“Hola, ¿cómo estás?”. Supongo que es lo que esperas que te responda Daniel Johnston cuando coge el teléfono, pero nada puede evitar que te dé un vuelco el corazón cuando va y lo hace de verdad. Johnston (California, 1961) se aburre con facilidad y en ocasiones ni siquiera responde, pero también se emociona como un niño continuamente, como cuando me explica que le han regalado una guitarra nueva o que viene de tocar con los Zep. “Ayer estuve tocando en Houston, y fue genial. No podía creerme lo bien que tocaba la banda. Eran como Led Zeppelin. ¡Ayer toqué con Led Zeppelin, tío! Fue genial”. Johnston visitará España en abril y lo hará con una banda formada por músicos locales, algo a lo que está acostumbrado últimamente, aunque le pilla por sorpresa lo de que vaya a venir a nuestro país. “¿Voy a ir a tocar a España? No lo sabía. De eso se encarga mi hermano, que es mi tour mánager. Él se encarga de concertar una banda en cada sitio y ensayamos antes del concierto. Estoy saliendo bastante últimamente. Está bien. Hay muchas chicas bonitas en los conciertos”. Y a continuación me cuenta una tierna historia al respecto. “Recuerdo a una chica preciosa en uno de mis conciertos. Vestía como si le gustara el heavy metal. No podía dejar de mirarla, pero ella no se fijó en mí. Luego vi que estaba con un grupo de amigas y era como si estuvieran allí para apoyarla, porque tenía el corazón roto. Vino a conocerme y nos dimos la mano y le dije que me gustaría verla de nuevo. Era realmente guapa”. Es la clase de anécdota empapada en inocencia y pureza –y algo de malicia infantil- que sirve para explicar por qué Daniel Johnston es uno de los músicos más influyentes del underground americano y sus canciones el tipo de música que de verdad salva almas. También explica por qué se suceden los homenajes y tributos –“Coloreando a Daniel Johsnton” (Ondas del Espacio, 2011) y “Hola, com estàs?” (El Mamut Traçut, 11) han sido la aportación patria-. “Es bastante guay escuchar mis canciones tocadas por otros. Estaría bien que alguien consiguiera convertir una de esas versiones en un éxito y hacerme rico con ella”. De hecho, asegura que ahora que puede dedicarse a sus canciones escribe un poco cada día y que está trabajando en un nuevo álbum junto Paul Leary y Bill Anderson, ambos colaboradores habituales (Leary fue el encargado de producir “Fun”, en 1994).
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