Cumbres borrascosas
EntrevistasCypress Hill

Cumbres borrascosas

David Broc — 28-04-2000
Fotografía — Archivo

NUEVAMENTE, EL GRUPO CALIFORNIANO CYPRESS HILL REAPARECE CUANDO MÁS CERCA SE VISLUMBRABA SU SEPARACIÓN. “SKULL & BONES”, A BUEN SEGURO EL TRABAJO MÁS DISCUTIBLE DE SU CARRERA, SILENCIA RUMORES, ENTIERRA PREDICCIONES Y LES DEVUELVE AL PRIMER PLANO DE LA ACTUALIDAD MUSICAL. ¿CÓMO LO HACE? EJEM, BUENO, ESO YA ES OTRA HISTORIA.

Aunque muchos creemos que el grupo de hip hop favorito del público ajeno al hip hop empezó a distanciarse ideológicamente del género tras “Black Sunday”, tenemos que rendirnos a la evidencia que nos propone “Skull & Bones”, nuevo disco de Cypress Hill: el combo californiano acaba de entregarnos un álbum de rock. B-Real y cía. se han sacado de la chistera un disco de rap-metal. En una línea aproximada a Limp Bizkit (grupito al que alguien tendría que desenmascarar de una vez por todas), para que se hagan una idea. Y quizás el hecho más discutible del mismo es que Cypress Hill no han apostado al cien por cien por rockerizar su propuesta, sino que lo ha hecho a medias, reservándose la mitad del minutaje a su hip hop de siempre, tan reformulado y estático como en los últimos años. Y así no hay quien se aclare. Quizás sea el momento de valorar defintivamente a Cypress Hill como si de una banda de rock se tratase, tomando las incursiones hip-hopísticas como simples complementos y analizando sus méritos musicales desde la perspectiva más ortodoxa del rock contemporáneo. Pero siempre con ese rock, o ese metal, como se prefiera, como base creativa. Algo que, de todas maneras, no tiene por qué alterar la corriente de opinión de sus seguidores, colectivo que con el paso del tiempo se ha ido acercando con fuerza al consumidor de rock alternativo. En este sentido,“Skull & Bones” no impacta ni sorprende como muchos podían haber creído, sino todo lo contrario: confirma expectativas. Huelga decir, empero, que todos aquellos allegados al hip hop que vibramos en su momento con sus dos primeros álbumes vemos con cierta tristeza el camino trazado por el combo californiano en el transcurso del último lustro. Creo que todos hemos de aceptar que el hip hop, como etiqueta, pero también como actitud, como sentimiento y como expresión artística, se ha de buscar lejos del trío angelino. Y reconozco que estaríamos equivocados si nuestros esfuerzos fueran encaminados a equiparar el sonido de Cypress Hill con el de, por ejemplo, Gang Starr, Dilated Peoples o DJ Spinna. Ésa ya no es su guerra. Su guerra, ahora, pero también desde hace un tiempo, se libra contra Biohazard, contra RATM, contra Korn, contra Limp Bizkit: bandas, todas ellas, con las que su público conecta mucho más y con las que, definitivamente, ha habido acercamiento sonoro. Otra historia es que algunos nos creamos religiosamente esta reconducción hacia el rock rapeado. Y a esto hay que unir, además, el hecho de que Cypress Hill parece una banda rota desde hace unos años. Tanto Sen Dog, Mc que se fue del grupo para recaer en un formación de rock para volver tiempo después a ‘la colina del ciprés’, como B-Real, quien puso más empeño en su proyecto Psycho Realm que en los últimos discos de la banda, como el propio DJ Muggs, productor harto conformista al frente de Cypress Hill y alma incansable, atrevida y convincente en sus maxis de Soul Assassins, se intuyen mentalmente fuera de un combo que, pese a ello, nunca abandona. ¿Por qué?

Bueno, para eso está Sen Dog al otro lado del hilo telefónico.“La verdad es que a mí también me sorprendió cuando ellos me hablaron del nuevo disco como un disco en que el rock también iba a jugar un papel importante. No me lo esperaba. Lógicamente, me gustó mucho la idea, y por ello decidí participar activamente en “Skull & Bones””. Poco hablador, Sen Dog no duda en admitir el distanciamiento estilístico que siempre parece haber existido entre él mismo y el grupo. Recordemos que fue el propio Sen Dog quien hace unos cuatro años anunció su partida para dedicarse plenamente a su banda de rock. Ahora sabemos que no fue una huída al uso. “Bueno, es cierto que tengo un grupo de rock desde hace unos cuantos años. Pero nunca me propuse marcharme para siempre de Cypress, sino que dejé abierta la posibilidad de volver cuando yo y ellos quisieran. No sé, todo este tiempo he tratado de compaginar el trabajo en ambas bandas, aunque, como tú dices, sí que es cierto que musicalmente me siento más cerca de mi banda de rock, SX10, que de Cypress Hill”. Así pues, todo parece indicar que “Skull & Bones” es el disco en que Sen Dog se ha sentido más cómodo e integrado en su trayectoria como miembro de Cypress Hill. La mezcla entre rap, rock y metal se aproxima a lo que buscaba Sen Dog hace unos años y presumiblemente no le dejaban hacer. “Como ya te he dicho, fue toda una sorpresa para mí. Creo que Cypress Hill había llegado a un estado en que necesitaba buscar nuevas cosas, nuevos sonidos, nuevas formas de crear música manteniendo, por otra parte, el sello propio del grupo. En ese sentido, “Skull & Bones” es un paso adelante en nuestra carrera”. Entonces, ¿cómo hemos de entender sus primeros años al frente de un nombre que estaba estrechamente ligado a la escena hip hop californiana, y cuya única relación con el rock era la de coincidir en programas de la MTV? Por lo visto y escuchado, a Sen Dog sólo parecen gustarle las guitarras y las baterías. “Es que yo crecí con los discos de Led Zeppelin, The Who, Jimi Hendrix... ya sabes, este tipo de material. Pero esto no quiere decir que no haya disfrutado los discos con Cypress Hill, ni que el hip hop no signifique nada para mí. Por eso estoy tan satisfecho de “Skull & Bones”: porque en un disco hemos conseguido mezclar ambas sonoridades”. Algo que a buen seguro colmará las exigencias de la mayoría de sus seguidores, un público que, como antes ya anunciaba, siempre estará más cerca de Biohazard, RATM o Pearl Jam que de Gang Starr, Jay-Z o Common. Y es que uno aún recuerda con estupor como en el primer concierto de Biohazard en Barcelona las camisetas de Cypress Hill abarrotaban la sala. “Es algo que hemos comprobado en los últimos años. Y eso es algo que nos gusta mucho. Es un público muy abierto y tolerante con la música, hecho que les permite escuchar muchos tipos de música distintos: rap, rock, punk, metal... Por eso estoy convencido que todos ellos disfrutarán “Skull & Bones”, ya que es un disco variado, ecléctico. Pero tampoco sabría cómo contestarte al porqué tenemos ese público. Quizás porque nuestra música se prestaba a ello, o bien porque quizás somos el grupo de rap que en más festivales de rock ha tocado, o bien porque gusta nuestra imagen... no sé, tampoco me he planteado por qué nuestro público es de una forma u otra”.

Mi tesis particular es que si Cypress Hill ha enganchado a tantas mentes apegadas al rock y derivados es, precisamente, porque Cypress Hill nunca ha sido un grupo excesivamente admirado y laureado por el consumidor de hip hop. Y a esa falta de conexión con el purista de las rimas y los ritmos ha respondido con fanatismo el público habituado a cadencias más rockeras. Es indudable que la imagen del grupo, como sus colaboraciones con referencias ajenas al hip hop (de Biohazarad a Pearl Jam, pasando por Sonic Youth), también han ayudado; si bien éstas no han sido determinantes. Nadie lo sabe. Pero lo que sí sabemos es que “Skull & Bones” ahuyentará a buen seguro el interés que todavía podían mostrar los adeptos al hip hop que aún confiaban en la formación. “Somos conscientes que “Skull & Bones” no gustará a todo el mundo, y que los seguidores más ‘straight’ del hip hop es posible que no entiendan el disco. Pero también somos conscientes que habrá gente a la que le pasará lo contrario, y que disfrutará por primera vez un disco de Cypress Hill. La verdad es que me preocupan más los seguidores que puedan venir que los que se puedan ir”. En cierto modo, no es de extrañar el camino que han tomado Cypress Hill de cara a afrontar el 2000. Conscientes de que la escena hip hop dejó de ser terreno de batalla desde hace unos años, y que el disco en español dibujó el punto más alto de su decadencia, Cypress Hill tenían que renovar su discurso sin traicionar el espíritu de sus admiradores. Y el rap-metal, nuevamente en boga por arte y gracia de Limp Bizkit (Premier, ¿por qué?), se ha configur

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