.
Las letras evolucionan en sincronía con la música, dejando atrás
los lamentos del amor perdido, los besos con sabor a pasta dentífrica y la irreverencia juvenil, para dar paso a las dudas que surgen a las puertas de la edad adulta. Porque The Maccabees eran un grupo de amigos, entre ellos dos hermanos, que se preocupaban por escribir canciones, conseguir a la chica de turno y aprobar los exámenes. Pero un día, regresas de una extensa gira y -¡oh, sorpresa!-, te encuentras con tus colegas convertidos en papás, con hipotecas y otros sueños más terrenales. ¿Cómo ha pasado el tiempo tan deprisa? Fruto de ese ejercicio de observación, surgen estrofas como esta: “De golpe te das cuenta que somos demasiado viejos para continuar/tenerlo todo y todavía querer más/lo único seguro es que nos hacemos mayores”. Y ya sea porque Weeks y compañía han volcado y exprimido todas sus emociones en este álbum o porque la flema inglesa no les permita hablar de sus sentimientos, el músico pasa de puntillas sobre cualquier pregunta personal relativa al disco. “Solo espero que dentro de diez años pueda sentirme tan orgulloso de ‘Given To The Wild’ como me siento ahora. Que este haya sido el inicio que marque el nivel del resto de los discos que queremos grabar. Hemos aprendido mucho en cuanto a producción juntos casi todo el tiempo, lo que ha hecho que sea una experiencia intensa, pero también muy agradable”. Respuestas casi aprendidas y un tanto estándar, que no restan importancia al hecho que el nuevo disco de The Maccabees hará explosionar una parte de tus entrañas.
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