Incluso el compacto se resiente de esos inconvenientes. “El disco se grabó hace un año”, explica Dalton, bajista, (y ex–Wipe Out Skaters para más currículo). “Refleja el momento en que se grabó, pero desde entonces hemos echado los dientes de leche y nos hemos hecho mayores”. Ángel, el vocalista, está de acuerdo. “Hay canciones grabadas tres años después de hacerlas. Nos mola el resultado, pero a todos nos gustan más las nuevas composiciones”.
| "En el rock se sucede un recambio cada tres años: una criba tras la que se queda el público militante" |
La guitarrista, Ikerne (antigua componente de Safety Pins, entre otras cosas), concreta: “El disco no nos hace justicia”. Muy bien, pero “Matches” (un discazo de punk/HC se mire por dónde se mire) es lo único que tenemos de momento (conciertos aparte) para juzgar al cuarteto, y exijo un poco más de entusiasmo, por favor. Dalton dirime la discusión. “Tiene la frescura del debut. Faltó haberlo madurado un poco, está lleno de energía no siempre canalizada. Pero lo hemos hecho todo nosotros, así que no podemos culpar a nadie”. “Todo” incluye aspectos como la producción o el diseño de la carpeta.“Algo que nos desgasta mucho”, continúa Dalton. “Tenemos que aprender a delegar en lo que no sea la música, como hace la gente inteligente”. En cualquier caso, “Matches” es un excitante compendio de maneras hardcore a la vieja usanza pasadas por un filtro rockero que además de aportar frescura al conjunto, les exime de ser virtuosos tocando, como casi exige el hardcore para no aburrir. “Hemos ido dejando rock’n’roll por el camino. La maqueta era rock’n’roll, en el disco hay rock’n’roll, pero los temas nuevos son todo actitud. Nuestra gran baza es hibridar hardcore, punk y melodía. Y ahora no nos contentamos tan fácilmente con una canción; sonamos más duros y más maduros”. Ciertamente, hay que reconocerles la impresionante evolución de unos temas nuevos que conjugan mucho mejor la mezcolanza de influencias. “Entre los cuatro escuchamos muchas cosas. Ángel y yo somos más abiertos, oímos desde Birthday Party a country o psicodelia. Ikerne es más rockera, y Dalton es un talibán: sólo escucha punk y hardcore”. A la espera de un segundo largo, “que grabaremos antes de que acabe el año”, adelanta Chris, pronto verá la luz en formato siete pulgadas otro documento del pasado. “Nuestra primera grabación, registrada en la Coruña, y que nos encanta como suena”, explica Ikerne. Bultacos exudan ilusión, bazas imprescindibles en estos oscuros tiempos, (Dalton) “En el rock se sucede un recambio cada tres años: una criba tras la que se queda el público militante. Lo que sí ha desaparecido ahora es el recambio generacional. Si los chavales no pueden ir a conciertos, pocos entrarán en esta historia”.
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