dani ha realizado un salto vertiginoso hacia la incertidumbre y la madurez, pero con muchos momentos llenos de belleza por el camino. Hablamos con ella pocos días antes del lanzamiento de ‘posdata’, un segundo disco con el que la artista busca consolidar su sonido pop a través de diez cartas de (des)amor.
Leyendo sobre ti, he podido ver en una entrevista que ya había una fecha de lanzamiento para ‘posdata’ programada para abril de 2022, con título confirmado y todo. ¿Qué ha ocurrido para retrasar su salida casi un año más?
Sí, en principio teníamos esa fecha en mente. Contábamos con que ya teníamos todos los temas del repertorio. Y, de repente, hice ‘Ceras Rosas’, que al final fue el segundo adelanto que saqué. Salió de forma inesperada y sentí que todavía había algo más que podía hacer. Luego realmente no hice ningún tema nuevo pero sí le di vueltas a temas que ya daba por cerrados, cositas que me rayaban un poquito. Terminé de perfilar todo. Por ejemplo, con ‘Nubes’, que es una de mis apuestas fuertes del álbum, no acababa de estar contenta del todo con la produ y en noviembre cambié la letra y le di un giro de última hora. Al final, son muchas cosas: estar satisfecha no solo con los temas sino también con la portada, el arte… Ha salido cuando tenía que salir, siento frescura de que sea al comienzo de 2023.
"El disco es el resultado de estos dos años viviendo en Madrid desde que me mudé de Vigo"
En cualquier caso, ‘posdata’ ya está aquí. Ha habido 5 adelantos previos, la mitad del tracklist. ¿Has querido dejar alguna sorpresa para el que quiera escuchar el disco después?
Sacar cinco adelantos ha sido una decisión estratégica porque, por ejemplo, te permite mostrar una propuesta más visual de las canciones. Me apetecía lanzar pequeños impactos, vas viendo la respuesta del público y enseñando poco a poco el universo del disco. Pero también tengo muchas ganas de que la gente pueda escuchar el disco entero. No hay un hilo conductor a través de las canciones a nivel narrativo, pero sí hay un contexto común muy claro. Todo lo percibes mucho mejor al escuchar el álbum completo.
En ‘veinte’, tu debut, dijiste que la preocupación que te rondaba en ese momento y que trasladaste a esas canciones era el paso a la vida adulta. ¿Cuáles han sido estas preocupaciones durante la composición de ‘posdata’?
Sí, quizás en ‘veinte’ todo era más introspectivo, de pensamientos más oscuros e internos. Ese disco lo empecé a componer con diecisiete y lo terminé con veintiuno, entonces es un momento muy de pensar cosas que nunca antes me habían preocupado: tengo que hacer algo útil con mi vida, preparar mi futuro, cuidar mi salud… ‘Posdata’, en cambio, son más reflexiones amorosas en general que he experimentado estos dos últimos años. Es el resultado de estos dos años viviendo en Madrid desde que me mudé de Vigo. Allí tenía a mi pareja con la que llevaba seis años, pero llegué aquí y se rompió mi relación. Entonces empecé a descubrir casi mi segunda adolescencia (risas). Y todos estos estímulos fueron los que me han ido inspirando para este álbum.
El título parece hacer referencia a todo aquello que dejamos de decir a alguien en una carta o un mensaje, quizás por miedo. ¿Es esa un poco la esencia del trabajo?
Justo, es eso. Cuando estaba pensando cómo cerrar el círculo del álbum con un nombre que pudiera resumir todo lo que quería expresar, me dí cuenta de que todas las canciones eran cosas que tenía ganas de decir en ese momento a ciertos chicos. Eso son precisamente las posdatas, ¿no? Lo que no te atreves a decir en el cuerpo del mensaje pero lo dices al final. Puede que algunos las capten ahora o puede que no, pero eso no es cosa mía (risas).
Aaron Rux vuelve a estar presente en la producción del disco, pero también vemos a InnerCut por ejemplo en ‘Códigos’. ¿Cómo trabajas la producción de tus temas?
Mi fiel compañero de producción es Aaron. Siempre que escribo cosas, quedo con él y juntos damos forma a todo el universo sonoro de la canción. Ya con ‘veinte’ nos entendimos super bien y desde ese momento vamos trabajando periódicamente juntos. Para ‘posdata’, algunas canciones surgieron desde mi casa con la guitarra pero otras, como ‘Ceras Rosas’ por ejemplo, surgieron en casa de Aaron y, de repente, van evolucionando. Es tener la rutina de ir quedando y trabajar en distintas ideas hasta que las canciones vayan surgiendo.
¿Te interesaría producir tus propios temas en un futuro?
La ejecución es una tarea pendiente para el próximo álbum, controlar el programa. Pero creo que ya estoy muy involucrada en la parte de la producción de mis canciones. Siempre participo en el proceso creativo de mis temas.
"ABBA y La Casa Azul son los dos grupos que siempre digo cuando me preguntan por referencias"
Como dices, por primera vez has compuesto canciones de este disco desde tu estudio de grabación y no siempre desde tu dormitorio. ¿Has sentido vulnerabilidad?
Antes me daba más pánico. Yo estaba acostumbrada a hacer mis canciones para mí, así que me daba mucho apuro ir al estudio y decir: “Ahora tiene que salir algo”. Que realmente luego tampoco hay presión, porque tú vas a trabajar con alguien y hay días que sale una canción y hay otros que no sale nada, y no pasa absolutamente nada. Perdí un poco ese miedo y así empezaron a surgir cosas mucho más frescas, como lo que te contaba de ‘Ceras Rosas’, que salió una tarde cuando el álbum ya estaba cerrado.
Hablando de ‘Ceras Rosas’, junto con ‘Nubes’ quizás son los cortes más pop del disco, ¿no?
Sí, total. En el momento en el que hice ‘Nubes’, pensé: “Wow, es una canción tan pop que es casi como un chicle”. Me encanta. Al final, mis referencias son muy pop; mis grupos favoritos son ABBA y La Casa Azul, imagínate (risas).
‘Una vez y nunca más’ también es popera pero tiene algo más de experimento. Me recuerda a Ibiza, no sé por qué.
¡Sí, puede ser! Tiene ese momento más oscuro como de la noche. Tenía ganas de enfocar así la producción. A nivel letra, también es un poco más juguetón que otros temas. Menos chicle, menos cute. Y sí, mola porque tiene eso como de club.
La nostalgia es un tema del que sueles escribir en tus canciones, pero creo que ‘Una semana’ se lleva la palma en este sentido. Es la más tranquila, ¿no?
Sí. De tener un interludio en el disco, sería ‘Una semana’. Es como un respiro. Todos los temas son bastante intensos a nivel sonido y letra, y de repente aparece esta canción hacia el final en la que hablo de la parte más inocente del amor: la de conocer a una persona, estar ilusionado y contento, y que luego no pase nada más. También me parecía guay meter en medio un pequeño guiño a Aaron, que al final es un pilar muy importante.
‘Drum & Bossa’ se sale un poco del pop, es una de mis canciones preferidas. Me parece un experimento muy peculiar que refresca mucho al disco y abre puertas a lo que podría ser tu próximo sonido a investigar. Además, siendo el último tema…
Sí, ese tema dio varias vueltas. Al principio iba a ser solo bossa nova, pero luego surgió la idea de meter el drum and bass. Y al final grabamos esas guitarras más rockeras, un mega mix raro, pero quedó súper.
También alternas tu faceta de cantante con la de DJ con Cool Nenas, donde también puedes experimentar bastante con el sonido. Supongo que la sensación será muy distinta a la que sientes cuando te subes a un escenario para cantar tus propios temas.
El proyecto de Cool Nenas es muy guay porque es algo que surgió con cero pretensiones. Estábamos de fiesta un día y nos surgió la oportunidad de pinchar en un sitio. Como somos bastante personajes en ese sentido, dijimos: “¿Y por qué no hacemos también coreografías?”. Al final, todo fue por pura diversión y gustó mucho. Es un proyecto con el que me siento muy a gusto porque no siento mucha presión. Es una oportunidad para viajar con mis amigas, subirme a un escenario a bailar, animar…
"Ahora, después de estos dos años de transición, tengo una muy buena expectativa de que todo va a ir bien este año"
Haciendo balance, ¿cómo te sientes en este momento actual de tu carrera? Aunque tu debut ya haya cumplido los dos años, fue en plena pandemia con sus restricciones. Así que quizás ahora sientas realmente que estás saliendo a la luz 100%.
Claro. Cuando salió ‘veinte’, mis primeros pinitos en la música fueron dentro de un marco con unas condiciones muy extrañas. No era para nada lo que me había imaginado. Pero tampoco fue tan raro porque nunca había vivido otra cosa antes. Para mí era lo normal. Lo raro fue cuando empecé a dar conciertos este año con la gente de pie. Dije: “Wow, esto es mucho más guay”.
Entonces con ‘posdata’ tengo muchas ganas de que salga todo en condiciones normales y hacer una gira normal con festivales. Y eso que yo considero que fui muy privilegiada porque, dentro de todo lo que estaba pasando, di muchos conciertos y me moví mucho. No tengo queja, pero era muy difícil. Ahora, después de estos dos años de transición, tengo una muy buena expectativa de que todo va a ir bien este año.
Además lo tuyo ha sido una carrera de fondo hasta llegar aquí. He visto que participaste en Factor X hace unos años. ¿Cómo fue eso?
Tampoco es que yo estuviera desde pequeña intentando ser artista. Pero siempre me interesó la música, estudié en el conservatorio, componía en casa… Pero era algo que hacía para mí. Y, de repente, apareció lo de Factor X, que fue muy random. Fue hace cinco años, vi un anuncio por Facebook y me apunté. Mandé un vídeo desde mi casa y me cogieron. Fue una experiencia que a nivel artístico o profesional no me aportó nada, no me surgieron oportunidades a raíz de ella, pero fue guay. Te curtes. Pero es anecdótico, una cosa de un día que luego pasa y ya está.
Lo que más me llevo de ese programa es que conocí a Poupie, una artista francesa que, a día de hoy, es de mis mejores amigas. Aunque ella vive en Francia y yo aquí, somos íntimas y siempre pasamos mucho tiempo juntas.
Cuando estabas en tu casa componiendo tu música, ¿en quiénes te fijabas como ídolos? Porque tu propuesta artística es una mezcla de varios estilos: música antigua española llevada a la actualidad, también un toque muy francés…
ABBA y La Casa Azul son los dos grupos que siempre digo cuando me preguntan por referencias. Pero realmente siempre escuché mucha música en casa desde pequeña. Nunca fui de tener un ídolo. Pero me acuerdo que mi tío, por mis cumpleaños, me regalaba DVDs de, por ejemplo, el concierto en directo de Beyoncé. Y los veía y pensaba: “Me encantaría algún día llegar a ser eso”. Pero era más un sueño, no piensas que vas a llegar a dar conciertos. Y tiempo después, la primera artista que me flipó fue Angèle. La descubrí justo cuando yo empezaba a hacer mi música y es una referencia muy grande, sin duda. No la conocía, y fue hace tres o cuatro años que me la recomendó mi amiga Poupie. Me encanta todo: ella, su música, sus letras, su actitud…
Llevas ya dos años en Madrid pero te criaste y viviste toda tu vida en Vigo. ¿Qué diferencia ves entre ser artista en Madrid o en Galicia? Porque en Galicia también hay una escena muy rica en cuanto a artistas.
Totalmente. Yo las siento muy mezcladas. Al vivir aquí estoy todo el rato relacionándome con gente que vive aquí pero mis mejores amigos de la música son casi todos gallegos. Por ejemplo, Grande Amore u Ortiga, son amigos y fueron de los primeros artistas con los que empecé a hacer cosas. Me siento muy en medio de las dos escenas. Y somos muchos los que vivimos en Madrid pero venimos de fuera.
Aún así, aquí en Madrid habéis conseguido formar una escena varios artistas y grupos dentro del pop más alternativo. ¿A quién destacarías como parte fundamental?
Esto puede ser un compromiso, la verdad (risas). Pero, sin duda, las Cool Nenas: Kimberley Tell y mariagrep. Tengo mucho cariño a las Ginebras, desde que llegué a la capital me acogieron y me han apoyado muchísimo. Chill Chicos fueron los primeros amigos que hice al llegar a Madrid. Maximiliano Calvo es mi vecino, me ha cuidado mucho desde que llegué también. También Grande Amore, Colectivo Da Silva, Mafalda… Mucha gente muy buena con la que he tenido mucha suerte de cruzarme.
Aún así no hay ninguna colaboración en ‘posdata’.
No. Al final son todo cartas y cosas personales mías. No tenía mucho sentido que otra persona cantase esas letras. Y también, entre ‘veinte’ y ‘posdata’ colaboré mucho en los discos de otros artistas. Me apetecía que este disco fuese algo solo mío.
¿Con quién te gustaría colaborar en un futuro, soñando a tope?
Hace un año y poco hice una canción con Poupie, que me encanta. Ella tocó en el Olympia de París y me invitó a cantarla juntas. Me haría mucha ilusión que saliera después de este álbum. Y con gente que no he trabajado, son cosas muy difíciles pero me encantaría colaborar con L’Impératrice o Parcels. O por supuesto con Angèle. Eso ya soñando a lo grande (risas).
Empiezas el año a lo grande, lanzando álbum. ¿Qué otro objetivo se marca dani para 2023?
Mi meta es preparar mi directo soñado, dentro de mis posibilidades. Estoy en ello. Y obviamente tener muchos sitios donde enseñarlo. Considero que el año pasado mi directo evolucionó bastante, pero también estuve muy centrada en acabar el álbum. Y, ahora que sale, quiero liberarme de eso y perfeccionar lo otro. Y, por supuesto, seguir haciendo canciones, no hay que parar.
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