Un disco donde el alemán conocido como Apparat vuelve a apoyarse en la letras y la voz de Raz Ohara, además de las cuerdas de las chicas de Complezácord. Aunque salpicada de maxis para diversos sellos, la espera de cuatro años se ha hecho larga para sus seguidores. “La mayoría del tiempo estuve esperando ese momento mágico en que te viene una nueva idea para un álbum. En mis discos anteriores siempre tenía un concepto en el que basarme. Pero desde ‘Duplex’ (Shitkatapult, 03) no ha vuelto a ocurrir. Quizás porque cada vez estoy más abierto a las guitarras y a la música clásica. Es difícil ceñirte a un concepto en concreto cuando tienes tantas influencias. La única razón por la que hay nuevo disco es porque me obligué a mí mismo a terminar una de las setenta ideas que tenía en mi disco duro. Viene a ser como una recopilación de Apparat”.
Así pues, los muros a que alude el título vienen a ser barreras mentales a la hora de trabajar; la dificultad para decidirse por tomar una dirección cuando hay tantas para elegir. “Mi problema es que se me olvidó cómo dar por terminadas las canciones. O quizás que me volví algo vago y sólo empezar un tema nuevo cuando tenía otro sin terminar se volvió enojoso. Mi amigo Daniel me dijo que tenía que acabarlos o no habría nuevo disco. Tenía razón. El problema era que las canciones sonaban muy distintas unas de otras. No estoy muy seguro de si eso es bueno o malo. Es delicado hacerlas encajar en un mismo disco. Espero haberlo logrado”. Si no en cuanto a sonido, al menos su encuentro con Ellen Allien, para cuyo sello ya había grabado y remezclado algunos 12” más enfocados a la pista, sí le ha influido en cuanto a la forma de trabajar. “La mayor influencia de ‘Orchestra Of Bubbles’ sobre ‘Walls’ ha sido lo que he aprendido mientras compartía estudio con Ellen. Era la primera vez que yo colaboraba con alguien tan grande y compartir estudio no es precisamente mi mayor cualidad. Tuve que aprender a aceptar otros puntos de vista. Con Ellen aprendí mucho. Es fácil trabajar con ella porque siempre tiene muy claro lo que quiere. En cierto modo, hasta me obligó a cantar y todo”.
Su voz y los sonidos orquestales orgánicos -”el rollo minimal contemporáneo de gente como Steve Riech o Terry Riley es perfectamente compatible con el concepto de música electrónica”- son quizá la principal novedad en una trayectoria que discográficamente ya se movía por estos parajes tranquilos. “Hoy día es difícil hacer algo completamente nuevo. Se trata más bien de combinar ideas musicales. De alguna manera, estoy evolucionando hacia atrás. Ahora mismo no me importa si lo que hago es nuevo o no. Tan sólo quiero hacer buenas canciones. He perdido el interés por la tecnología”. Y es que, olvidado su papel fundador del sello Shitkatapult junto a T. Rauschmiere -”no me gusta el trabajo burocrático, ahora soy un artista más del sello”-, nuestro hombre se confiesa saturado de la música y sus obligaciones. “Para serte sincero, mis intereses ahora mismo no son para nada musicales. No puedes hacer música todo el tiempo y ahora mi vida está muy ocupada con la promoción y las giras. Preferiría tomarme un respiro y volver a la música cuando esté inspirado”. Pues oyendo “Walls” cualquiera diría que no lo estaba.
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