Lo primero de todo, háblame de ese nuevo sello que acabas de crear, Sentient Sonics. ¿Cuál es su razón de ser?
Tengo un amigo que trabaja en Beggars Banquet, Jason White. Un día me comentó que muchos artistas están siendo reeditados en vinilo y que por qué no pensaba en hacer algo parecido con mis tres primeros discos, que llevaban mucho tiempo descatalogados. Me pareció interesante, así que empecé a hablar con Beggars y a recuperar temas extra que podrían encajar en esas reediciones cara a publicar discos dobles. En Beggars han sido muy generosos con todo este tema porque no han pedido nada a cambio, y poco a poco yo empecé a darle forma al proyecto de las reediciones al mismo tiempo que trabajaba con Wire, que me ha tenido muy ocupado últimamente. Así que el momento de publicarlo sólo podía ser en 2016, porque en 2017 Wire cumplimos cuarenta años y van a pasar muchas cosas relacionadas con la banda.
Una vez que ya estaba claro que iba a editarlo yo mismo hubo que tomar la decisión de si hacerlo a través de Swim Records, pero en Swim hay una norma autoimpuesta que es que el sello no reedita discos antiguos. Así que la única solución posible era crear un sello desde cero para publicar estos tres trabajos. Otro amigo mío, Graham Duff, es muy bueno poniendo nombres a bandas o compañías, me sugirió Sentient Sonics. Así que, en esencia, Sentient Sonics sólo existe como un sello de reediciones, y si en el futuro tuviera oportunidad de reeditar otros trabajos míos como Commercial Suicide sería ahí donde vería la luz. Pero en realidad no tengo grandes planes para el sello. Si te soy sincero me hace muy feliz que a la gente le gusten estos discos, pero tampoco es que yo me sienta especialmente apegado a ellos.
Si hace unos años nos dicen que a estas alturas se estaría reeditando tantísima música del pasado, especialmente en vinilo, no nos lo habríamos creído. ¿Qué análisis haces de este fenómeno que no para de crecer?
Lo primera reflexión al respecto es que ningún sello está haciendo mucho dinero de esto (risas). Desde luego yo no he reeditado estos tres discos porque espere forrarme con ello, y mi mayor motivación es dar la oportunidad de que estos discos vuelvan a estar accesibles, porque hacía muchos, muchos años que era imposible conseguir en vinilo Provisionally Entitled The Singing Fish y Not To. Además no me gusta el trabajo que se hizo en su día con la edición en CD de esos discos y espero que estas nuevas ediciones se conviertan en las definitivas. Por otra parte, a mí no me interesa demasiado la revisión del pasado, lo que está sucediendo ahora mismo lo es todo, y por eso no planteo ningún concierto tocando este material o algo por el estilo. Estoy demasiado ocupado como para dedicarle más tiempo a esto. A finales de marzo debería estar listo el nuevo disco de Wire y además coincide con el aniversario que te comentaba antes, así que va a ser un año muy grande para Wire. Además Malka y yo acabamos de publicar un nuevo disco de Immersion, el primero en mucho tiempo. Así que créeme cuando te digo que las reediciones se han preparado en los huecos libres que he tenido desde 2015.
“Si te soy sincero me hace muy feliz que a la gente le gusten estos discos, pero tampoco es que yo me sienta especialmente apegado a ellos”
En líneas generales -que a continuación ya entraremos en detalles a propósito de las circunstancias de cada uno-, ¿crees que estos discos se entendieron en el momento de su publicación?
No tengo ni idea, si te soy sincero. Creo que fueron discos que se contextualizaron y estuvieron muy condicionados por lo que era o había sido Wire. A to Z iba a ser publicado independientemente de que hubiera un cuarto disco de la etapa clásica de Wire, cuarto disco que como sabes nunca llegó a ver la luz. Provisionally Entitled The Singing Fish se publicó en un momento en el que yo no tenía del todo claro si quería o no desarrollar una carrera en solitario, lo único que quería era hacer música y que saliera. Y con Not To volví a tener una banda, de hecho la misma de A to Z con Simon Gillham sustituyendo a Mike Thorne, y llegamos a tocar algunos conciertos como banda, no demasiados, pero en realidad es un disco en el que yo estaba experimentando la posibilidad de producir un disco de banda.
Volviendo a tu pregunta, mucha gente creyó que A to Z era en realidad ese cuarto disco de Wire que nunca llegó a ver la luz, y echando la vista atrás y pensando en las críticas que aparecieron en prensa y en la gente que no eran seguidores de Wire y que se interesaron por él, no tengo del todo claro cómo se interpretó aquel trabajo. En realidad los discos son lo que son, no había un plan para intentar llegar a un sitio concreto o para vender tantas copias, simplemente hacíamos la música y la poníamos a disposición de quien quisiera escucharla.
Una cosa que no me termina de quedar clara: ¿alguna de las canciones de A to Z supuestamente debería haber terminado en ese cuarto disco de Wire?
No, no. Las canciones de A to Z se compusieron para A to Z y hay un detalle que lo demuestra: las seis imágenes que aparecen en la portada. Las tomé de un libro, un famoso mapa de Londres que era la pertenencia más preciada para cualquiera que viviera allí en aquellos años, porque era lo que te permitía moverte por cualquier punto de la ciudad, tu guía de la ciudad. La tipografía que utilizamos en el disco, una Gill Sans, es obra de uno de los diseñadores originales del Metro de Londres y fue durante muchos años una de las fuentes más habituales en las líneas de Metro. Así que hasta detalles como ese estaban conectados con el concepto del álbum, un disco que íntegramente trata sobre Londres.
¿Llegó a haber una ruptura oficial de Wire alrededor de 1980 o simplemente dejasteis el tiempo pasar?
Recomiendo al respecto hacerse con el libro Read & Burn: A Book About Wire, de Wilson Neate, porque dependiendo de a quién le preguntes de la banda te vamos a responder de una forma u otra. Desde mi punto de vista un día hablamos de la necesidad de parar, pero no creo que nadie interpretara que eso era una ruptura para siempre. Y creo que ese es uno de los motivos por los que estos tres discos que ahora se reeditan nacieron a la sombra de Wire, porque al final Robert y yo estábamos tocando juntos mi material y yo me sentía algo raro por Robert, porque los discos se publicaban bajo en nombre de Colin Newman, no Colin Newman & Robert Grey. En segundo lugar, a mí no me interesaba alcanzar el éxito en solitario, era más bien una cuestión de dar salida a ese material, y en ese sentido siempre tuve presente que Wire íbamos a volver a trabajar juntos.
Conectado con esto, en las fotos que aparecen en la trasera de A to Z los cuatro músicos (tú, Robert, Mike Thorne y Desmond Simmons) aparecéis con el mismo tratamiento e idéntico tamaño. Realmente es un concepto de banda en vez del supuesto lanzamiento en solitario de Colin Newman...
Los tres fueron discos en solitario pero dos de ellos se hicieron en un contexto de banda. Era cómo yo quería sentirme, como si fuéramos una banda. No es diferente a lo que ocurre por ejemplo con Tame Impala: todo el mundo sabe que Tame Impala es una persona, pero cuando salen al escenario lo que ves es una banda en perfecta sincronía. Pues se trataba de esa misma idea de tener un proyecto en solitario que al mismo tiempo fuera una banda. En realidad podría haber planteado eso mismo con otro nombre, pero reconozco que en aquel momento fui un poco estúpido porque no me di cuenta de las implicaciones que tiene publicar un disco bajo tu propio nombre. Era 1980, y aunque había artistas como David Bowie o Elton John que tenían una carrera en solitario bajo nombres diferentes, la mayor parte de artistas que arrancaban una carrera en solitario lo hacían utilizando su propio nombre. La situación en realidad no era diferente de lo que ocurría dentro de Wire, donde yo escribía casi todas las canciones y era el cantante. Sin embargo Wire se percibía de otra manera, como una banda, sin ese punto de confrontación vinculado al solista frente a los músicos que trabajan para él.
¿Y cuál era el rol de Mike Thorne, que ya había ejercido de productor de los tres primeros discos de Wire, en A to Z?
Era el teclista.
Y el productor del disco también...
Sí, productor y teclista. Habíamos trabajado muy bien juntos, especialmente en 154, habíamos conseguido crear grandes secciones en ese disco. Con el tiempo terminamos tomando caminos diferentes y dejamos de colaborar, pero esa es otra historia... Porque... básicamente yo quería hacer Provisionally Entitled The Singing Fish y él me dijo que era una idea estúpida.
Me sorprende la calidad de las Riverside Demos que se incluyen en el segundo disco de esta reedición. Creo que A to Z perfectamente podría haber visto la luz con estas grabaciones, que tienen un tono más austero y crudo que las versiones que finalmente aparecieron en el disco y desde luego infinitamente de más calidad que las Home Demos que también se muestran aquí por primera vez.
No, no, las sesiones en Riverside fueron demos, de estudio pero demos. Nunca llegué a plantearme que el disco pudiera llegar a ver la luz de esa manera. En la reedición también se incluyen las Home Demos, que son versiones muy rudimentarias de las canciones que en los ochenta no se nos ocurría mostrar a nadie. Decidí incorporarlas en esta reedición porque creo que eran interesantes para poner el disco en contexto. Es cierto que las Riverside Demos, registradas en un estudio, tenían calidad suficiente como para ser un disco en sí mismas, pero en realidad eran sólo una muestra del tipo de disco que intentaba hacer y su función era dar una idea aproximada del material que formaría parte del mismo.
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