“El gran regalo de la música como medio de vida es poder experimentar todas sus formas”
EntrevistasDarkside

“El gran regalo de la música como medio de vida es poder experimentar todas sus formas”

Carlos Pérez de Ziriza — 06-03-2025
Fotografía — Lefteris Paraskev

No es jazz, no es funk, no es house, no es art rock, no es psicodelia, no es pop, no es electrónica. O sí es todas y cada una de esas cosas, pero a su manera. Solo a su manera. Darkside siguen labrando un sendero prácticamente único.

La prueba es su tercer álbum, el sensacional "Nothing" (Matador Records / Popstock!, 2025). Una excusa perfecta para que el guitarrista Dave Harrington (el hombre a quien algunos definen como un cruce entre John McLaughlin y Jerry García), afable y cálido conversador, me atienda desde su casa y estudio en Los Ángeles. Han pasado de ser una cosa de dos, entre él y el compositor y DJ chileno – estadounidense Nicolas Jaar, a ser ahora un trío con la incorporación del batería angelino (residente en Nueva York) Tlacael Esparza.

¿Cuál crees que es el factor diferencial de este disco respecto a sus precedentes?
La principal es que le pedimos a nuestro querido y viejo amigo, Tlacael Esparza, que se uniera a la banda. Antes éramos dos y ahora somos tres. Eso debería convertir a Darksdie en otra cosa, al menos en un cincuenta por cien (risas). Él y yo nos conocemos desde hace veinte años. Cuando yo vivía en Nueva York solía tocar jazz, música improvisada, rock psicodélico, indie rock… era toda aquella escena de Williamsburg de los 2000, cuando yo estaba en bandas como Bladerunner, y Tlacael era parte de aquella comunidad: improvisaba a veces con Nico (Jaar) y conmigo, giró con nosotros tocando la música de Nico en solitario, es diseñador de instrumentos e ingeniero de software, además de un gran batería, y ahora es una parte esencial de la banda.

La primera canción en la que tocasteis los tres fue “Graucha Max”, uno de los cortes de este disco, ¿no?
Fue la primera que publicamos como trío, pero llevábamos haciendo cosas juntas desde hace dos años. El año pasado estuvimos de gira por Europa y Tlacael ya venía con nosotros cuando empezamos a trabajar en el disco, pero es que en ese momento ni siquiera sabíamos que habría un nuevo disco, empezamos a trabajar en él sin realmente saberlo. Tuvimos algunos días libres en medio de la gira y decidimos que, en lugar de estar vagando por una ciudad cualquiera, montaríamos un estudio de grabación para hacer música. En realidad, “Graucha Max” fue una de las primeras que salió de esas primeras sesiones, que acabaron derivando en el disco.

"Creo que en este disco hay diferentes espacios, rincones y recovecos, y eso obliga a la gente a montarse su propia visión de él"

Curiosamente, esa canción, con ese ritmo un poco kraut que tiene, tampoco se parece mucho al resto del disco.
¿De verdad?

Yo creo que no.
No creo que estés equivocado. ¿Cómo ibas a estarlo? Esto es música, y me resulta muy interesante, ahora que tengo la oportunidad de hablar con gente como tú acerca de las canciones, escuchar cuál es su percepción. Cuando la hacemos tampoco hablamos mucho sobre ellas, no intentamos entenderlas. A veces la miras con cierto distanciamiento para darle otra perspectiva, pero para mí, personalmente, prefiero estar dentro de ellas cuando las hago. Metido en ellas. Y ahora es cuando empiezo a ver la perspectiva de otras personas. Creo que en este disco hay diferentes espacios, rincones y recovecos, y eso obliga a la gente a montarse su propia visión de él, y eso me parece muy emocionante.

Me parece un trabajo muy ecléctico. Como si cada canción fuera su propio universo.
Siempre nos centramos mucho en lo que hacemos, pero sin cálculos. Nunca nos proponemos sonar a algo en concreto. Siempre buscamos hacer algo nuevo. Nos permitimos ser libres para experimentar. Tlacael (Esparza) nos empuja también a explorar nuevos espacios, y a ver a dónde nos llevan. Lo que oyes no es tanto una apuesta por el eclecticismo como una apuesta por estar abiertos a cualquier cosa que podamos sentir en el momento.

¿Os sentís más liberados en Darkside que en otros proyectos, más juguetones, por así decirlo?
Yo soy juguetón por naturaleza. Ecléctico por naturaleza (risas). Al final todo cobra sentido, de alguna forma. Para mí, el gran regalo de la música como medio de vida es poder experimentar todas las formas que pone a tu alcance. Cuando no estoy con Darkside, estoy tocando una jam con otros músicos, al estilo de Grateful Dead o Phish… de hecho tocamos esta noche en el Trobadour, y mañana en San Francisco (risas). Toco jazz y música improvisada en Los Ángeles, con la comunidad musical que hay aquí, que es increíble: hay como tres o cuatro generaciones de músicos a quienes les encanta tocar música improvisada, y he acabado formando parte de todo eso. Me gusta pensar que aporto ese espíritu a Darkside, al menos en la misma medida en que lo hago en cualquier otro proyecto.

Supongo que los tres escucháis todo tipo de música, seguramente muy diversa, ¿pero tenéis alguna pasión compartida e indiscutida, algo que sirva como terreno común?
Compartimos muchas cosas. Creo que son cosas que pueden no ser muy visibles en nuestra música, hasta cierto punto. Nico (Jaar) y yo siempre hemos compartido nuestro amor por el jazz. Eso, seguro. Y cuando conocí a Tlacael, éramos unos críos que también jugaban a tocar jazz. Yo tocaba el bajo. Creo que el jazz y la improvisación es lo que más nos une. Luego ya entran la electrónica o el kraut rock: el año pasado, cuando estábamos de gira por Europa, hicimos una versión de una canción – protesta española, “La canción del quinto regimiento”, y nos llegó porque hay una versión anterior que hacía Charlie Haden, y hay una interpelación muy conocida de John Coltrane a esa canción, que se llama “Olé”. Yo creo que el jazz quizá es lo que está en el centro de Darkside, en cierto modo.

Es curioso, porque en Allmusic.com se cita como vuestras principales influencias son Can, Porcupine Tree, King Crimson, Pink Floyd o Radiohead: ninguno de ellos hace jazz, y casi todos son nombres muy clásicos. No tengo la impresión de que vuestra música sea muy clásica.
¿Qué quieres decir con eso?

No tengo la impresión de que Darkside sea un proyecto revivalista ni mimético con el pasado, me suena muy actual.
Bueno, aprecio mucho que digas eso. Creo que es lo que intentamos. Nos esforzamos por hacer algo nuevo juntos, como dije antes. Todos ponemos algo de nosotros mismos, eso conlleva referencias que luego se combinan en el estudio y dan con algo distinto. Espero. Como guitarrista, no puedo negar que me hayan influido Robert Fripp o David Gilmour. Son gente a la que adoro. Y lo pienso mucho. Pero diría que igual que Jerry García, o Derek Bailey o Grant Green o John Zorn. Personalmente, creo que tengo una forma muy abierta de hablar con mis influencias, y no me importa si salen a relucir en Darkside, pero la guitarra tiene una vieja historia, repleta de iconos, y creo que tampoco necesito alejarme de esos referentes. Es bonito sentir que vas a rebufo de una saga de extraños guitarristas. Dice mucho de quien soy (risas).

Hay en vuestra música como un equilibrio muy logrado entre lo orgánico y lo electrónico. ¿Es algo consciente?
Es el resultado de los instrumentos que utilizamos. El de Nico (Jaar), en gran medida, es el ordenador. No me avergüenza decir lo bien que toca el ordenador (risas). Lo toca de un modo similar al de otra gente tocando el saxo o la batería. Eso hace que nuestra música suene muy fluida. Es parte de su voz. Impacta en la música que hacemos, en la forma en que está producida. Intentamos hacer música rápido porque las cosas cambian también muy rápido. Yo también me sirvo mucho de la electrónica a la hora de tocar la guitarra: no me interesa convertirla en algo que no es, sino hacer que sea más de lo que se supone que puede ser. Aplico la electrónica a la guitarra para dar con mi propia voz. Se puede colar algo de Robert Fripp o de Jerry García, pero si haces música ahora, debes emplear las herramientas a tu alcance en este momento. Cuando publicamos “Graucha Max”, alguien escribió como una reseña en la que ni mencionaba la guitarra, y creo que es porque la guitarra no suena como una guitarra. Te darás cuenta cuando nos veas tocar en directo, pero al escucharla por primera vez.

Sois difíciles de clasificar. ¿Lo veis como una ventaja o un inconveniente?
Eso es algo que está entre tú, internet y la historia. No es mi problema (risas). Para darte una respuesta más seria, creo que uno de los grandes regalos de estar en esta banda es que no pensamos en eso. Todo va sobre la música, y de dar lo máximo posible de nosotros mismos. Esperas que a la gente le guste y lo disfrute, que se tome su tiempo para escucharnos, pero en esto son todo picos y valles, altos y bajos, a veces ganas y a veces pierdes… y está bien así. La música es toda una vida, una larga vida.

Tenéis gira por Europa en octubre. ¿Alguna posibilidad de que añadáis España a las fechas anunciadas?
Espero que sí. El hándicap de que los tres tengamos vidas muy ajetreadas al margen de Darkside es que a veces el calendario se nos complica. Sería una pena que no presentáramos este disco en España, así que lo vamos a intentar, seguro.

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