“Hay gente con ganas de coger una guitarra en lugar de hacerse el gángster”

Los sevillanos Derby Motoreta's Burrito Kachimba ponen toda la carne en el asador en “Bolsa Amarilla y Piedra Potente” (Universal/Primavera Labels, 24). Tercer álbum (sin contar la banda sonora de “Las leyes de la frontera”) en el que concilian su lado más contundente con sus inagotables inquietudes musicales.

Cinco de los seis componentes de la banda están de promo en la terraza de un moderno hotel en la ribera del Manzanares. El día en Madrid es espléndido, aunque el viento molesta un poco nuestra agradable conversación. Todos contribuyen, demostrando una vocación colectiva no tan frecuente en los grupos, y que se refleja en cada una de sus facetas.

En este tercer trabajo derrochan química en cortes del poderío de “La fuente” o “Tierra”, ahondando en esos hallazgos que les han convertido en una de las bandas más genuinas del país. La naturalidad con la que combinan rock andaluz, psicodelia y requiebros progresivos se mantiene intacta.

Y comienzo preguntándoles precisamente por esa compenetración telepática que brilla en su tercer LP. Contesta el vocalista Dandy Piranha: “Es que la banda está muy rodada. Hemos girado muchísimo. Entonces, claro, hemos aprovechado esa energía a la hora de hacer este disco, porque la banda está muy empastada”. Papi Pachuli abunda en esta idea. “Llevamos dos discos y una banda sonora a la espalda. Quieras que no, estamos rodados a nivel compositivo”. Para el guitarrista Gringo el grupo “se ha profesionalizado a todos los niveles. Es como quien tiene un bar y lleva ya cuatro años”. Que “está picardeado”, se ríe el batería usando con gracia la expresión andaluza.

“Debemos estar muy satisfechos del momento artístico de España”

Gran parte de las bases del nuevo álbum, grabado de nuevo en Sputnik (Sevilla) por su técnico habitual Jordi Gil, se hicieron en directo, precisamente con el objetivo de aprovechar su química. Durante el proceso, Bacca (guitarra) tuvo que someterse a una cirugía leve, y “todo se tuvo que adaptar a esas circunstancias, porque hubo que parar un mes”.

Lo cierto es que las canciones estaban muy cerradas. En ese sentido, el proceso fue muy diferente al de “Hilo negro” (21), y la idea partió de su productor: se trataba de concluir cada canción, haciendo las tomas que hicieran falta. “Evidentemente, tienes que estar muy abierto a lo que suceda en el estudio. El trabajo de local está genial, pero también conduce a vicios. En el estudio, cuando pones las cosas en panorama, aparecen esos accidentes”, dicen.

Pero Bacca matiza que “a nosotros nos funciona mucho más ir con los deberes hechos, porque somos muy democráticos a la hora de componer y de tomar decisiones. Y aunque el germen o idea inicial de un tema parta de alguien, siempre lo trabajamos muy en común. Para nosotros es indispensable que el proceso de grabación vaya a la par que el de la composición. En este disco ha habido mucha preproducción. Luego ha sido más pulir detalles. Ha habido accidentes que se han quedado. Esa creación nunca para y surge hasta en los directos”. Insisten en que la improvisación asociada al rock progresivo y la psicodelia “la trabajamos en el proceso de composición. Muchas veces es un proceso de búsqueda. Investigamos y llegamos a cosas. Pero no siempre vale”.

Por suerte, apunta el bajista Soni, “nuestro productor sabe exprimir mejor esa vertiente. Nosotros somos bastante tímidos. Jordi sabe sacar algo de cualquier chascarrillo musical que nos sale”. Dicho esto, la banda sabe ajustarse a los tiempos para, en palabras de Papi, “no divagar demasiado, que es un peligro”.

Una cosa está clara: “A la hora de crear, no somos el típico grupo en el que el cantantito llega con su guitarrita y los acordes. Todos aportamos una primera piedra encima de la mesa. Tocamos mucho en el local”, dice Dandy. Y hablan lo suyo, asegura Bacca riéndose. Aunque sostienen haber mejorado mucho su comunicación para avanzar en el proceso creativo y “llegar a consensos. Pones en medio el cacho de barro y todo el mundo le mete mano”. Además de que, en palabras de Gringo, “la ficción produce calor y el roce, cariño”.

Su espíritu democrático se traslada también a las letras. El cantante asegura “ir recogiendo las sensaciones y temperaturas del local, poniendo palabras a las canciones, hasta que consideramos que está acabada. Voy pescando tanto de mi experiencia colectiva como de mi experiencia personal o los libros que leo. Y también tiro de imaginación: “Seis pistones” me sugirió la historia de una pandilla que busca al Diablo”.

“Ahora cualquier chaval con un ordenador y una tarjeta de sonido puede hacer maravillas”

Creen que el auge y éxito de propuestas como la suya o la de Los Estanques tiene que ver con que el público se ha cansado de cierta fórmula indie. Gringo sostiene que “hemos estado como diez años a negras, escuchando la misma canción de Izal una y otra vez, es normal: cuando llueve se moja y cuando no llueve no se moja. Llega un momento en que el oyente se satura y va cambiando, lo mismo va por ahí”. Todos lo entienden como “una evolución normal: se llevan los pantalones de campana y luego los pitillo. Siempre va evolucionando, de barroco a clásico”. Aunque, apunta Soni, “nosotros no hacemos un ejercicio de estilo. Los Estanques, igual: es que están colgaos y juegan un poco como nosotros. No les saldría de otra manera, y a nosotros nos pasa un poco eso”.

Y se toman con naturalidad ser el único grupo del mundo (quizá con la excepción de sus admirados King Gizzard) que hablando de sus inspiraciones menciona a Pink Floyd y Rosalía. Papi cree que “debemos estar muy satisfechos del momento artístico de España, por las cosas que están saliendo de aquí. Los tres discos de Rosalía son producciones de catedral, aparte de que las canciones son buenísimas. A uno le gusta más el acústico y a otro el tercero, pero es una referencia por la frescura y la innovación”.

Concluimos, y Dandy recoge el testigo para contestarme cómo ven el futuro de la música, en lo bueno y en lo no tan bueno: una pregunta relacionada con el treinta aniversario de nuestra revista y un panorama con cambios vertiginosos en los modelos de negocio, pero que en lo esencial es igual que siempre. “Veo un problema, y es que cada vez es más un negocio y los más poderosos lo tienen más atado con el streaming y estas cosas; pero por otro lado, somos gente vitalista y positiva y vemos luz en el horizonte. Ahora mismo cualquier chaval con un ordenador y una tarjetita de sonido te puede hacer maravillas, con su imaginación y su creatividad”.

El vocalista añade que “es verdad que estamos en la época de la posverdad y la opinión en lugar de la información, pero eso hace que surjan fuerzas contrapuestas y que haya gente que tenga ganas de ponerse un disco de cuarenta y cinco minutos, escuchándolo en sus cascos con todo su ser; y hay gente que tiene ganas de coger una guitarra, sacarse una cancioncita de Pink Floyd y cantarla en su cuarto, en lugar de estar pensando en hacerse el gángster. Cada vez salen bandas más interesantes, estamos en un momento muy positivo, en Andalucía y toda España”.

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