Confianza ciega
EntrevistasMaxïmo Park

Confianza ciega

Cristina V. Miranda — 30-06-2009
Fotografía — Darby

Pertenecen a la prolífica generación de principios de esta década en Inglaterra, un momento en que la convergencia de ciertas afinidades por el pop más bailable y el revival post-punk dieron lugar a la aparición de bandas de debut llamativo y actitud de estrellas. Ahora, muchos luchan por mantener la llama del talento. Maxïmo Park, mientras tanto, estrenan “Quicken The Heart” (Warp/Pias) tan convencidos como el primer día de que el éxito radica en confiar en uno mismo. Los ingleses estarán actuando en el FIB Heineken.

“No creo que exista eso de la maldición del tercer álbum. Hay gente que hace malos discos y nosotros los hacemos buenos, eso es todo. El fracaso suele llegar a aquellos que, porque han tenido éxito con el primer álbum, intentan repetir la misma fórmula. Nosotros hicimos un segundo disco muy diferente y fue todavía más exitoso. No tenemos control sobre ciertas cosas, así que has de tener la tranquilidad de que si a la gente no le gusta, al menos a ti sí”.

"The Smiths cambiaron mi vida cuando era un adolescente. Tengo mucha confianza en el poder de la música"

Así de primeras, este discurso sobre ‘hacer el disco que quieres y sentirte bien contigo mismo’ no podría resultarme más manido, pero si algo tiene Paul Smith, vocalista de la banda, es carisma, avalado en este caso por una realidad. “Quicken The Heart” no aporta un cambio radical en el sonido de Maxïmo Park pero demuestra su falta de miedo ante cierto tipo de experimentación y elecciones arriesgadas. Por ejemplo, la de su primer single, “The Kids Are Sick Again”.“Sabemos que es una canción complicada para las radiofórmulas, pero queríamos demostrar a la gente que estamos haciendo cosas nuevas, cosas que no habíamos hecho nunca. En cierto modo se trata de un tema muy monótono pero es el ritmo y el tipo de atmósfera que queríamos crear, sin prestar tanta atención a las guitarras y a la melodía como siempre hacemos. Es una canción diferente y elegirla como single es nuestra forma de retar al oyente, de ofrecerles un gancho para que busquen más en el álbum”. Una búsqueda que seguramente reconfortará a los fieles seguidores de la banda con canciones como “Roller Disco Dreams”, pura esencia Maxïmo Park, la enérgica “Wraithlike” o el sentido del humor de “Let’s Get Clinical”. De hecho, el cuidado de las letras siempre ha sido uno de los puntos fuertes de la banda, un mimo que sigue presente en este último trabajo. “En realidad no es que creamos que las letras son más importantes que la música, pero si no tienes nada que decir mejor no lo digas. Yo no podría escribir algo que no tuviese sentido para mí, pero no soy un poeta. Me gusta dedicarme a las letras aunque siempre buscando ese feeling con la música”. Y para provocar la llegada del ‘feeling’ lo mejor es el estudio constante. Smith se reconoce un insistente consumidor de cultura y por ello casi cualquier cosa podría en un momento dado resultar una influencia en su música. Aunque si se trata de destacar una… “cuando escucho el álbum no puedo evitar pensar que las guitarras suenan muy My Bloody Valentine, aunque por otra parte, ¡no hay nada como My Bloody Valentine! Así que vamos más allá, también hay influencias del post punk y de la música de los cincuenta…”. Una variedad de sonidos que no impide que ellos, ante todo, se sigan considerando una banda de pop. “Cada uno de nuestros discos ha partido de unas necesidades específicas. El primero era más pop, el segundo más intenso y dramático y con éste hemos buscado un resultado más bailable, aunque al mismo tiempo también más atmosférico. Hemos conseguido reflejar ambientes que nunca habíamos creado antes con guitarras y teclados, pero no deja de ser un disco de pop”. Paul Smith habla despacio y con seguridad, y tras los casi veinte minutos de conversación telefónica asintiendo para mis adentros, me doy cuenta de lo convincente de su discurso. Smith transmite pasión por aquello de lo que habla, de nuevo, una actitud que podría resultar trillada pero que en este caso, convence. “Si no creyésemos que nuestro disco es bueno no se nos ocurriría lanzarlo, ya hay demasiados discos malos en el mercado. Al final, no se trata de vender más sino de intentar cambiar la mente de las personas al menos por tres minutos”. Ante tal afirmación y a pesar de que apenas nos queda tiempo, no puedo evitar preguntarle si de verdad cree que la música puede cambiar la vida de una persona. “¡Claro! The Smiths cambiaron mi vida cuando era un adolescente. Tengo mucha confianza en el poder de la música”.

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