Hay un mecánico, creo que granadino, que coloca motores nuevos a las carrocerías de antiguos coches de época, de tal manera que cualquiera puede conducir un flamante viejo modelo con la fiabilidad de un motor rugiente. Pues bien, una transformación parecida parecen haber sufrido los actuales Jane´s Addiction. Alejados de los desenfrenos, disputas y enfrentamientos del pasado y conscientes de su importante legado, Farrell, Navarro y Perkins han mantenido la carrocería de su peculiar estilo, para incrustarle un nuevo propulsor a su sonido. El resultado de dicha operación ha sido "Strays". Un disco sólido como una roca, directo, duro, por momentos avasallador pero, sin duda, mucho menos esquizoide. Un disco en el que la inabarcable expresividad de un Perry Farrell limpio como una patena (y no me refiero a su aseo personal) ha quedado mucho más diluida, casi difuminada, en el trabajo más democrático, participativo y calculado de todos los que jamás hayan realizado los californianos. "Strays" es un buen disco.
"Hemos encontrado otras formas de lograr vitalidad. El yoga, los amigos, la moderación, mejores botellas de vino"
Un trabajo digno de una de las bandas más importantes de la escena rock mundial, pero, por favor, que nadie se engañe, no estamos finalizando la década de los ochenta y hace tiempo que nuestra capacidad de sorpresa quedó fulminada del todo. Al habla Perry Farrell: "Tienes razón, éste ha sido nuestro disco más democrático, pero dame tu opinión: ¿piensas que eso es bueno o es malo?". Odio que me devuelvan las preguntas como un boomerang. Te meten en un jodido embrollo. Lo más fácil es siempre darle al contertulio la razón… - "Por supuesto", contesto, "…sin duda es algo positivo" (sonrisa de oreja a oreja). Pero (siempre hay un pero) existen cosas que se quedan en el camino. En especial la desbordante personalidad de un líder que despliega exageración vital en su trabajo. La obra de un perturbado que descoloca a los semi-perturbados que la disfrutan. Porque, no nos engañemos, cuando Jane´s Addiction editan su segundo disco, "Nothing´s Shocking", nos dejan a todos con una babeante boca abierta que se desencaja del todo con "Ritual de lo Habitual", su tercer largo. Ambos discos deben cohabitar en cualquier discoteca que se precie. Ambos son reflejo de un momento, una ciudad y una escena muy concreta. Unos tiempos que, para bien o para mal, no regresarán jamás. "Tras estos años, hemos perdido que somos trece años más viejos y eso nunca es bueno, pero, gracias a Dios, hemos encontrado otras formas de lograr vitalidad. El yoga, los amigos, la moderación, mejores botellas de vino. La vida nos enseñó otras dimensiones. Cosas como la familia, el tratarse con respeto el uno al otro. Cuando eres joven y no tienes familia estás mucho más centrado en ti mismo, pero, cuando la formas, ésta te obliga a ir más despacio y considerar los sentimientos de la gente que está a tu alrededor y eso es algo muy positivo para ser usado en el estudio". Ya estamos con lo de siempre. El yonqui, el desheredado, el loco genial, el que paseó por el filo de la navaja sin caerse del todo, ve la luz y cambia de vida. Pero la noticia es que, por una vez, no se reniega con hipocresía de lo experimentado. "Creo que los excesos deben ser importantes para los más jóvenes. Ya sé que éste es un comentario muy arriesgado, pero creo que la sabiduría que se obtiene con la experiencia es la más profunda. Cuando eres joven y tienes todavía mucho tiempo por delante hay que experimentar lo más posible. De esa forma uno aprenderá que en la vida lo más importante es mantenerse, que uno debe moderarse y que en realidad hay cosas que tienen más valor que los propios excesos. Porque en realidad los excesos son como etapas y es casi un deber el celebrarlas. Teñirse el pelo de colores, por ejemplo, es muy importante. Es como un ritual, un billete que te da derecho a decir estoy aquí, soy bello y me voy a adornar. Después te haces mayor y no tienes tiempo de teñirte el pelo, pero si has vivido lo suficiente puedes intentar trabajar con tu alma y con tu mente para ver hasta dónde te lleva… y te llevará muy lejos". Lúcido comentario el de este Perry Farrell encantador, educado, próximo y relajado que me atiende en su habitación de un lujoso hotel en Union Square, Nueva York. La noche anterior, prensa venida de todo el mundo tuvo la oportunidad de verles en directo presentando las canciones de su nuevo disco.
"Tenemos muchas ganas de ser Jane´s Addiction y de tocar, de hacer el mejor sexo sobre un escenario, porque es puro sexo"
El show mantuvo vivas las expectativas de los allí reunidos. Tres bailarinas en minúsculos shorts caldearon el ambiente mientras la perorata que abre "Ritual de lo Habitual" antecedían a "Stop!", tema con el que abrieron y con el que se desencadenó la locura. Tras éste vendrían casi la totalidad de canciones que alumbran "Strays", su nuevo trabajo tras trece años de ausencia discográfica, e intercaladas joyas que nos alegraron la velada ("Summertime Rolls" "Three Days", "Ocean Size"), para finalizar con un "Janes Says" acústico que nos devolvió, por un instante, al pasado. Un legado deslumbrante que está de nuevo en funcionamiento. Una poderosa maquinaria rockera que, una vez más, se basa en la solvente batería de Stephen Perkins, los trallazos a las seis cuerdas de un Dave Navarro con un look muy próximo al hipotético hermano pequeño de Lucifer que encarnó Robert de Niro en "El corazón de ángel" y la profesional solvencia de Chris Chaney, un nuevo bajista de amplio curriculum (Andre W.K., Tommy Lee, Rob Zombie) que ha venido a sustituir al problemático Eric Avery. El show fue duro, de excelente factura, magnífico sonido y altas dosis de profesionalidad. Se acabaron las rencillas, los mal disimulados odios, lo imprevisible de lo acontecido. Todo se desarrolla de forma milimétrica según lo ensayado y las canciones del nuevo trabajo cuentan con la solvencia precisa para rockear alto. Curiosa circunstancia se está produciendo en la actualidad. Gentes talluditas, curtidas y con un legado vital en el pasado, están recogiendo en la actualidad grandes frutos bajo su propio nombre (RHCP, Foo Fighters) o con proyectos forjados con esa intencionalidad (QOTSA, Audioslave, Zwan, A Perfect Circle). No es de extrañar que Jane´s Addiction reclamen ahora la parte del pastel que les pertenece. Nadie se va a extrañar por ello, ni tampoco nadie les va a acusar de hacerlo por la pasta. Pero... ¿qué hubiera pasado si los proyectos paralelos de sus integrantes hubieran tenido el mismo éxito que Jane´s en su día? Y aún más ¿qué le dirían a la gente que piensa, aunque no lo admita en voz alta, que se juntan tan sólo por la pasta? Que conteste Stephen Perkins. "A esa gente les diría que todavía no tengo el dinero. De hecho, si deseara una pasta fija no hubiera dejado de currar para Tommy Lee. Cinco de los grandes a la semana. Si hemos vuelto es porque nos encanta la música y Dave, Perry, Chris y yo lo estamos pasando muy bien juntos. El dinero nunca fue una fuerza motriz. Yo hago mi trabajo y al final del día no me importa si hago diez millones o diez dólares. Lo que si es verdad es que, cuando estábamos de gira en 2001, nos dimos cuenta de que tan sólo estábamos recreando las mismas canciones una y otra vez. Era como pintar el mismo cuadro cada noche y sentimos la necesidad de pintar otra cosa, de ofrecer una pintura nueva. Además tienes a todas esas bandas nuevas como QOTSA que te dan inspiración. Que te hacen pensar ¡Ey, hay gente que sabe tocar, pues salgamos también nosotros y hagamos canciones! Audioslave pueden tocar, hay mucha gente que sabe tocar ahora y eso te da inspiración. Jane´s Addi
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