El Puchero del Hortelano vuelve a la carga "El tiempo de Manuel"

Saborean su mejor momento artístico y personal y con ese vitalismo los granadinos vuelven a enchufar la guitarra de palo a un pedal de distorsión y a cantar con las claras del día. “El tiempo de Manuel” es un álbum lúdico, cálido, deseoso transmitir a los demás ese pellizco en el culo que de vez en cuando te da la vida.

Tras un álbum en directo y una larga e intensa gira, en la que han recibido los réditos del éxito cosechado por “Candela” y “Harumaki”, sus dos últimos trabajos, todos los componentes del El Puchero del Hortelano ansiaban volver al estudio y refrendar el excelente estado de forma. “Después de la intensa gira de varios años de la que venimos, necesitábamos cantar cosas nuevas, sentir el placer de crear otra vez, por eso ha sido muy fácil vestir estas canciones, experimentar, porque la ilusión ha estado presente en todo el camino”.

Para ello el estudio que tiene Producciones Peligrosas en plena Alpujarra granadina ofrecía el karma propicio para registrar un disco que se detiene a observar el paso del tiempo, que narra
las experiencias positivas que ha vivido su compositor, Antonio Arcos. “Son las canciones más autobiográficas que había escrito hasta la fecha, narran los momentos que he vivido en estos últimos años, las vueltas que nos ha dado la vida. Hemos vivido cosas muy bonitas en este tiempo, muchos cambios que llegan apenas sin darte cuenta, pero que te sorprenden y emocionan cuando te paras un momento y miras atrás, tanto en el aspecto personal como en nuestra carrera profesional, en el camino, en la maravilla que supone repartir tu música por medio mundo”. Ese empuje se traduce en un álbum cargado de temas con una dinámica muy de single. Además de “La guía”, el primer sencillo, pugnan otros como “El gorrión” de una extraordinaria belleza emotiva o “Manuel” el favorito de todos los que vamos tomando contacto con este quinto álbum. “’Manuel" ha sido la canción del disco que más hemos disfrutando ensayando. Nos poníamos a darle vueltas en el local y era imposible parar, se te ponía una sonrisa en la cara y seguías con la rueda del final una y otra vez hasta aburrirnos. Es un tema muy especial y te da unas buenas vibraciones que enganchan. Finalmente será el segundo single”. Y es que estamos ante un disco que recupera el tratamiento rockero de las primeras grabaciones de El Puchero, un sonido pasado por las válvulas, que ruge y otorga otra dimensión a unos temas que sin perder su identidad se vienen arriba. “Teníamos ganas de volver a trabajar los temas con más distorsiones, aunque no he utilizado guitarras eléctricas sino que he grabado con la godín flamenca y con pedales de distorsión, utilizando a veces amplis de bajo en lugar de los propios de guitarra. Hay que señalar que una de las claves para lograr este sonido del que hablas ha sido sin duda los ritmos de base del cajón de Cobi. Lo  ha trabajado con los mismos patrones de una batería de rock, el bombo, la caja, el charles... todo estaba ahí dentro, sonaba ahí to cañero y nos ofrecía unas posibilidades rítmicas que hasta ahora no habíamos apenas tenido”. Por otro lado el tratamiento vocal ha ganado en relajación y melodía, parece que esta dinámica a medio camino entre rock y compás se adapta mejor a la voz de Arcos que ha conseguido dotar los temas de mayor flow, fuera telarañas. “Sí, me he preocupado más de cantar a gusto, con expresión, y menos de la afinación o del estado de mi voz. He grabado voces a todas las horas del día, algunas veces casi recién levantado, también hemos rescatado voces de las primeras grabaciones que hice de los temas. Lo importante era buscar el rollo, las sensaciones que transmitía, la naturalidad, la cercanía... creo que lo hemos conseguido”. Pero el lucimiento no sólo ha sido para Cobi o Arcos. La guitarra flamenca de Patri, acostumbrada a empastarse con el resto de la banda, ha tenido un momento para demostrar su trazo estiloso en temas como “El gorrión” o “Cuando se cierra la puerta”, las bulerías que cierran el disco y que, por otro lado, definen esa convivencia entre lo puro y lo experimental predominante en todo el álbum. “Una canción que alterna partes más puristas de guitarra y voz con estribillos más experimentales de guitarras distorsionadas, vientos chirriantes y una contundente y martillean base a tierra”. A pesar del éxito de sus anteriores trabajos El Puchero del Hortelano no han querido redundar en una fórmula que ya les funciona y “El tiempo de Manuel” ha buscado dotar de un contenido más orgánico a sus temas sin miedo a meter los dedos en el enchufe.