De tatuador y músicos segundones a estrellas del rock, de la nada más absoluta a la cima de popularidad primero con "Three Dollar Bill Y´all$" y, a continuación, con ese "Significant Other" que les llevó a pasear su nombre a lo largo y ancho del planeta. Mucho han cambiado las cosas para la banda del presuntuoso Fred Durst y del hábil Wes Borland. Capaces de retomar las riendas del crossover de los ochenta, añadirle más hip hop del que cualquier otro hubiese juzgado necesario y echar mano de las guitarras pesadas y bravuconas del nu-metal. Es decir, nada especial. Y no lo sería si no fuese porque Limp Bizkit han sabido dotar al conjunto de una personalidad definida y capaz de influir ya a centenares de formaciones, porque han sabido huir de la larga sombra de Korn y coetáneos para crear casi su propia escena. Sabemos que, como lleva tiempo ocurriendo en esto del rock, su nombre dejará de estar de actualidad y muchos harán sorna a su costa, pero estamos en 2000 y ahora Limp Bizkit están en la cumbre. Uno considera que otros lo merecen más, pero negar el valor de "Significant Other" sería de ineptos. No en vano sigue siendo su mejor obra. Mejor incluso que este nuevo pulso a la actualidad metálica que es "Chocolate Starfish And The Hot Dog Flavored Water", un trabajo coherente con sus postulados, variado y compacto, pero con altibajos. Porque "Hot Dog" arrasa abriendo (con Durst bromeando a costa de NIN y los ataques que Reznor les ha dedicado en la prensa a nuestros protagonistas), "My Generation" merece ser uno de sus clásicos, "Full Nelson" cumple con lo esperado, "Getcha´ Groove On" sorprende con más hip hop que nunca y con Xzibit como invitado, "Take A Look Around" subraya de nuevo que es uno de sus mejores temas y "Rollin´" gusta más en su adaptación rapera ("Urban Assault Vehicle") que en la rockera, pero ni lo bordan cuando Scott Weiland les hace sonar a sus Stone Temple Pilots ("Hold On") o cuando las piezas carecen de punch ("Boiler" o "The One").
| "A quién le importa lo que puedan hacer los jodidos Metallica. Nosotros queríamos hacer un concierto gratis para los fans y Napster nos lo ha permitido" |
A propósito del disco, nos desplazamos hasta Los Ángeles y conversamos con Fred Durst (primero y con otros medios) y Wes Borland (después y en solitario). Obviamente, los primeros minutos deben centrarse en el nuevo disco, aunque por aquel entonces (a principios de verano) las cosas aún estaban por pulir. (Durst) "No hay nada realmente diferente entre este disco y los anteriores. Lo que ocurre es que cuando has vendido tantos discos como nosotros la gente está esperando que el nuevo disco que publiques sea igual o mejor que los anteriores. Ahora la diferencia no tiene que ver con el espíritu de las composiciones, sino que hemos mejorado a la hora de estructurar las canciones. Eso es todo. Si te gustan los Limp Bizkit más heavys, este disco lo es; si te gusta el hip hop, aquí encontrarás más partes hip hop… también encontrarás melodías más fuertes, mejores partes de guitarra. Se trata de muchas cosas que percibirás de forma distinta. No tenemos una fórmula, eso no existe cuando hablas de Limp Bizkit". Lo que sigue manteniéndose del pasado es la colaboración de Terry Date (Pantera, Deftones) a la producción, aunque se permitan puntuales aportaciones como las de Swizz Beatz del colectivo Ruff Ryders. (Borland) "Ha habido bastante entendimiento entre nosotros. Es un gran ingeniero y consigue grandes sonidos, los que a nosotros más nos interesan. Al principio hicimos las cosas más o menos solos y él nos decía ¡esto está acelerado y así sonará mejor! Terry ha grabado algunos discos de heavy buenísimos y también de hip hop, es un tío realmente cool que se ha estado pasando por el estudio. ¿Swizz? Sí, ese tipo estará en el disco, pero para hablar sobre él mejor con Fred o con Lethal, ha sido idea suya. A mí me hizo grabar guitarras de una forma distinta, pero no puedo decirte nada más". En cambio, las cosas no anduvieron tan bien con Rick Rubin (Run DMC, Slayer, Red Hot Chili Peppers, etc), uno de esos masters de la producción al que últimamente no se está tratando demasiado bien. (Durst) "Simplemente, las cosas no funcionaron bien, pero no es que pasara nada en especial. Lo único fue que no conseguimos avanzar en nuestro trabajo juntos, lo intentamos durante cinco días, pero las cosas no funcionaban. Somos de ese tipo de personas a las que resulta realmente difícil delegar el trabajo... simplemente eso". Sencillo, de no ser porque la expresión del propio Durst ha pasado a reflejar cierto nerviosismo y, dicho sea de paso, una mueca de desprecio.
Los medios hispanoamericanos siguen preocupándose por un montón de temas, pero apenas nadie decide prestar atención al que, sin duda, será uno de los discos de la temporada del panorama rockero actual. Así que no sabe uno a ciencia cierta si sentirse privilegiado por haber tenido la oportunidad de escuchar, meses antes que el resto de mortales, temas como "My Generation" o "Full Nelson", o sencillamente contagiarse del desinterés general ante el disco del que parecen hacer gala colombianos, mejicanos o argentinos. Como si lo de Limp Bizkit no fuese con ellos. Opto por la primera salida. (Durst) "La única razón por la que os hemos dejado escuchar estos temas es porque los chicos del sello nos lo exigieron. Hay tantos sonidos distintos en este disco que cuesta de creer que os hayáis hecho una idea de lo que puede haber en nuestro nuevo trabajo. No vais a poder decirle a la gente cómo suena realmente porque solamente habéis oído tres canciones y además todas diferentes". Y como he decidido interesarme por sus canciones, hablamos sobre las curiosas ediciones clean version de los grandes lanzamientos estadounidenses. Porque, como siempre digo, Oasis pueden hablar sobre alcohol y drogas, pero si un estadounidense no deja de soltar fucks… (Durst, que no entiende la pregunta y considera que estoy acusándole precisamente de lo contrario, de dar mal ejemplo a los chicos) "Oye tío, ¿jamás dices ¡qué te jodan!? Parece que te cueste decirlo, acaso no lo usas. ¡Fuck, fuck, fuck, fuck! (Me explico; esta vez el tema se aclara). Esa palabra no suele aceptarse, pero nosotros la usamos de una forma sin sentido literal, en realidad no significa nada. Están en canciones que podrían a ser grandes temas si no usasen esas palabras, o eso es lo que opina la gente de las discográficas. Para mi no tiene importancia, es lo que me sale. A veces me gustaría que nuestros discos no llevasen esa pegatina, pero no podemos evitarlo. Son palabrotas y no significan nada. Quizás tenga un problema con eso, no está bien usarlas tanto, pero te aseguro que no se trata de ningún mensaje para nadie, ni ningún ejemplo a seguir".
Borland y Durst tendrán que contestar a más entrevistas, promocionar el nuevo disco a lo largo y ancho de los Estados Unidos, así como enfrentarse con los periodistas del resto del planeta. Su status les obliga a ello. El problema para Durst es que, por el momento, va a tener que aparcar su proyecto de filmar un largometraje con la ayuda de David Fincher ("Seven", "El Club De La Lucha") y que llevará por título "Runts", según un guión de William J. Cloakley y Christian Van Gregg. (Durst) "Nos hemos metido de lleno en el guión y lo estamos supervisando todo. Cuando mi agenda no esté tan apretada me meteré más en ello, con lo que espero poder empezar a rodar algún día durante el próximo año. Trabajar con David va a ser fenomenal, lástima que aún no tengamos un cásting definitivo". (Borland) "Finalmente no voy a salir en su película. Iba a tener un papel, pero no tengo tiempo. Ahora tengo otro grupo, un proyecto paralelo que se llama Bigdown Face en el que yo me encargo de todos los instrumentos, pero en
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