Tipos duros, historias callejeras, suburbios de Nueva York, tatuajes, crews y música hardcore han creado una imagen de Madball que, como decía aquel del anuncio, “acojona tronco, acojona”. Pero detrás de esa férrea fachada tenemos a un entrañable y amistoso Freddy totalmente entregado a su grupo; empezó con tan sólo 12 años y ahora es el Ayatollah del hardcore. Hay pocos grupos que después de tanto tiempo sigan manteniéndose fieles a sus raíces y con el mismo espíritu de los primeros años. Tras un tiempo de incertidumbre parece que el cambio de discográfica ha sido un soplo de fuerza que les ha motivado para seguir con más ganas. “Había varios sellos interesados en editar el disco, pero Ferret fue la mejor opción. Hablé personalmente con ellos y me gustó la pasión que sentían por Madball, se habían criado escuchando nuestra música y estaban emocionados con la idea de ficharnos. Además es bueno que sea un sello independiente pero fuerte a la vez. Ferret está creciendo mucho y hasta ahora es el mejor sello en el que hemos estado”.
"Me gusta que los nuevos grupos metálicos estén consiguiendo más respeto para nuestra escena, están haciendo que crezca el hardcore" |
Ya son seis discos, con el recién editado “Legacy”, los que respaldan la carrera de una banda que ha definido el sonido y actitud hardcore desde aquel lejano 1989. “El título del disco representa el camino que ha tomado nuestra vida desde jovencitos, escuchando esta música, estando envueltos en la escena y creciendo hasta este punto, ese es nuestro legado, y aún sigue”. Mucha gente a día de hoy sigue preguntándose qué demonios es el hardcore, pero la cantidad de habladurías y opiniones sin fundamento no facilitan la respuesta para los profanos de la escena: ¿es sólo música, o implica también una serie de valores? En cualquier caso, si hay una banda que de verdad represente las dos caras de la moneda -musical y extramusical- esa es Madball. “Hoy en día la escena hardcore es muy diversa, hay muchos y diferentes estilos, y eso es bueno porque no está bien que todos los grupos suenen igual, pero en ese sentido Madball siempre hemos representado el rollo hardcore”. Aún con el nuevo disco, su sonido permanece íntegro y sin estancarse. “Nunca cambiamos drásticamente de estilo, pero de un disco a otro sí que se nota una evolución natural y poquito a poco; tratamos de sonar frescos aunque siempre conservando el sonido hardcore. En ´Legacy´ hay nuevas historias porque del último disco hasta ahora han pasado muchos años y muchas cosas en nuestras vidas, pero la fórmula es Madball al igual que en los otros discos”. Ante el boom que está experimentando la escena, con una explosión demográfica incalculable de bandas nuevas, los padres del estilo contemplan orgullosos tal crecimiento sin cerrarse en una visión purista. “Mucho ha cambiado la escena desde el 89, pero siempre para mejor, y el hardcore hoy en día sigue siendo música underground aunque se piense que está haciéndose más comercial. Me gusta que los nuevos grupos metálicos estén consiguiendo más respeto para nuestra escena, están haciendo que crezca el hardcore”. En este sentido, ya conocemos la mayoría de estilos que han ido surgiendo de la misma matriz, sólo basta con añadir el sufijo –core y tendremos sus variantes: metalcore, noisecore, postcore o sludgecore son los más conocidos. Con la misma visión positiva, Freddy apunta: “no todos los grupos de la escena pueden considerarse hardcore, hay una línea muy fina que separa lo que es el estilo hardcore de lo que no, pero en el fondo estamos todos tocando música agresiva y hay que echar alante”. Ahora bien, con la susodicha popularización del hardcore también sale a la luz su lado más violento; los videos de Boston Beatdown y de los salvajes pits en Estados Unidos y centro Europa están fomentando esa imagen de barbarie. Baile y violencia se confunden a menudo creando un caldo de cultivo en dónde jóvenes descerebrados hacen estallar su represión dando lugar a las ya típicas peleas de conciertos. “El baile violento es parte de nuestra cultura; hay sitios dónde lo hacen más violento que en otros, aunque no me gusta que la gente empiece a pelearse en el pit. De todas formas uno ya sabe cuando va a un concierto de hardcore que va a haber un ambiente agresivo por que la música es así, no estamos tocando música clásica, y sabiendo eso se puede decidir no meterse en el pit y ver el concierto desde atrás. Aún así yo siempre les digo que se cuiden y respeten, que hay que gozar y pasarlo bien en los conciertos”. Tan bien como lo pasamos aquella noche en Madrid coreando al unísono auténticos himnos del hardcore.
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