Audioslave tocan esta noche en la sala grande del Razzmatazz de Barcelona y, aunque las entradas cuestan la friolera de treinta y cinco euros, queda muy poco papel en una taquilla que todavía está cerrada. Son las cinco y media de la tarde y una veintena de jóvenes fans espera con impaciencia a que llegue el grupo dispuesto a realizar las pruebas de sonido. Nuestro encuentro con la banda adquiere el retraso habitual en este tipo de citas, pero estamos acostumbrados. Unas cervezas en el Pepe Bar y unos cuantos cotilleos, amansan la espera. Parece ser que Chris Cornell se ha levantado hoy algo girado. Es posible que, como comprobaremos más tarde durante el concierto, el mal estado de sus cuerdas vocales le tengan preocupado. De lo contrario no se explica que la entrevista que ha mantenido en el hotel con una revista de metal haya sido un cúmulo de monosílabos o que las citas que tiene para esa misma tarde se hayan postergado hasta después del show. Por suerte para nuestra revista, ese genio de las seis cuerdas que es Tom Morello, se portará como un auténtico caballero y contestará a nuestras preguntas con celeridad atropellada para que le podamos plantear las máximas en los escasos veinte minutos de que disponemos. El segundo disco de Audioslave da para mucho y supera claramente lo apuntado por el primero. Si a eso le añadimos el compromiso social de nuestro interlocutor, estoy obligado a ir directo al grano.
¿Has hecho un esfuerzo por intentar tocar de forma diferente la guitarra y alejarte más del sonido de RATM?
Sí, esta vez mi manera de acercarme a la guitarra ha sido distinta. He confiado mucho más en la espontaneidad que en la preparación previa. Normalmente habría tenido una grabadora como ésta con la que estamos haciendo la entrevista, para grabar mis ideas durante todo el año de gira. Luego, a la hora de hacer el disco, suelo volver a esas grabaciones y las someto a un proceso de autocensura. Miro todas mi ideas y voy seleccionando. Sin embargo esta vez no hice nada de eso. Confiaba en lo que pasaría en el local de ensayo, en lo que surgiera el mismo día que nos poníamos a escribir una canción. Creo que eso ha hecho que la experiencia haya sido más espontánea.
También me parece un disco en el que habéis trabajado más las melodías.
Hay más melodías vocales que son cosa de Chris. Claro que el hecho de tener más experiencia tocando con él, nos ha empujado a todos los demás como músicos. Ha supuesto todo un reto, sobre todo para Tim (Commerford, bajista) y para mí, ya que esta vez tuvimos que acomodarnos más a su forma de cantar.
Hace poco habéis hecho un concierto muy especial en La Habana, me gustaría que me explicaras cómo valoras la experiencia.
Fue increíble y un gran honor por ser el primer grupo americano de rock que ha tocado en Cuba y más en un concierto gratis para setenta mil personas. Es algo que no olvidaré jamás y no únicamente el concierto, que abre las puertas a otras bandas americanas para tocar ahí, sino la experiencia que hemos tenido durante los tres días que hemos estado allí. Aprendimos mucho de Cuba y de los cubanos. Por ejemplo, la visita que hicimos a una escuela de músicos que estaba situada en un club de campo elitista para los ricos de antes de la revolución y que ahora es una escuela gratis para jóvenes. Ahí vimos unos músicos de jazz buenísimos pero también vimos una de esas ironías de la isla: hay muchos esfuerzos puestos en la educación de los niños y por ejemplo el nivel de alfabetización cubano es más alto que el de los Estados Unidos y encima Cuba exporta médicos a países pobres, pero todavía no tienen bastante cuerdas de guitarra en las escuelas de música. Esa es una de las ironías del embargo.
¿Llegasteis a conocer a Fidel Castro?
No en persona, pero Fidel tuvo que firmar nuestro visado especial. Creemos que es fan, pero no estamos seguros.
¿Qué opinión te merece el régimen cubano?
Es difícil juzgarlo porque el gran tema en la vida cubana es el bloqueo por parte de Estados Unidos. Hay, claramente, cosas que son positivas: la gente es sana, es educada, orgullosa, pero a la vez existe una gran pobreza. En parte es por culpa del gobierno cubano y en gran parte por culpa de mi país. También es verdad que hay ciertas libertades, que podemos disfrutar en Estados Unidos y que no pueden disfrutar en Cuba, pero una de las cosas buenas que tiene Cuba es que no hay esos anuncios luminosos de Paris-Hilton por todas partes. No tienen ese culto por el consumo o esa adoración de los famosos, cosas que forman parte de la vida americana que son repugnantes y es agradable que así sea.
¿No crees que resulta un poco contradictorio que vosotros vayáis a tocar a Cuba y que la cadena que grabe el concierto sea la MTV, una cadena que no deja de ser una multinacional del espectáculo?
No sé si hay una contradicción ahí. Simplemente les invitamos a que grabaran el show para que los americanos vieran de qué se trataba. Para nosotros es muy importante que se vea nuestra experiencia allí y por eso también lo hemos filmado para luego editar un DVD. Una de las razones de nuestro viaje es ayudar a romper la barrera de información que existe en nuestro país con respecto a Cuba. Los estadounidenses no tienen ni idea de cómo es Cuba, de cómo es la gente, la vida ahí, y este viaje sirvió como un intercambio cultural, como una experiencia educativa, no sólo para la banda, también para todos nuestros seguidores estadounidenses de aprender más sobre Cuba.
Pero muchas veces el esfuerzo que realizan los grupos de rock parecen no servir demasiado. Lo digo porque a pesar del compromiso y los conciertos de muchos grupos en contra de Bush, finalmente ha vuelto a ganar las elecciones. ¿No te sientes decepcionado?
No soy fan de Bush, pero tampoco pienso que sea inteligente esperar a que un presidente mejore tu vida. Piensa que ambos candidatos eran multimillonarios y que cada uno representaba a diferentes ramas de los intereses de las grandes corporaciones, pero ninguno representa de verdad al pueblo norteamericano. Bush es peor, es un monstruo, pero de todas formas no puedes volcar todas tus esperanzas en el otro candidato cuyos intereses no son los de la mayoría de la gente. Las cosas no cambian así. Dicho esto, sí es verdad que estoy decepcionado. Quería que Bush perdiera las elecciones y no lo hizo, pero a la vez fue muy esperanzador ver que tantos músicos se involucraban de esa forma. Eso es algo que no habíamos visto desde finales de los sesenta. Y no sólo los músicos, de hecho hay muchos americanos que están enfadados, sobre todo por la guerra. Hubo mucha gente que empezó a hacerse oír, ya fueran profesores, periodistas, músicos o lo que fuera. Lo único que puede cambiar las cosas, es seguir trabajando, movilizándose y organizándose en nuestras comunidades para hacer que las cosas sean mejores, no podemos esperar que el presidente lo haga por nosotros.
En este sentido eres unos de los principales instigadores (junto con Serj Tankian de SOAD) de la organización Axis Of Justice. ¿Me puedes hacer una valoración del proyecto y decirme en qué estáis trabajando en este momento?
Siempre puedes consultar lo que estamos haciendo en la web www.axisofjustice.org. Además Serj y yo tenemos un programa de radio en Los Angeles en el que ponemos música rebelde y hablamos de
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