Idolatrados por muchos y criticados por otros, los madrileños Hamlet son sin duda uno de los mayores referentes del metal nacional. Llevan dando guerra años, con un continuo flujo de discos y girando por la península sin parar. El secreto para que hayan estado siempre a la cabeza ha sido, además del trabajo, el haber sabido renovar su sonido sin perder la esencia. Ahora lo vuelven a demostrar con su octavo disco, “Syberia”, en el que dejan claro que siguen estando en forma a pesar de haber abandonado la agresividad peleona de sus primeros discos; un cambio de aires que en absoluto choca con su evolución musical y que, aún así, no dejará indiferente a los seguidores del grupo madrileño. Para ampliar todos los datos al respecto conversamos con Luis Tárraga y J. Molly, guitarra y cantante respectivamente.
"Syberia" es un nombre extraño para un disco de metal facturado en España…
Syberia es el compendio de todo lo que hemos querido reflejar con el álbum, nos pareció un título muy pegadizo, fácil, internacional y cinematográfico. El disco es un poco conceptual, hemos querido dar un enfoque general en textos, ambientes, letras e incluso en el orden de las canciones.
¿Habéis buscado también un sonido concreto para "Syberia"? ¿Qué pretendíais ofrecer en esta ocasión que no se encontrase en discos anteriores del grupo?
“Syberia” es un disco excitante, intenso, arriesgado, sin prejuicios, misterioso y atemporal; hemos suprimido contundencia por atmósferas. Queríamos mostrar un disco diferente y no repetirnos a nosotros mismos, hacer algo que no hemos hecho antes, nos demos la ostia o no. Arriesgarnos en ese aspecto era lo más justo para nosotros. Nosotros nunca nos hemos encasillado, tienes unas épocas en las que te da por escuchar Slayer sin parar y otras en las que te da por Radiohead; el tiempo y los años te dan eso, que las etiquetas te dan un poco igual.
Esta vez habéis grabado el disco en Madrid, prescindiendo de los servicios de Colin Richardson (Napalm Death, Machine Head, Fear Factory) y de haber tenido que viajar hasta otro país para grabarlo; cuéntanos el porqué de esta decisión.
Si hubiésemos grabado este disco con Colin, “Syberia” hubiese tenido un sonido parecido al de los otros discos aunque las canciones muestren algo diferente. De la producción nos encargamos nosotros con la ayuda de Alberto Seara; Alberto es muy buen ingeniero de sonido y amigo nuestro. En el estudio estamos como en casa y hay mucho entendimiento. Cuando delegas la producción en una persona como Colin Richardson, delegas en todo; nosotros grabábamos y nos íbamos, y luego nos venía el disco con todo hecho. Pero cuando tú te encargas de la producción tienes una presión encima de cojones. Nos encontrábamos un poco saturados en el aspecto del estudio, estábamos tomando muchas decisiones nosotros mismos cuando antes lo hacía Colin. El rollo gordísimo han sido las mezclas; cuando acabamos la grabación y llegaron las mezclas aquello ya nos empezó a superar y fue cuando nos ayudó Sergio Marcos, que ha hecho un trabajo extraordinario. Ahí es cuando aprendes lo difícil que es la producción y lo fácil que es hacerlo con una persona como Colin Richardson.
Hamlet es un grupo activo que ha ofrecido sus discos puntualmente cada dos años, pero en el caso de “Syberia” habéis tardado un poco más en sacarlo adelante.
Llevábamos tres años sin sacar un disco nuevo de estudio y entre medias ha habido un disco en directo. Con cada álbum hemos conseguido tocar mucho en directo y entre “Hamlet” y “Directo” todo se juntó, se empalmaron las dos giras y eso nos agotó mucho hasta que decidimos hacer un parón para empezar a trabajar en el disco nuevo. También ha influido la salida del grupo de Augusto.
¿Crees que los nuevos temas abrirán las puertas a otro tipo de audiencia?
Nunca hemos pensado en buscar un tipo de público determinado, buscamos la satisfacción personal. No puedes hacer música para la gente, la música la hacemos para nosotros; lo primero que sale del local y las composiciones son para el grupo y luego eso es lo que presentas al público, de ahí conseguirás que a un tanto por ciento le guste o no. Queremos estar a gusto con nosotros mismos y no pensar en el qué dirán o en si los temas son o no comerciales; el que te quiera criticar te criticará por copiar un disco que ya has hecho y si no por haber cambiado. No vamos a cambiar de estilo para ver si podemos vender más, ni a seguir haciendo “Revolución 12.111” porque le guste mucho a los fans. Nos quemaríamos enseguida ¿cómo vas a defender algo en lo que no crees?
Hoy en día la tendencia de las bandas de metal y hardcore es la de hacerse más duros y agresivos, sin embargo vosotros parece que vais a la inversa.
Es una corriente que está muy de moda, hay grupos que nos gustan pero otros son una mera copia; me recuerda al new metal, todos con la misma pintas y haciendo lo mismo. Hay gente que pensaba que íbamos a tirar por ese rollo. Nosotros ya hicimos eso en el “Revolución 12.111”, con temas como “Crónica antisocial”, “Egoísmo” o “Habitación 106”, que tenían ese aire de rapidez y agresividad. Mucha gente nos ha catalogado como un grupo que sigue la corriente del momento y con este disco hemos demostrado que eso no nos interesa, tan sólo queremos estar a gusto con nuestras canciones.
Después de dieciséis años tocando y ocho discos a la espalda, es buen momento para pediros que asesoréis un poco con vuestro consejo a los chavales que están empezando un grupo y no lo tienen muy claro todavía.
Cuando nosotros empezamos no es como ahora, era muy difícil, no había salas para tocar ni grupos de nuestro rollo; no pegabas en los festivales, no pegabas en las revistas. Hemos tocado en partes de abajo de restaurantes con “Sanatorio de muñecos” con treinta personas viéndonos, pero hemos seguido, y luego en lugar de treinta ha habido sesenta, y de sesenta a ciento veinte personas; la cosa siempre ha ido así, nunca ha habido un campañón promocional ni nada extra del trabajo que hemos hecho con Hamlet. Yo les diría que tomen ese ejemplo; que aunque ahora sea más fácil, que se aprovechen de ello. Hay muchas más posibilidades para grabar maquetas con sonido de puta madre y muchas más ventajas con los equipos informáticos. Pero eso no quiere decir que lo tengan todo hecho, que se lo pateen, que no tengan miedo aunque les vayan a ver diez personas a los conciertos, no hay que desmoralizarse; nosotros hay veces que después de ocho discos nos seguimos desmoralizando con muchas cosas. El éxito de un día para otro no existe en el tipo de música en dónde estamos nosotros, es el consejo que damos, que sean constantes, que se lo pasen ellos bien y que disfruten con la música. Si ellos disfrutan con su música y se ve que se lo pasan bien, que no están ahí para figurar y que ellos se lo creen, al final habrá gente que también se lo va a creer, eso se transmite. No se puede montar una banda para vender. Lo que vemos en la mayoría de los grupos jóvenes es un nerviosismo impresionante por salir adelante, y deberían tomárselo con más tranquilidad, porque lo que es bueno sale, a lo mejor no a un nivel masivo, pero al menos para tener la satisfacción de tener unos conciertos y unos seguidores; y si tu crees en lo que haces y te lo trabajas al final puedes tener tu recompensa, pero si tienes prisa por ser muy conocido y muy famoso…te vas a dar una ostia muy grande.
Para acabar y aunque no guarde relación directa con vosotros, uno de los temas que más quebraderos de cabeza le está trayendo a la industria musical es el polémico asunto de la piratería in Internet y el librecambio de mp3. ¿Tenéis alguna opinión al respecto?
Yo entiendo que hay un problema con la piratería y me gustaría que la gente entendiese que una compañía de discos tiene que sacar artistas y que si no vende discos se vieneabajo. Uno puede recurrir a la autoedición de sus discos, pero
no es tan fácil sacarse uno su propio disco, desgraciadamente siempre
entras en un mercado. Pero tampoco estamos de acuerdo en que se achaque
todo a Internet. Internet es ahora mismo una fuente cojonuda de
información para conocer grupos y hay que aprovecharla y apuntarse a
ella; apoya mucho a las bandas sobre todo para lo que es el directo. A
mí si me gusta realmente un grupo voy a la tienda y me lo compro, y en
ese sentido dependes del dinero. Hay que buscar un equilibro, hay gente
que no compra discos y que los bajará, pero si no tienes dinero para
comprar un disco al menos que tengas la posibilidad de oír a la bandas,
conocerlas y poder ir a los conciertos. La verdad es que ha sacado un
poco de madre el tema, porque creo que la crisis en la industria es por
agotamiento de muchas cosas y no sólo porque haya piratería, a lo mejor
hay que darle más vuelta a la historia.
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