Sr. Chinarro, proyecto unipersonal de Antonio Luque, vuelve con una nueva formación, para darnos su versión del mundo, “El mundo según”, su noveno trabajo, marcado por grandes expectativas. “Ya he dado la entrada para el jet privado, no te digo más”. Y no es para menos, dado el éxito suscitado por su anterior disco “El fuego amigo”, fue premiado por la crítica y también aplaudido por el público, su público ya habitual y otros sectores que se unieron en la última entrega, aunque no es ésta la motivación que guía sus intenciones. “Hago lo que me da la gana y luego me preocupo (con razón)”. Icono de la escena independiente estatal, no pasa por el aro y sigue su camino, con sus propias reglas y a su manera. “Mi paso siempre irá cambiado”, apunta. Ahora parece que ha conseguido el reconocimiento merecido desde sus inicios y quizá sea esta la razón de que su música continúe sonando auténtica y personal sin preocuparse por la visión del mundo que tienen los demás.
" Estos del sello nuevo tienen fama de trabajadores y eso es algo que aprecio " |
“El mundo según” es un disco maduro, bien terminado. La voz de Luque suena limpia, hay armonía, pero también ritmos pegadizos en algunos temas desde la primera escucha. Su tono, como el del disco anterior, es más agradable que en la época de discos tan inspirados como “La primera ópera envasada al vacía”. Aquí no hay tanta oscuridad, sino mucha luz, más amabilidad, punto con el que Luque parece estar de acuerdo. “Sí, me parece una amabilidad”. De lo que no cabe duda, por tanto, es de que estamos ante un disco distinto al resto de su obra, pese a mantener sus señas de identidad, las del universo Chinarro. “Sería una continuación del anterior y el preludio del siguiente, como todos, como digo siempre”.Pero pongámonos en antecedentes. Sr. Chinarro tiene su origen en el inicio de la década de los noventa. Su primer trabajo ve la luz en 1993 y desde entonces su formación ha ido cambiando periódicamente; sólo Antonio Luque ha permanecido al frente del proyecto, impasible y subrayando cuál es su forma de ver las cosas. Tanto es así, que con el paso de los años se ha convertido en un auténtico referente de la escena indie de nuestro país.
"Creo que la mayoría no es idiota en absoluto, por mucho que los medios traten de idiotizarla " |
Después de doce años en Acuarela, sello con el que grabó siete discos, Luque abandonó la casa para enrolarse en las filas de El Ejército Rojo, sello de Los Planetas que contaba con la distribución de RCA. La experiencia no fue del todo enriquecedora y aquí le tenemos de nuevo, presentando “El mundo según” en una nueva discográfica, Mushroom Pillow, hogar de Deluxe o The Sunday Drivers. “Espero mejorar con ellos. Estos del sello nuevo tienen fama de trabajadores y eso es algo que aprecio. La fama cuesta y se paga con sudor”. Y mucho sudor es lo que ha hecho falta para dar forma a las canciones del nuevo trabajo. “Tardé mucho en hacer la primera canción después de ‘El fuego amigo’. Calculo que hemos tardado un año largo. El mayor problema ha sido la A-92, que, junto a la A-45, separa Málaga de Sevilla. He tenido que ir y volver cincuenta veces, pero una vez en el estudio, con el grupo, daba por buenas las infraestructuras andaluzas (¡lo que hacen las litronas, Dios mío!)”. Entre cerveza y cerveza, Luque ha trabajado junto al productor Jordi Gil en Sevilla y junto a una nueva banda de apoyo con la que el artista ha “establecido una relación magnífica. Todos ellos son grandes músicos y mejores personas. Será un topicazo, pero es totalmente cierto”. Con todos ellos ha completado unas canciones en las que los textos continúan su línea más característica. Y es que sus letras son una de las señas de identidad fundamentales de Sr. Chinarro. Singulares y traviesas, en su boca la realidad toma formas inesperadas. Incluso en este disco, más accesible, nunca abandona el humor, la ironía y los juegos de palabras inteligentes. Combina paisajes oníricos con elementos de su vida actual, cuela guiños a películas, anécdotas de su vida personal y muchas otras cosas, que dan como resultado un mosaico que le convierte en un letrista inimitable. En esa suerte de contrastes no ve Luque razón para pensar que su música esté dirigida a una minoría. “Si se confirma que la mayoría es idiota, sí. Pero creo que no lo es en absoluto, por mucho que los medios traten de idiotizarla para que absorban bien la publicidad de los intermedios de la programación”. Eso sí, nos encontramos con que ha simplificado las construcciones, puede que para poder prescindir de las “chuletas”, que en sus primeros años de rodaje eran una constante. Se le olvidaban las letras, dice. “Terminó, pero es porque las canciones tiene ya cierto hilo argumental que facilita que las recuerde”. A través de sus canciones suponemos que pueden percibirse algunos rasgos de la personalidad de este peculiar personaje con nombre de antihéroe, pero resulta imposible decir qué hay de verdad y qué de ficción, si nos aproximan a él o si por el contrario nos alejan, porque aquí el dilema estriba en si somos lo que pensamos o lo que hacemos. “Uno es para si mismo lo que piensa que es el Ministerio de Defensa y para los demás es lo que hace Asuntos Sociales. De lo que sí hablo es de paisajes de mi vida diaria. La plaza de toros de Málaga, por ejemplo... por la noche entra la luz amarilla de las farolas por los arcos y desde la azotea del bloque en el que vivía parecía la montaña rusa de Red House Painters, pero para toreros”. También habla de espacios abiertos, de naturaleza, de mucho verde... “¿Mucho? Espera, voy a oír el disco otra vez. Me preocupa repetir ideas o ambientes. Creo que no pasa en ‘El mundo según’, pero si te lo parece será por algo. Será la añoranza de la pradera verdiblanca. ¡Lopera, vete ya!”. Bien, quizás no se repitan ambientes, ni motivos, pero las canciones sí tienen una frescura y vitalidad que transmiten comentarios como “qué bonito el campo”, “la vegetación entre nubes de humo negro”, “asomados a la vega tú y yo”... Esta es su forma de pasearnos por las costumbres andaluzas (incluso nos lleva a la matanza) o de acercarnos a los personajes típicos (desde la gitana de la buenaventura a los viejos del café de la esquina). Y lo hace con sus melodías chinarras, con coros femeninos, con violines, palmas y muchos otros detalles. Antonio Luque dice estar satisfecho con el resultado; entender el porqué es sencillo. “Pero tampoco pierdo el tiempo. Ya estoy con el siguiente. Show must go on!”.
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