"¿Cuál es el siguiente escalón?"
EntrevistasJuventud Juché

"¿Cuál es el siguiente escalón?"

José Carlos Peña — 13-12-2013
Fotografía — Paula Fernández.

Lo que no iba más que para aventura musical esporádica musical cuajó en decenas de conciertos energéticos de menos de media hora que desataron el boca a boca. Ahora, el trío de Madrid condensa sus (muchas) virtudes en “Quemadero”, publicado en vinilo por Gramaciones Grabofónicas/Sonido Muchacho.

Cita con Javier Molina (guitarra y voz), Luis Fernández (bajo y coros) y Arturo Hernández (batería y coros) en una cafetería del centro de Madrid. El motivo es su debut largo, media hora de vibrante punk rítmico con aristas, doce canciones aguerridas que combinan vertiginosas y abrasivas guitarras con demoledores bajos dub y baterías marciales que evocan a Gang of Four, The Pop Group, A Certain Ratio y hasta Joy Division. El espíritu aventurero del post-punk en gente con los pies en la tierra. La inesperada química que ha propiciado esta ignición es el misterio que sigue alimentando a las bandas. No es casual tanta referencia al fuego.

Habéis repetido en Studio B con Bernardo Calvo como productor, que ya os grabó el EP. ¿Cuál es el motivo?

LF: Sobre todo, nos conoce bien. La primera vez se trataba de probar, porque era un amigo, pero ya ha pillado el concepto.
JM: Hemos grabado siempre con él y nadie iba a captar mejor nuestro rollo. Aunque no suele producir esta clase de grupos, conoce algunas de nuestras referencias y hemos intentado acercarle las que no conocía para llevarle al mismo punto en que estamos nosotros.

LF: Hemos conseguido que Bernardo se tomara el proyecto como suyo. No ha sido un productor al uso. Se da cuenta de cuando la batería no camina y cosas así, pero sobre todo, nos ha ayudado a canalizar el sonido que buscábamos.


¿Os ha costado seleccionar las canciones?

JM: Todos veíamos claro que el disco tendría que quedarse en once, doce o trece, y estábamos de acuerdo en qué canciones se tendrían que quedar fuera porque nos gustaban menos. Son doce temas, casi media hora. No creo que un disco deba durar más…yo no soy capaz de mantener la concentración más de 35 ó 40 minutos escuchando un disco, creo que te tienes que quedar con la sensación de querer más para que tengas ganas de volver a escucharlo.

AF: Es corto de duración, pero son doce canciones. Meter veinte no habría tenido mucho sentido.

Para vosotros, hacer canciones de más de tres minutos ha debido ser una revolución.

LF: Es una novedad total. La gente al escucharlas en los conciertos, nos preguntaba qué estaba pasando…y a mí al tocarlas, a veces se me hacían largas.

AH: Pero era necesario. Hacer un disco de canciones de un minuto habría sido demasiado.

LF: Sobre todo, porque ninguno queríamos meter más de doce o trece temas. Ésa ha sido la “lucha”…no podíamos hacer un disco de doce canciones y que duraran un minuto cada una.

En todo caso, lo habéis grabado en directo. ¿El hecho de que hayáis tocado tanto ha sido clave en el resultado final?

JM: Si no hubiésemos pasado un año entero tocando una barbaridad, no podríamos haber hecho este disco. Grabamos todo en directo menos las voces y una guitarra doblada.

LF: Para grabar en directo, es fundamental tocar. Hay mucho trabajo detrás…antes de grabar nos metimos dos semanas intensivas de ensayos.




Desde fuera, me da la impresión de que sois un una banda con las ideas muy claras, que es algo poco común por aquí.

JM: Pues el resultado ha sido un poco accidental. En realidad, las ideas que teníamos al principio no tienen nada que ver con lo que ha acabado siendo el grupo, pero supongo que una vez encontramos algo en lo que nos sentíamos cómodos los tres, hemos tirado adelante. Hemos intentado no encasillarnos, pero sí hemos llegado a un punto común en el que más o menos tenemos claro el papel de cada uno.

AH: De hecho, la composición de cada tema no ha partido nunca de unas pautas muy claras, sino que salen de forma muy natural. A partir de lo que tocamos y nos suena bien, estructuramos la canción.

LF: Al margen de esto, creo que te referías al global, no sólo a las canciones, sino también al diseño de las portadas de Coque. Es cierto que teníamos claro un concepto global del grupo y que coincidíamos en que la cosa en directo tenía que funcionar.

JM: Pero cada uno venimos de lugares diferentes. Como guitarrista, yo me fijo en Arto Lindsay, que igual es el guitarrista menos ortodoxo del universo, pero si lo metes en un contexto ordenado, con un bajo melódico detrás, de repente se puede incorporar a una canción pop.

LF: Al final, la claridad del concepto parte de una base rítmica muy pegada y por encima, la guitarra más libre. Y eso mola, porque tampoco es muy habitual.


Intuyo, entonces, que en este momento, la dinámica creativa que tenéis es fácil…

JM: Yo diría que peligrosamente fácil...Tenemos miedo a hacer cosas por inercia. Llegar a una especie de fórmula propia. De repente, te sale un tema muy rápido y piensas que no está bien, que hay que darle otra vuelta más.

Pero en cuanto a las influencias, entiendo que desde el principio teníais una base común. “Zona muerta” me suena mucho a Joy Division, por ejemplo.

JM: ¿Joy Division?

Bueno, a veces el oyente escucha influencias que el grupo no ha tenido en cuenta.
LF: En realidad ha sido a raíz de montar el grupo cuando hemos empezado a compartirlas. Se me ocurre Mission of Burma, por ejemplo. Creo que Gang of Four nos gustaba a todos pero…

JM: Es la única influencia que compartíamos.
LF: Luego, cada uno mete sus cosas en su instrumento. Y eso es lo interesante del grupo. Yo no sé Arturo con sus baterías, pero yo a veces pienso en cosas de dub, más negras. Ésa es la gracia del grupo.
JM: Claro, porque las canciones no están cerradas en el local. Se terminan con lo que pueda aportar cada uno con su background particular. Las guitarras que yo suelo hacer no son nada melódicas, pero Luis mete una melodía con el bajo. Normalmente partimos de un riff de guitarra o una idea general de por dónde tiene que tirar la canción. Pero muchas veces el resultado no se parece en nada al riff original.

Me queda claro que la música que hacéis es un proceso colectivo totalmente orgánico. ¿Y las letras?

JM: Las letras sí que son lo último y son mías. Igual es lo que menos trabajado está, hay pocas de las que esté completamente orgulloso, sinceramente.
LF: No digas eso…(medio serio, medio en broma)

JM: Pero es que es verdad. Es lo que menos trabajado está porque a lo que damos más vueltas en el local es a la música. No le hemos prestado tanta atención a la parte de la letra.

¿Pero tienen algún hilo conductor?

JM: Escuchándolas a posteriori, puede haberlo. Pero es casual. No pienso en temas comunes, pero al final, de forma inconsciente, porque las escribo en un momento determinado muy corto, acaban teniendo cosas comunes. Sobre todo, trabajo con frases pilladas al vuelo de televisión, libros, películas, Youtubes de mierda…las voy encajando y de alguna manera, encuentro un nexo, aunque siguen siendo muy ambiguas, yo les acabo encontrando sentido.

LF: La conclusión es que somos un grupo de directo. La canción acaba de sonar en directo. Y va creciendo. Seguramente si hiciéramos una canción esta tarde, la tocaríamos en el próximo concierto.


Acabáis siempre mencionando el directo. ¿Todo desemboca ahí?

JM: Hemos tocado entre 60 y 70 veces en un año. Hubo un momento en que no tenía sentido la frecuencia con que tocábamos en Madrid. Tres o cuatro veces por semana…Si lo piensas bien, era absurdo, pero nos vino muy bien para rodarnos.
LF: Pero, ¿por qué nos conoce la gente ahora? ¡Porque hemos tocado! Lo que hay que hacer es montar conciertos con gente que no tiene nada que ver y no avisar a tus colegas. Te ve otra gente, es un paso que hay que dar.
AH: Lo bueno es que había conciertos de los que no esperábamos gran cosa, y resultó que había mucho público.

¿Veis el disco como la culminación de este año de actividad frenética?

LF: A lo mejor, la culminación de un primer proceso, sí. Pero hay que darle vida. Nos vamos a Galicia, a Valencia, a Alicante, a Barcelona en marzo…La idea ahora es tocar algo menos, pero tocar. Aunque no tanto…A veces nos preguntamos cómo tocamos en determinados sitios.

AH: Hemos hecho algunos conciertos un poco innecesarios. Eso te curte pero…

LF: Hay que tener en cuenta que hay sitios difíciles. Nuestra prioridad número uno con el disco es no perder dinero y llegar a gente a los que le pueda gustar lo que hacemos. Al final, es de lo que va esto. Que estés a gusto con lo que haces, tocar con grupos que admiras, no hay mucho más.

¿Qué opináis de las buenas críticas y reseñas que habéis recibido casi desde el principio? ¿Sois indiferentes a este ruidillo mediático o no?

LF: No puedes ser totalmente indiferente.

JM: Sí motiva, pero en el momento en que sigues dando conciertos para diez personas, no se te sube nada a la cabeza.

LF: Subirse, no se nos sube. Alguna reseña que he leído me ha parecido ininteligible, todavía no sé si era buena o mala, así que…pero está bien ver que la cosa funciona, porque esto tiene mucho trabajo detrás. Le echamos muchas horas y está bien que se reconozca de alguna forma, aunque mal. Mejor que digan que es una basura a que digan que es la hostia, cuando no lo es. Pero está bien. Están saliendo cosas y a ver si con el disco salen mejores cosas.
AH: No podemos quejarnos para nada.

¿Creéis que la interminable crisis y la situación que vivimos en España alimenta la creatividad? ¿Qué por eso salen tantas bandas cercanas a la ética y la estética punk que necesitan sacar la mala hostia acumulada?

LF: La crisis a lo mejor afecta al contenido de los grupos, pero que haya tantos tiene que ver con el hecho de que todo el mundo tiene la posibilidad de montar un grupo, encontrar referencias comunes, grabar y colgar su cosa en Internet. Seguramente la situación afecte a las letras o a la rabia con la que toques, pero que haya tanto y tan variado depende de eso. Y claro, si hay millones de cosas, alguna habrá buena…
JM: Yo creo que siempre ha habido muchas propuestas, la diferencia es que ahora nos enteramos de que existen. Antes era mucho más difícil pasar del local de al lado.
LF: Lo bueno es que hay muchas cosas de donde elegir. Pero por otro lado, como hay tantas cosas, no hay una promoción continuada de los medios que podrían hacerla para llegar a público más amplio, y el resultado es que en los conciertos siempre estamos los mismos.

En cualquier caso, a vosotros las cosas os están yendo bien.
JM: No podemos aspirar a mucho más. Quiero decir, ¿cuál es el siguiente escalón? El nivel de grupos como Triángulo de amor bizarro o Pony Bravo lo vemos muy, muy lejos…

LF: Y tampoco es algo a lo que sea necesario aspirar ni de base ni de concepto.

2 comentarios
  1. HHIS I should have thhugot of that!

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