Para este séptimo disco de estudio, “Un lugar perfecto” ha dejado de lado el do it yourself y se ha puesto por primera vez en manos de un productor externo. El elegido es el venezolano Gustavo Guerrero, que viajó el verano pasado hasta el pueblo de la sierra madrileña en el que Jairo tiene su base de operaciones para orquestar este nuevo trabajo. El resultado nos hará viajar tan pronto como le demos al play.
¿Buscaste tú a Gustavo Guerrero?
Sí, le busqué yo a él. Es la primera vez que pasa esto, que no me autoproduzco. Ya era hora de que me dejara guiar, porque, en manos de otro, uno llega a destinos diferentes, y el viaje es más ameno. Además luego tengo una víctima, por si acaso hay un fracaso absoluto, al que echar la culpa [risas]. Fuera de bromas, Gustavo es un tío al que admiro, me gusta mucho su trabajo tanto como artista, porque tiene su proyecto Augusto Bracho, como productor. Es un tipo que tiene una mirada anglosajona, porque sabe mucho de música occidental, y luego también tiene una mirada a Latinoamérica en común conmigo, que me ha ayudado mucho a cumplir el deseo de hacer este disco.
“Lo que le da entidad a un lugar es la personalidad de sus habitantes”
Se ha grabado en Becerril de la Sierra (Madrid). ¿Dan las montañas la calma y la inspiración necesarias?
Es la primera vez que grabo un disco entero aquí en Madrid, con tanto tiempo. Gustavo se vino dos meses desde México, e hicimos un trabajo arduo, dedicado, detallado, poniendo el foco en sacar la emoción de las canciones.
La banda base habéis sido tú, Gustavo, Martín Bruhn y Héctor Rojo, y luego habéis ido metiendo lo que necesitaba cada canción.
Sí, hay un par de colaboraciones reseñables. Uno es Kilema, un músico con el que he hecho un documental en Madagascar, que aporta en un par de canciones. Tiene la valiha, que es un instrumento de los más populares de allí. Hicimos un documental que saldrá a final de año, dándole voz al trabajo de una ONG que se llama Agua de Coco. Parte de sus patas están basadas en la docencia musical y artística, para darle salida a las situaciones tan difíciles que vive la gente por allí. Y luego la otra es que Gustavo propuso que los arreglos los hiciera Juanma Trujillo, un músico mayúsculo que vive ahora en España, con un cuarteto de cuerdas que se llama O Kwarteto. Son unas diosas, han dado colores, han apoyado mucho a la dirección emocional del disco.
El resultado es “Un lugar perfecto”. Diez temas nuevos. ¿Contento?
Estoy muy contento.
Abre “Lugar perfecto”, el primer single, con el videoclip rodado aquí cerca, en Malasaña.
Es obra de Juan Pérez-Fajardo, que vive también aquí al lado. Siempre me propone localizaciones cerca, porque él conoce la ciudad y entiende esta ciudad que tanto me ha dado, que es mi ciudad de Madrid.
¿Son las personas o los sitios los que convierten en perfecto a un lugar?
Son sus gentes, sus habitantes siempre. Da igual, lo que le da entidad a un lugar es la personalidad de sus habitantes.
“La siembra” fue el siguiente single. Aquí metéis los arreglos de cuerda de O Kwarteto que comentabas, además de en otros dos temas. La letra viene a decir que, si nosotros mismos sembramos, no tendremos que llamar al hechicero.
Hay un denominador común en el disco. No es que sea conceptual, pero sí que voy rotando sobre conceptos comunes como lo que tú acabas de decir, mirar en perspectiva, darle valor a las cosas cercanas, al instante. También con la conciencia de que te puedes caer, te puedes tropezar, los errores son parte de nuestra naturaleza. Todo eso está reflejado en las letras. Y la esperanza también.
También hay mucho amor en “Lo que va pasando” y “Ojalá el amor nos salve”, los siguientes singles. ¿Estoy en lo cierto?
Sí, desde luego. “Lo que va pasando” es de los temas más emocionales del disco. Juego con un concepto que no había hecho, que está robado de mis viajes, de la mirada mesoamericana, de los pueblos originarios, que no tienen el yo sino el nosotros, el “nosótricos”, la cosmovisión. Me parece muy interesante, porque parece una pareja pero puede ser un amor fraternal a tus hijos, a tu abuela, entre amigos… Y “Ojalá el amor nos salve” pues sí, desde luego que es una tabla a la que agarrarse ante lo que viene.
Dice Luis Alberto González en la hoja de presentación que “Coreografía” es un guiño a tu banda inicial, La Vacazul. ¿Lo ves así?
Sí, hay bastantes cosas. No sé si te acuerdas tú por tu edad de La Vacazul…
La Vacazul fue mítica.
¡Así me gusta! ¿Ves? [risas]. Sí, sí que tiene…
[Gloria González, responsable de comunicación del artista] Para que luego digas que nadie hablaba de La Vacazul…
¡Es que eran cuatro! Luego me dicen: yo estuve en tu concierto. ¡Mentira! [risas]. Pero sí que hay elementos de esa música musculosa que hacíamos. Y Kilema paradójicamente aporta ese aire de Madagascar a la canción, que la hace más interesante si cabe.
“Los errores son parte de nuestra naturaleza”
Decía Javier Krahe en su día que si fuese a sus conciertos y comprase sus discos todo el mundo que le decía que le gustaba su música, le iría bastante mejor…
Hay mucha gente me dice: “¿Por qué no volvéis La Vacazul?”. Y yo le digo: “¿Dónde estabais?”. Si tocamos hasta debajo de las piedras en aquella época [risas].
Tú ahora sí que vas a tocar. Ya tienes unas cuantas fechas de presentación anunciadas por España (Valencia, Madrid, Ponferrada, Benicassim, Bilbao…), además de Ciudad de México.
Ya hemos tocado en Ciudad de México, acabamos de venir.
¿Y qué tal?
Muy bien. Además, ha sido el primer sitio en el que he tenido la oportunidad de presentar las canciones nuevas. Y he notado, seguro que la culpa otra vez es de Gustavo Guerrero, que cuando un productor hace bien su trabajo, coloca las canciones en el lugar. A veces tú grabas las canciones, y hasta el año de tocarlas no llegas a cómo deberían de sonar. Un productor coge la canción y le da todo el brillo que se pueda para llegar a ese punto. Y quizá por eso él encaja en el repertorio mejor que nunca las nuevas canciones. Siempre están un poco cojas hasta que agarran músculo, pero esta vez ha sido como… Funcionan dentro de un repertorio, no quiero decir sólido, pero con un bagaje de unos cuantos años. Ya son canciones que la gente espera. Muy contento, la verdad.
¿Qué banda te acompaña en esta gira? ¿Los mismos que habéis grabado?
Sí, los mismos que hemos grabado. Está Martín Bruhn, Héctor Rojo, Kike Fuentes y Raúl Marques.
El documental del que hablabas es “Fanantenana”.
En malgache significa “esperanza”.
Está todavía inédito, y se va a sacar gracias a un crowdfunding, ¿no?…
Ya está, está editándose. Yo creo que para septiembre-octubre estará ya terminado. Estamos dando los últimos toques, pero bueno, ya sabes que hay muchos detalles. Y de cara a que se presente en los festivales adecuados tiene que salir en una fecha. Muy feliz de que este documental salga a la luz y vaya a dar voz a este proyecto tan bonito de Agua de Coco y su fundador, José Luis Guirao, que ha hecho, hace y hará una labor tan importante.
¿Qué recorrido va a tener? ¿Se va a estrenar en salas comerciales?
Seguramente. Primero se hacen festivales, tengo la referencia de un documental anterior. Este lo que pasa es que tiene el componente social también, que el anterior era más reflexivo, lo hice en Senegal, también en África. Pero este, como tiene el componente divulgativo, está dirigido de una manera más orientada a ese tipo de festivales que acogen este tipo de documentales.
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