"Ahora manda el público"
EntrevistasCyril Kamer

"Ahora manda el público"

Eva Sebastián — 19-05-2023
Fotografía — Davit Payàs

Barcelona está en uno de sus momentos más efervescentes. Es innegable que en los últimos años se ha convertido en cuna de los artistas emergentes más pegados en las plataformas de streaming. Primero fueron Bad Gyal, Rojuu, Beny Jr o Morad y ahora Cyril Kamer se corona acumulando más de ochenta millones de escuchas en plataformas.

En un panorama en la que la línea entre lo autentico y lo performático se diluye, Kramer se levanta como aquello real. Hijo de familia migrante en Besós Mar, se ha construido una carrera en base a sencillos que ya acumular millones de escuchas en plataformas como “Cinderella” o “Angelina”. Hablamos con él por teléfono en la que es su primera entrevista para la prensa. Así que si se habla con el autodenominado 50 Cent europeo negro, lo primero es preguntarle por este bautizo. “Es el primer artista que recuerdo a mis padres poner en casa. Desde pequeño siempre ha sido mi rapero favorito. Me identifico mucho con su esencia, con su historia, con los problemas que tuvo. No he tenido una realidad a ese nivel, con problemas tan fuertes, pero hay muchas vivencias compartidas”. Y es que al igual que su ídolo, sus letras se estructuran a partir de su vida. "Soy una persona muy reservada, muy cerrada, y no me gusta contar mi vida en general, pero tengo la sensación que si no lo contara no tendría letras. Salen fácil. Si no pudiera contar lo que cuento, no sé si cantaría”. En ellas encontramos sus momentos más personales de los últimos diez años, ya sean historias de amor, problemas en las calles o el juicio que se le vino encima el pasado 9 de marzo. Y aunque, a veces, la sobreexposición le moleste, sabe que él ha venido para esto. “El público, y los artistas, saben cuando algo es real y cuando es mentira. Y la gracia de la música urbana, por lo que se creó el rap, es para que la gente pueda contar los problemas sociales que vive, sus vivencias reales. Yo no puedo escuchar a un rapero del que no me crea lo que dice y a mí, personalmente, no me saldría cantar sobre cosas que no me han pasado, o exagerarlas o hacer clickbait para llamar la atención. No soy de los que, cuando va al estudio, escribe cualquier tontería. Yo soy más de escribir de madrugada en la cama y ahí es cuando va saliendo. Me gusta tener mi tiempo para currármelo. No me gusta decir solo tonterías que rimen”.

Poco a poco, con un trabajo constante y dedicado a contar su verdad, Cyril Kamer se ha convertido en referente de muchos chavales que lo miran con los mismos ojos con los que él miraba a sus referentes. Sin ir más lejos, este pasado año participó en una campaña de Snipes para empoderar a los jóvenes a rapear sobre un beat y salir a las calles. “Me siento bien porque, con mi carrera, los niños pueden ver que saliendo de la mierda se pueden hacer cosas buenas. Venir de un sitio que no es tan bonito y poder transformarlo en algo distinto. Ahora mi familia puede pagar el alquiler. En casa hay comida, ropa, de todo. Pero tampoco me gustaría que los chavales escucharan un drill y quisieran vivir lo mismo. No quiero transmitir un mensaje que lleve a la gente a ser delincuentes, ¿sabes? Yo relato mi camino, pero he tenido suerte, sino quién sabe. No deberían pensar en tener esta vida para que les vaya bien en la música, eso le pasa a menos de un uno por ciento”.

"Ser marroquí, negro o lo que sea, ser de una minoría, le da más realidad y credibilidad a tus letras"

Aunque ahora los focos están sobre él, Cyril Kamer confiesa que nunca creyó que lo que le ha ocurrido fuera posible. Ni tan siquiera soñaba con ello. Al preguntarle me comenta que su sueño era el fútbol, pero que el destino le tenía reservados otros planes. “Tengo la sensación de que la música es algo que me ha tocado, que me ha elegido. En mi entorno, mi colega Moha The B ya cantaba antes y yo solamente estaba por ahí viendo cómo iba el proceso, cómo se hacían los temas, hasta que un día me invitó a probar. Hicimos un featuring y me di cuenta de que a la gente le gustaba, que pensaban que esto era lo mío, así que me puse con ello al cien por cien”. Esos inicios coincidieron justo con-lo-que-ya-sabemos-todos de 2020, pero para él fue todo lo contrario a un contratiempo. “Para mí, esos primeros temas, mis inicios, fueron algo muy bonito. Nunca he tenido críticas fuertes y desde que empecé todo el mundo me decía que valía para esto. Era bonito recibir todo ese reconocimiento y hacerme grande en la calle. Creo que la pandemia también ayudó porque todo el mundo estaba muy pendiente de lo que salía en las redes. Y durante el Covid hubo una ola bastante fuerte de música drill y me subí”. Pero el estilo de Cyril Kamer va más allá del drill. Es íntimo y personal y logra mezclar con facilidad pautas afrobeat con matices electrónicos. “Primero siempre tengo la historia, el concepto, aquello que me ha pasado y quiero contar. Con esa idea voy al productor y de ahí vamos sacando la instrumental. Por lo general no llevo una idea preconcebida de cómo tiene que sonar. Pero sí que es verdad que, dependiendo de la temática, por ejemplo si es una historia de amor, busco algo más melódico, menos drill, más movido y afrobeat. Pero nunca puedo saber al cien por cien cómo sonará hasta que me pongo”.

Combinando intuición y seguridad, tiene claro que su figura ha llegado para quedarse. “Ahora es más fácil triunfar en la música urbana. Ser marroquí, negro o lo que sea, ser de una minoría, le da más realidad y credibilidad a tus letras. Esto me lo suelen decir sobre todo españoles blancos. Que si, por ejemplo, lo que canto lo cantase un blanco no se lo creerían. Los que están en los barrios bajos, en las zonas marginales, son al final migrantes y gitanos, y ese es el sonido que está pegando. A lo mejor, hace diez años sí que me hubiera dado miedo a ser visto como un cliché, pero ahora hay mucho movimiento y se acepta más. Si lo que está pegando es ‘Cinderella’, me van a llevar a los festivales por mucho que venga de tal o cual barrio. Ahora la música ya no la pueden controlar solamente las grandes discográficas. Ahora manda el público. Lo que suena es lo que suena. Por mucho que yo haya tenido problemas, juicios o lo que sea, mis canciones tienen cincuenta millones de escuchas. Así que la gente lo va a comprar y consumir y a la industria le acabo interesando”.

Cyril Kamer lo tiene claro, el futuro le pertenece. Su próxima gran cita es el 27 de mayo en la barcelonesa sala Razzmatazz. “Hemos hecho ya bastantes ensayos y va a ser un muy buen show. Voy a mostrarme tal y como soy para que la gente me pueda conocer de una forma de alguna manera más íntima”.

 

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