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Para encontrar noticias discográficas suyas tenemos que irnos hasta 2014 y “Somewhere Under Wonderland”. Puede parecer poco para tanto tiempo de espera, pero la banda liderada por Adam Duritz siempre se ha tomado los tempos de una manera especial, movidos probablemente por la peculiaridad de su propio líder. Además, no es este EP un trabajo cualquiera, sino que sus cuatro canciones tienen alma de larga duración. Forman un conjunto que no está lejos del concepto álbum y que el propio Duritz nos va a explicar en nuestra charla vía telemática.
Te veo bien Adam. Siempre es un placer encontrarse con alguien que te recibe con una sonrisa.
Oh, te lo agradezco. Sí, estoy muy bien y muy contento, aunque ahora que me veo por pantalla creo que debería haber hecho algo con mi pelo después de levantarme. Menos mal que no es una entrevista para la televisión.
Vamos a hablar de vuestro nuevo EP, “Butter Miracle Suite One”. ¿Por qué precisamente ahora habéis decidido sacar material nuevo?
Supongo que es una suma de varios factores. Se han de dar bien varias cosas. No había querido grabar ni escribir desde hace bastante tiempo. Luego tuve una idea de escribir un conjunto de canciones que fluyeran juntas, algo así como una pieza musical larga, y aquí estamos. Cuando era joven solía escribir más, aunque siempre he sido de hacer algo, plasmarlo en un disco y luego ya veremos. En este caso me mantuve alejado del sistema a propósito, pero me gusta hacer música, escribir canciones, grabar discos. Es lo que hago con mis seis mejores amigos, ya sabes.
"La banda sabe que son mi prioridad y lo que significan para mí. De lo contrario no podríamos haber seguido juntos después de treinta años".
¿Y entonces como surgieron estas canciones? ¿Llegó la inspiración?
Bueno, no [risas]. Estaba en la granja de un amigo mío en Inglaterra y empecé a tocar el piano. En un par de días, tonteando, había escrito “The Tall Grass”. Al día siguiente quise probar si podía alargar la canción y, de pronto, tenía otro tema más. Distinto, pero a la vez que continuaba lo anterior. Realmente me gustaba lo que había salido de allí, así que seguí trabajando en esa línea. Pronto me di cuenta de que no es que hiciera las canciones más largas, sino que estaba haciendo canciones diferentes. Así llegué a la conclusión de que lo que allí tenía era una suite, y “Butter Miracle Suite One” cogió forma.
Estabas semi retirado…
No del todo. Sacar un disco involucra a mucha gente. Es muy personal y no siempre quiero ser parte del negocio de la música. Amo tocar música, lo demás… Hicimos una gira en 2019, no hace tanto. De allí me fui a Inglaterra, donde estoy ahora, a la granja de mi amigo. He pasado mucho tiempo aquí en los últimos cinco años. Algunas veces estaba mi amigo también, y la mayor parte del tiempo mi novia. Aunque he pasado épocas solo con dos perros. Así, en medio de la nada, volvía a tener ganas de tocar el piano. Entonces alquilé un piano en Londres y me lo trajeron.
Al oírte de nuevo me ha sorprendido que tu voz esté intacta, como si estuviéramos en los noventa. Quizá algo más madura pero casi no se aprecian cambios. ¿Cómo la cuidas?
No creas, hay algunas notas altas que ya no soy capaz de cantar. Es complicado para mí cantar tan alto como solía hacerlo. Mi técnica es cada vez mejor, porque voy aprendiendo ejercicios nuevos, pero el tiempo pasa para todos. Quizá no pueda cantar todo lo que cantaba antes, pero creo que soy mejor cantante.
"Sí, tengo una enfermedad mental bastante debilitante, que me ha cambiado la vida. Tengo un trastorno disociativo y soy muy tímido".
¿Y cómo llevas recuperar esas viejas canciones para vuestros directos? Además de la parte vocal, estará la parte anímica…
Creo que hicimos muy buenas canciones, aunque no sé si hicimos buenos álbumes. Ya sabes. El conjunto no siempre hace un todo coherente. Las canciones de “August And Everything After” me encantan, peor no sé si el disco me gusta tanto. Ahora las canto diferentes, claro. Aquel fue nuestro gran éxito, pero no sé si es mi favorito de todos nuestros discos. De hecho, creo que no.
No llevaste bien ese éxito desmesurado.
No, pero no creo que fuera solo una cosa. Por un lado fue muy satisfactorio que la gente sintiera eso con nuestras canciones. La respuesta fue increíble. No puedes quejarte de ello. Sería muy injusto y egoísta por mi parte. Cuando terminas un disco y te responden así, es algo fantástico. Pero, de golpe, te conviertes en el centro de lago y todo el mundo está pendiente de ti, se preocupan de todo lo que haces, de cómo lo haces. Y eso ya no me gusta tanto. Te encuentras con gente que no te conoce de nada que se acerca corriendo a ti y te dice que tus canciones son su vida, y que no puede vivir sin ellas. Y eso te satura. Te noquea.
Nunca has escondido que eso te llevó a padecer una enfermedad mental. Curiosamente volvías a ser un ejemplo para mucha gente, justo de lo que huías.
Sí, tengo una enfermedad mental bastante debilitante, que me ha cambiado la vida. Tengo un trastorno disociativo y soy muy tímido. Al principio fue horrible, realmente jodido. Eso hizo que hacer algunas de las cosas que más me gustaban fuera imposible para mí. Pasé a ser un vegetal evitando hacer cosas que realmente quería hacer. Luego tuve ganas de salir de eso y esforzarme por seguir viviendo con la máxima normalidad posible.
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¿Cómo afectó eso a la banda?
No lo sé, pero para mí sí que fue muy difícil. Como decías, tengo una enfermedad mental por la presión y, de repente, todo el mundo me está mirando por eso. Se puso muy difícil mi vida personal, aunque quizá la música no se vio tan afectada. Hacer el segundo disco me ayudó a superar todo lo que me había provocado el primero. Mientras hacía música me sentía bien. Creo que supe proteger a los chicos de mi enfermedad, y por eso no les afectó tanto. La banda sabe que son mi prioridad y lo que significan para mí. De lo contrario no podríamos haber seguido juntos después de treinta años.
Es cierto, pero vuestra carrera ha tenido grandes parones. ¿Cómo se lleva eso?
Mira, nuestro disco anterior, “Somewhere In Wonderland” es de 2014, pero si lo analizas, las canciones de este EP son la continuidad de aquello. Allí empecé a concebir eso de hacer canciones que se relacionaran entre ellas, y esta suite se originó allí.
Y ahora vuelves a girar y pasarás por España. Tenemos ganas de veros.
¡Sí! La primera vez que fuimos a España fue justo veinticinco años después de la muerte de Franco. Ya sabes, el resto del mundo se había recuperado del fascismo mucho antes, pero en España parecía que una nueva generación se estaba abriendo paso en los noventa. Me voló la cabeza ver aquello y como te podías quedar despierto toda la noche. Yo me iba a dormir el último día de gira. Cogía un vuelo a las ocho de la mañana sin pasar por el hotel. Conocí gente fantástica esas noches y estamos deseando volver.
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