Terapia de grupo
EntrevistasCracker

Terapia de grupo

Don Disturbios — 20-11-2006
Fotografía — Archivo

“Greenland” (Cooking Vinyl/Discmedi) es un nuevo puntal en una de las carreras más sólidas del rock americano alternativo de estos últimos quince años. Un disco que sin renunciar a su sonido evidencia pasión por probar nuevas texturas. Hay rock y country, pero también hay ecos a Pink Floyd o a The Clash sin que nada rechine. Cracker estarán de gira este mes de noviembre: Madrid (21), Bilbao (22), Barcelona (23), Valencia (24) y Zaragoza (25).

No cabe duda de que la música va de la mano de nuestras vidas, conformando nuestra propia banda sonora. Por eso hay una serie de bandas que, más allá de la dictadura que genera la actualidad, nos acompañan a lo largo de los años y tienen un lugar destacado en nuestras estanterías y recuerdos. En mi caso Cracker siempre han estado ahí. Cuando por una de esas casualidades me topé, hace más de una década, con el primer disco de David Lowery y Johnny Hickman, me cautivaron esas melodías saltarinas, efervescentes y algo inocentonas que facturaban. Cuando llegó su segundo álbum entendí que aquello iba muy en serio y ahora, cinco discos más tarde, no dejo de sorprenderme de que ambos hayamos llegado aquí con el espíritu intacto. Ellos lo demuestran con su mordaz y último trabajo, repleto de sinceridad y confesiones. A mí, sin embargo, tendréis que creerme.

"Estábamos haciendo alt-country cuando nadie había escuchado hablar de ello"

(David Lowery) “Es un disco que trata de tiempos duros en los que se producen pérdidas como el amor, la juventud, amigos, miembros de la familia y cosas... Nos robaron todo nuestro material dos veces en un mismo año. Pero ahora ya no estoy enfadado. De hecho me encuentro muy bien, en un gran momento. Todo lo anterior formaba parte del proceso, parte de mí mismo y he volcado mucha de esa mierda, aunque hay una buena dosis de humor, aunque sea humor negro, en el disco... En cierta manera fue como una terapia para mí, claro que es algo que nunca finaliza. Acabo de enterarme de que un fuego en el sur de California ha quemado mi ranchito. Dicen que por lo menos una comunidad de unas cincuentas personas que se extiende a lo largo de varios kilómetros ha sido destruida por completo. Una nueva muestra de la incompetencia de la administración Bush. Esto hubiera podido controlarse con ayuda federal. Pero California nunca vota por él”. Su puntilla anti-Bush ya avisa de que David Lowery y por extensión Cracker nunca se han mordido la lengua. Tampoco se han dejado amilanar. Lo demuestra el affaire que tuvieron con Virgin, su anterior discográfica, con la que incluso llegaron a competir por ver quién vendía más discos... “Nos enteramos de que Virgin Records quería sacar (otro) ‘Best Of Cracker’, cosa que nos pareció rara, porque nadie del sello contactó con nosotros y encima teníamos pensado editar ‘Greenland’ en esa misma época, al mismo tiempo que este ‘Best Of’ de Virgin. Nos molestó, pero no más de lo que ya de por si nos molestamos cuando hay que tratar con todo lo que de negocio tiene la música. Entonces decidimos divertirnos un poco con ellos. Grabamos nuestro propio ‘Best Of’, y lo sacamos el mismo día que el ‘Best Of’ de Virgin. Para nosotros fue divertido, y de paso pudimos hacer algo de dinero. Usamos su promoción y marketing para vender nuestro disco. ¡Y vendimos más que ellos!”. Jugada redonda, jugada Comansi. Tan redonda como este “Greenland” que recupera cierto espíritu de su segundo y aclamado trabajo. Tanto la portada como el uso del humor, recuerdan a “Kerosene Hat”. Lo primero fue idea del guitarrista Johnny Hickman, lo segundo pura casualidad, según me comenta David Lowery quien, de paso, se enzarza a explicarme su teoría de los círculos concéntricos. El primero lo forman Johnny y él mismo y son el núcleo duro de Cracker; el segundo es su banda de directo donde sobresalen el imprescindible Frank Funaro (The Del Lords) a la batería y desde hace unos años Kenny Margolis (Mink deVille) a los teclados. Y el tercer círculo los músicos camaradas como David Linkous de Sparklehorse (con quien ya colaboraron en el infravalorado ”Forever”) o David Immergluck, quien esta vez se ha implicado a tope... “David formó parte de mi otro grupo, Camper Van Beethoven, con lo que llevamos tocando juntos desde hace mucho tiempo. Es un guitarrista solista muy bueno y aunque vino a tocar el bajo, después fui yo quien acabó tocando mucho el bajo y él acabó compartiendo el papel de guitarra solista con Johnny. También proporcionó unos riffs muy potentes en canciones como ‘Gimme One More Chance’ y ‘Minotaur’”. Canciones que le dan a este nuevo trabajo una dimensión, solidez y variedad de texturas más que interesantes. Porque aunque Cracker siempre se han movido en parámetros clásicos dentro del rock americano, nunca han buscado el camino más cómodo o fácil y jamás han renunciado a cierta experimentación. ¿Padrinos del alt-country? No cabe duda. “Estábamos haciendo alt-country cuando nadie había escuchado hablar de ello. ‘Kerosene Hat’ es una mezcla de rock alternativo, country, punk y psicodelia. Un disco grabado hace catorce años y que suena muy fresco todavía”.

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