DEBAJO DE LAS PIEDRAS
EntrevistasA Room With A View

DEBAJO DE LAS PIEDRAS

Redacción — 28-03-2002
Fotografía — Archivo

ALGUNOS TEMÍAMOS LO PEOR. CREÍAMOS QUE CON A ROOM WITH A VIEW IBA A PASAR COMO CON EL OSCAR DE PAUL NEWMAN. PERO NO. POR FIN, CASI CINCO AÑOS DESPUÉS DE LA FORMACIÓN DEL CUARTETO MADRILEÑO, UNA COMPAÑÍA DECIDE APOSTAR POR LA MÚSICA DE UN GRUPO SIN PARANGÓN EN EL ROCK EUROPEO. YA IBA SIENDO HORA. DESCÚBRANLO EN “JUPITER AND BEYOND” (EVERLASTING, 02).

Pues sí, porque la trayectoria trazada por Conrado (guitarra), José (guitarra y voz), David (bajo) y Pelos (batería) es ejemplar, se mire por donde se mire. Y “Jupiter And Beyond” no hace sino confirmarlo. Los afortunados poseedores de alguna de las mil copias que se prensaron de “Addiction Of Duplicities” (Heart In Hand, 99), convertidos en quintocolumnistas de su causa, afilaban la poderosa hoja del boca a boca cada vez que se avecinaba un concierto suyo, sabedores de que su creciente y fiel parroquia desterraba de inmediato la palabra indiferencia tras asistir a uno de sus bolos.

Su música, inquietante y llena de vida –con citas a Fugazi, June Of 44, Karate, The Cure y Sonic Youth y presupuestos estructurales y sonoros de vértigo- ha terminado imponiéndose a una disciplina interna marcada por una cierta neurosis y un algo de irresolución. La seguridad y destreza que muestran con sus instrumentos no es extrapolable a su devenir cotidiano y puede que, en parte debido a ello, hayamos tenido que esperar tanto tiempo para llevar a cabo este encuentro.
“Lo grabamos porque decidimos separarnos y queríamos tener las canciones grabadas. Como ya habíamos tomado la decisión de dejarlo, la grabación fue bastante relajada. Cuando lo terminamos nos gustó mucho como quedó, y tras el verano quedamos y decidimos continuar. En noviembre pasado empezamos a mover el disco, y ya en enero empezamos a enviarlo a sellos, pero no hubo respuesta. Un colega lo hizo llegar a Everlasting y a ellos sí les gustó”, explica Conrado, con su hilo de voz característico, atacando de cuando en cuando su lata de Coca Cola, y cediendo el turno a David, quien, con la mirada fija y voz de barítono, explicita los términos en que se desarrolló la espera. O quizá el desespero. “Teníamos claro que ese era el disco de un grupo más entre los cien mil que llegan cada día a los sellos. Si no hay un enlace o contacto más directo con el sello todo es más difícil, porque el sello realmente no sabe si vas a dar continuidad al grupo y si vas a tocar en directo”. A esas dificultades se sumaba una cuestión de orden ideológico fundamental para el grupo: el disco tenía que llegar a las tiendas manteniendo un precio razonable. Aún así, prueba superada, según relata David, apurando un nuevo sorbo de su botella de agua mineral: “Hemos llegado a un buen acuerdo con Everlasting, hemos negociado y por su parte existe el compromiso de que el precio en tienda no supere los dos talegos. Vamos a hacer un disco que en lugar de tener ocho páginas de libreto en las que salga hasta la foto de tu perro, pues tenga menos cosas y dé opción a hacer una rebaja en el precio final. Pero también es una cuestión de voluntad y ahí es dónde está el compromiso de Everlasting, que lo va a sacar lo más barato que puedan”.

“En el mundo del hardcore los grupos son muy humildes… Eso en el mundo del rock no existe, la peña se queja de no ser como Dover”

Vamos, que querer es poder, digan lo que digan los prohombres de la SGAE. Ejemplos como el que protagonizan ARWAV y su sello no hacen sino demostrarlo. Otra cosa es que, con precio decoroso y acceso a los circuitos promocionales standard, las cosas vayan a cambiar y su música llegue a ser vox populi. David, el Pelos, uno de los bateristas más impresionantes –por gusto, solidez y ejecución: por todo- que servidor haya visto/oído jamás, parece tener una visión clara del asunto. Su voz, en puja con el tintineo cansino de la cucharilla en su vaso de café con hielo, desmonta la teoría de los vasos comunicantes en un ejemplo con nombres y apellidos -“A Jesús Llorente, de Acuarela, le pasé el disco pero más que nada para que lo escuchara, porque nunca nos había visto en directo. Coque, Abel y Diego de Migala fueron a vernos por primera vez en enero, teloneando a Aina y se sorprendieron... un poco en plan ¿pero de dónde habéis salido?”-, que David reconduce de lo particular a lo general, haciendo, de paso, pequeño corolario de sus propias andanzas: “Hemos estado en un circuito muy concreto, y hemos sido un poco un grupo fantasma. No hemos tenido medios ni para hacer promoción ni distribución, pero sí nos ha funcionado bien el boca a boca. En realidad nos hemos promocionado tocando por todos lados, haciendo una gira de veintiséis conciertos en verano... eso es lo que nos ha funcionado bien”.

Esa brega en la sombra, silenciosa y discontinua, ha dejado huellas en su discurso. Su loable intención autogestionaria les llevó a poner en marcha Heart In Hand, su propio sello, donde llegaron a publicar cuatro referencias (entre ellas “The Tide”, primer largo de StandStill) y que sirvió para comprobar en carne propia, justo donde más duele, que no todo el monte es orégano. Con estos datos tampoco cuesta mucho entender el poso de descreimiento que yace en el fondo de sus palabras. (Conrado) “Cuando empezamos con el sello pensábamos ´guay, lo vamos a hacer todo nosotros´, pero en realidad no sabíamos cómo funcionaban las cosas, ni conocíamos a nadie. Y aunque ahora nos metiéramos en un asunto parecido tampoco creo que cambiaran las cosas. Editar los discos estuvo muy bien, pero recuerdo que en esa época no teníamos ni pelas para pillar un local”. (Pelos) “Las movidas chungas en el grupo han sido más generales que personales. Influían muchas cosas; verte sin un sello que te apoyara, verte sólo obligado a moverlo tú todo si querías hacer una gira, movidas de curro y estudios... ha habido momentos en que pensábamos ´o alguien nos echa una mano o no podemos seguir con todo esto´... además cuando hay un sello detrás parece que la gente te hace más caso”. Una vez entramos en los pantanosos terrenos de su relación con prensa, escena e industria musical, la cosa parece no tener marcha atrás. Conrado, dubitativo en primera instancia, decide lanzarse a tumba abierta -“En cierto modo sí somos un poco recelosos. Es que creo que nosotros no tenemos nada que ver con la gente que sale en las revistas de música, óseaaaa... (cronómetro en marcha: seis segundos de pausa)... una cosa que tiene el mundo del hardcore es que por lo menos los grupos son muy humildes, no van de músicos y de que ´esto es una mierda porque no puedo ganarme la vida tocando´. Eso en el mundo del rock no existe, la peña se queja de no ser como Dover, no entiende porque Dover sí y ellos no. Y esto del recelo viene un poco también porque la gente de la prensa tampoco es de nuestro mundo, no está bien informada... En general creo que no se nos ha tomado con la seriedad que merecíamos”-, mientras David y Pelos se suman, un poco más tarde, al desfile de acritud y quejas. Así que mejor atajar e intentar hablar de música, que empieza a chispear sobre mojado. “Las canciones de este disco son antiguas, algunas son del 99... y lo cierto es que cada uno escuchamos cosas muy distintas. Los temas nuevos son rítmicamente más extremos”. Pelos, por ejemplo, reconoce que “Aislado” es puro drum´n´bass, uno de los géneros que más escucha. “Hombre, ese es el tema más evidente. Pero también escucho cosas de electrónica más retorcida. José por ejemplo está con su rollo más ruidista, su improvisación... es una persona que escucha muchas cosas distintas, su cultura musical es increíble... cada uno aporta lo suyo y sale esto. Al final hacemos rock, con mucha mezcla, pero rock, pero la verdad es que llegas al local de ensayo, empiezas a tocar, empiezan a pasar cosas y ni te das cuenta. Y es difícil que nos comparen con nada porque lo que a uno le puede gustar al otro seguro que le apesta”. David hace memoria: “Hemos progresado desde unas influencias más melódicas, cuando escuchábamos a Texas Is The Reason y Hüsker Dü, a otro rollo condicionado siempre por las músicas que ibas descubriendo. La cosa es que cuando se habla de grupos post-rock siempre se cita a losmi

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