"Nos apetecía hacer un disco de melodías"
EntrevistasCrudo Pimento

"Nos apetecía hacer un disco de melodías"

Víctor Martínez — 12-04-2019
Fotografía — Archivo

Inma Gómez y Raúl Frutos acabar de publicar “Pantame” (Everlasting, 19), su cuarto disco oficial y el más amable hasta la fecha. Pero no nos confiemos, estamos hablando de Crudo Pimento.

Vamos a por el nuevo disco de Crudo Pimento. Llevábamos un par de años sin noticias del grupo y había muchas ganas. Una vez en nuestras manos, lo primero que vemos es el caballo muerto de la portada (obra del artista Cascales, como siempre). Hasta ahí todo bien; con señales reconocibles de su particular universo. Podemos intuir lo que hay dentro, incluso; la habitual mezcla de tradición y experimentación de la banda, adornada esta vez con el mejor envoltorio que han tenido nunca. Pero… ¿”Pantame”? Leemos el título y no sabemos qué demonios es eso. Nos pica la curiosidad y toca preguntar a Raúl Frutos.

¿”Pantame”?
Es una locura, un personajillo de los cuadros que pinto, un amigo imaginario. El disco también es muy infantil, como todos los demás, aunque retorcido, claro. Pero en cuanto a letras, lírica… lo veo infantil. No hay mucha elaboración tampoco, ni poesía.

"Nos gusta que el álbum quede así de corto. Que, si te ha gustado, quieras oírlo otra vez. Te da para un trayecto Murcia–Lorca, por ejemplo".

Un personaje que también aparece en el interior, a modo de canción, como una especie de homenaje conjunto a la leyenda del mento Albert Minott (The Jolly Boys) y al “Casa Babylon” de Mano Negra, con toques jazzeros, dub tradicional e incluso R&B. Todo correcto, sigue cuadrando el discurso, pero entonces escuchamos “D.E.L.A.S.”, canción que sobresale enormemente sobre todas las demás en una primera escucha. Vamos, lo más parecido a un hit que han tenido en su carrera. Aún así, los dos primeros singles, con sus respectivos vídeos, que han visto la luz son “Hollow Body” (con claros guiños a Suicide y ¡Sigue Sigue Sputnik!) y ese martinete flamenco llamado “Casa y carbón”. “D.E.L.A.S.” sigue esperando su momento, que inevitablemente llegará.
Lo que no hemos contado es que también os habéis acordado de De La Soul.
Este tema, en esencia, era un homenaje a De La Soul y J Dilla. Por la forma que hemos tenido de samplear. Lo escuchas y piensas que son bases disparadas pero son todos nuestros instrumentos procesados, pasados por un MPC, samplers, tocados en directo… Llevó un proceso largo, un trabajo de orfebrería. Lo hacemos, sampleamos y volvemos a tocar encima en secuencias muy cortitas. Es un intento de mezclar algo tradicional como el sonido del diddley bow, que se escucha al principio y durante toda la canción, con bases de inspiración afroamericana. De La Soul han hecho muchas cosas del estilo. Le pusimos las siglas para que pareciera otra cosa pero es por ellos. No me atrevo a rapear pero empecé a soltar frases en la grabación y quedó así.

Raúl se refiere a los días, aproximadamente una semana, que pasaron en Brooklyn (Nueva York) para darle forma al álbum; el cuarto de su discografía ya. Era la primera vez que salían fuera a grabar. ¿Cómo surgió la posibilidad?
(Inma Gómez) Nada es buscado a propósito, sino fruto del azar. Fue a raíz de la gira que hicimos en 2016 como teloneros de Xenia Rubinos por España. Ella canta y su pareja, Marco Buccelli, es batería, productor y compositor. Todo surgió porque Marco se quedó flipado con nuestro proyecto, cuando nos vio, y dijo que nos quería grabar un disco. Ahí nos lo propuso. Dejamos pasar un tiempo y un día se lo recordamos al sello. Hicieron sus cuentas y no hubo problema.

Entonces el grupo se puso, también por primera vez, a las órdenes de un productor: Marco Buccelli. Con él desaparecieron los temores de otros tiempos y todo encajó.
Mola delegar en alguien, confiar por una vez. Pero tenía que ser él. No nos interesa la figura del productor como alguien que tiene muy claro el producto. Fue al revés. Con Marco los temas estaban preparados con una preproducción que hicimos aquí en Murcia, meses antes. Se la mandamos y allí cambiaron por completo, se convirtieron en otra cosa. Como si lo hiciéramos nosotros pero con otro tío que también es capaz de organizar ese caos. Quizá de otra forma no hubiéramos aceptado.

Aún así, tuvieron algún que otro episodio crítico mientras estaban en el estudio. Algo que se queda en anécdota, una vez pasado, pero que en aquel momento, con poco tiempo para reaccionar, casi saca de sus casillas a Raúl. Las comparaciones, que siempre fueron odiosas.
Con la primera canción del disco, ”Con sangre de quien te ofenda”, pasó una movida. Hicimos un tema con esa base que era súper AOR americano. Quedaban cuarenta y cinco para terminar la sesión definitiva, de la semana que teníamos de grabación. Escuchamos la voz y Marco me dice: “suena algo tonto como a Bryan Adams”. Y me destrozó. Me fui a la calle a fumarme un cigarro, hecho un demonio, pasando camiones... Cerré la puerta y una rata me tocó en la bota. No habíamos visto ninguna hasta ese momento. Y luego le dije “arranca”. Me puse a cantar letras tradicionales de fandango. “Borra la voz, quita eso, que me voy a cantar un par de fandangos”, le dije. La cambiamos en veinte minutos. Y se quedó así.

El resultado final del disco, en general, tiene un toque nuevo, nunca advertido anteriormente. Pese a que la oscura temática habitual de Crudo Pimento (muerte, destrucción…) siempre está de fondo, este trabajo resulta más accesible, más amable. Hay síntomas de apertura, de evolución. ¿Un enfoque también más comercial, quizá?
Nosotros pensamos que es un disco más comercial. De hecho, lo íbamos buscando. No lo hacemos con la premisa de llegar a más gente, pero salió así. Nos apetecía hacer un disco de melodías. Para pasármelo bien cantándolas y que la gente las pueda cantar. Que sean melodías puras, condensadas, sin mucha vuelta. Aunque haya momentos en los que el disco se oscurece o se pone muy experimental.

Un disco, este “Pantame”, corto pero intenso; no llega a la media hora de duración. Todo lo que no dio tiempo a que quedara registrado en Estados Unidos, lo terminarán ellos en casa y lo oiremos en breve.
Nos gusta que el álbum quede así de corto. Que, si te ha gustado, quieras oírlo otra vez. Te da para un trayecto Murcia–Lorca, por ejemplo. Y luego hay gran parte de material, que entrarán en el disco de descartes. Siempre los subimos a Bandcamp. Everlasting nos da permiso y lo ponemos como libre descarga. Hay que hacerlo así. Y será bastante más extenso, con cosas que pasaron en la grabación… La letra ridícula de Bryan Adams también. Eso va a entrar, pero de lleno.

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