"La clave está en que no haya egos"
EntrevistasCupido

"La clave está en que no haya egos"

Álex Jerez — 19-09-2022
Fotografía — sergio Penas y Gara Aragonés

Cupido son Pimp Flaco y Solo Astra, pero en realidad son más que la suma de sus partes. Convertidos en referentes de la escena estatal, han dado un golpe de volante a su sonido en “Sobredosis de amor” (Primavera Labels/Universal, 22), llevándose la portada que merecieron ya con su debut juntos.

Un montón de emojis de corazones rotos, ni rastro de miedos, ni una sola mentira. Pocas bandas golpean tan bien como lo hace Cupido. Pocas bandas saben construir himnos que te revientan por dentro en todos los sentidos. Son capaces de lo mejor llevándote al éxtasis en los conciertos hasta quedarte afónico, y de lo peor haciéndote recordar las relaciones más tóxicas de tu vida, los momentos en los que te has sentido más vulnerable y frágil. Es por eso quizás por lo que Cupido se ha convertido en la voz de todos, en el amigo de una generación dolorida y desmotivada por una sociedad que muchas veces parece un callejón sin salida.

Aunque, la verdad, cada vez cuesta más acotar el público que consume su música, al igual que la de la escena musical con la que se les suele relacionar. Por esta razón, la escalada infinita hasta el cielo por la que han luchado con sudor y lágrimas desde los inicios (en “Sobredosis de amor” podríamos decir que sería ya más bien una invasión alienígena), se ha hecho realidad. Tan real como que ponen a los indies más clásicos, cuarentones, y puristas a memorizar barras memorables o bailar entre sintetizadores. Y, por otro lado, consiguen colar entre perfiles más jóvenes, y enamorarles por completo, un pop de guitarras y un sonido bastante más alejado de las tendencias latinas que reinan el mercado actual.

"Yo no sé actuar, no soy actor y hay canciones que escucho en las que yo mismo digo ‘hostia aquí estaba jodidísimo"

En Cupido no hay fronteras, no hay límites, no hay prejuicios. Cupido es respeto, es amor por la música; ya está, no hay más. Es un salto al vacío que hicieron con los ojos vendados y que más que salirles bien se convirtió en una forma de vida para la banda. En cada entrega, Pimp Flaco suelta y depura unas letras que le hacen ganarse el título que le coloca siempre Luichi de Solo Astra: “el mejor letrista en castellano que existe”. Y en realidad, no es para menos, solo hace falta escuchar “La Pared” para ver lo capaz que es de alejarse de sus zonas más seguras y conseguir que acabes roto en pedazos viendo a una persona desnudarse emocionalmente por completo delante de ti. “Yo estaba vomitando todo y pintándolo de rosa. Todo lo que estoy diciendo es real, he pasado por momentos malos. Lo que sí que es cierto es que no todo el disco habla de una única relación con una chica como la gente se piensa. Es una mezcla de movidas negativas, hablo de cosas que me marcaron como por ejemplo el COVID, que me dejó tocado y muy triste en casa encerrado. Me afectó mucho, yo venía de estar con ansiedad y eso me jodió muchísimo. La verdad que lo último que necesitaba en ese momento era enjaularme. Estaba muy rayado medicándome por una depresión fuerte. Así que sí, es innegable escuchar el disco y saber que no estaba contento. Luego todo el arte tiene su maquillaje, tiene su sal y su azúcar. Le das su toque para que no parezca ni tan feo ni tan bonito, ni tan amargo ni tan dulce”, nos cuenta Dani haciendo un repaso a cómo este último álbum refleja con pocos filtros un presente cercano al que no quiere volver. “Hay cosas que yo no puedo controlar. Yo no sé actuar, no soy actor y hay canciones que escucho en las que yo mismo digo ‘hostia aquí estaba jodidísimo, tengo la voz medio temblorosa por el tratamiento’. Y eso son cosas que a lo mejor la gente no se da cuenta o se cree que estoy ahí metiéndome en el papel. Y la verdad, yo papel solo para escribir, luego ya todo sale de dentro”.

Cada disco representa un universo muy diferente a explorar por parte de Cupido y al igual que hablábamos de cómo puedes encontrar en “Sobredosis de amor” temas que te ayudan a entender la parte más íntima y blandita de ellos. Si volvemos a aquel jugón “Préstame un sentimiento” todo cambia. La de veces que nos hemos dejado la piel en la pista con “No sabes mentir”, o “Autoestima”, y acabando enganchados en unos versos muy pegajosos como pura diversión que no te sueltan. Lo tenían muy difícil a la hora de volver a lanzar himnos de semejante calibre con este álbum y que la gente los comprara. Venían de una primera entrega que parecía imposible de derrotar porque, más que por el aplauso de la crítica, se convirtió en una banda sonora para unos fans que se sabían desde la primera hasta la última barra. Pero se les ve contentos, se les nota orgullosos de un segundo disco que les representa por completo más allá de las posibles comparaciones. Y es que la conexión de Cupido con su público es especial, eso ya lo sabes si has ido a verles en concierto. Allí todo fluye de una forma diferente, son karaokes continuos en los que todos se identifican como hermanos y se sienten parte de una misma banda. Te hacen creer que formas parte de un todo, de una burbuja llena de emociones de la que no puedes escapar porque en cada canción Flaco te abre su alma en privado y te hace formar parte de sus historias. Unas historias que al final son tan suyas como tuyas y unas melodías que te hipnotizan para que vivas una especie de trance de los buenos.

Catarsis, liberación y valor

La verdad que Cupido tiene todo lo mejor del pop de masas, de la emoción de las bandas mainstream con las que el fandom se entrega al cien por cien y a la vez saben hacer buena música por necesidad conociendo los límites. De ahí que cuando hablamos con Solo Astra, de cara al lanzamiento del último disco, nos contaran que el gran reto de la banda para un futuro cercano es profesionalizar más los directos para que la experiencia sensorial del show sea completa. Conseguir que el público acabe de verdad sumergido entre cada canción de Cupido y crea que ha vivido una experiencia única durante unas horas. La cuestión, una vez más, es ir un paso más allá, generar cosas que no les hagan estacarse, movernos todo por dentro y que esto siga teniendo tanto sentido como el que tiene a día de hoy. “Nosotros siempre intentamos hacernos fotos con la peña y, tío, mucha gente así más jovencilla se nos acerca y nos dice ‘tío, es que me he pasado medio concierto llorando’. Y eso en realidad me gusta. No se lo digo directamente así, pero me gusta. Joder, tío, eso quiere decir que te he removido por dentro. Que evidentemente, lo que tampoco quiero es hacerte llorar todo el rato. Esto se trata de hacerte saltar, gritar, llorar, hacerte reír… Además, joder, me lo dicen afónicos sabes, que eso quiere decir que han gritado y lo han dado todo. Se trata de transmitir algo. Hay gente muy buena que canta súper bien, que tiene una voz de la hostia, que escribe muy bien, pero no transmite nada, ¿sabes? Así que por lo menos nosotros sabemos que a un cierto público le hemos logrado tocar ese botón”.

"Ya estamos componiendo para el próximo y probando otros sonidos que marcarán un cambio"

Cupidoes catarsis, liberación y valor. Es abrirse en canal para disfrazar de poesía lo peor de uno mismo, pero sin artilugios que impidan ver la verdad de una forma transparente. Porque Flaco ha dejado muy claro que no quiere poses ni cadenas en el grupo. Pero, Cupido también es reírte de la vida y de cómo de “cabrón” es el amor cuando nos trolea muchas veces y nos deja K.O. en segundos. En un momento determinado de la industria musical, lograron marcar una tendencia que sirvió de inicio a un pequeño movimiento como parte de una fusión que nadie veía venir y que nos vino de lujo. Pimp Flaco puso todas las fichas en una sola partida dejándose llevar y sacando su arte más allá de las barreras urbanas. Menos mal que le salió de lujo. “Si no arriesgas no ganas. Mi problema era que yo ya estaba ganando y arriesgué siendo uno de los precursores del sonido que estaba más fuerte en ese momento. Salté y cuando salté a este proyecto yo no sabía si había agua y me podía haber hecho mucho daño. Gracias a Dios me va muy bien en solitario y estaba llenando salas cuando aposté por Cupido. Además, al público ya sabemos cómo le va eso de que de repente ya no molas por haber hecho cualquier movida y te hacen la cruz. No sería el primer rapero al que tachan por haber hecho una colaboración con una figura pop. Por ejemplo, mi público era muy sectario, o sea el público del trap del 2017/2018, y como les dijeras que escuchas a Sergio Dalma, hasta luego adiós muy buenas. Que no es el caso, nunca he escuchado a Sergio Dalma, pero tú me entiendes lo que te quiero decir [risas]”.

Más que la suma de las partes

Lo bueno es que Solo Astra supieron entender a Dani desde el principio, abrazar cada palabra y generar melodías tan inspiradoras como adictivas. Con la llegada del segundo álbum sintieron un poco de vértigo al ver que, cuando en la escena nacional estaba petándolo el sonido que desarrollaron con “Préstame un sentimiento”, ellos habían dado un nuevo vuelco a su música incorporando otro tipo de referencias e intentando ir un paso más. Pero, al final, todos reman a favor, en la misma dirección, cada vez que hay que tomar una decisión como banda. Se cuidan, creen en ellos mutuamente y eso se nota en el resultado final del disco. Han sido la raíz de muchos proyectos que surgieron a posteriori, lograron eliminar miedos absurdos y han significado el empujón necesario para hermanar dos caras de la industria que en España siempre se vieron injustamente enfrentadas. Por fin se está consiguiendo que no se infravalore a los artistas urbanos de nuestro país, que el público los pueda ver más allá de una sola capa y deje de juzgarles simplemente por el uso del autotune, los prejuicios del reggaetón o por unos beats sencillos. Y lo curioso es que Cupido la verdad que ahora lo tendría mucho más fácil si dieran un volantazo e intentaran capturar las modas pero, sin embargo, van directos a seguir haciendo un pop que bien puede colarse entre el público indie. Aunque ya nos contaban Solo Astra hace unos meses que les flipaba ver cómo la gente no sabe etiquetarles en un género concreto y terminan siendo parte de un todo infinito. Que son un extraño animal que nadie se atreve a clasificar ni domar.

Dicho todo esto, y aunque no nos gustaría que pasara, la verdad que  “Sobredosis de amor” podría marcar perfectamente la despedida del grupo si quisieran irse en lo más alto. Ellos mismos lo dejan todo bien cerradito con “Universo” en el propio disco (“Este será el último verso que escribiré en el universo”). Han sido número uno en ventas de vinilos en España, han llenado festivales y a partir de otoño realizaran una gira por las mejores salas de todo el país (el espacio favorito para ellos porque en ellas vuela el sudor de verdad). Sin embargo, mientras Cupido siga siendo una forma de expresión necesaria para sus integrantes, el proyecto permanecerá con vida y con una salud de hierro. “Yo creo que la clave está en que no haya egos. Estamos muy en armonía. Con las letras que yo estoy haciendo, si no estuviésemos conectados no saldrían temas guapos. Aquí todo es muy homogéneo y yo creo que escuchas el disco y dices ‘coño, es que todo encaja’. Que hay un enorme trabajo detrás, no todo es magia. Ya estamos componiendo para el próximo y probando otros sonidos que marcarán un cambio. Aunque, la verdad que el cambio será más con respecto a “Préstame un sentimiento” y no tanto con relación a “Sobredosis de amor”. La idea es ir poco a poco pegando pequeños pasitos para que cuando nos demos cuenta ya estemos en otra cosa. Esto es como la ESO, primero de la ESO, segundo… Como un río”.

Así que sí, Cupido seguirán ahí porque es el canal de comunicación que necesitan para reflejar sus emociones y narrar su presente. Da igual que lo compartan con sus proyectos por separado, o que el futuro de la banda se pueda ver como algo incierto. Tampoco hablan de un regreso determinado, con lo que lo mismo pasan bastantes años hasta que podemos disfrutar de una nueva entrega. Pero ellos siguen generando canciones sin parar y haciendo crecer una idea que comenzó como una locura para terminar siendo sangre de su sangre. Un viaje que comenzó riéndose de la vida para transformarse en una de las piezas creativas más gratificantes que han desarrollado y que jamás podrán olvidar. Una relación amorosa que todos mantenemos con ellos y que nos va a costar superar si algún día llega la ruptura. Aunque, bueno, siempre está la opción de volver con tu ex.

 

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