De la unión en Madrid del mañico Nacho Taboada (guitarras y voz) con Pepe Curioni (guitarras, bajos y voz) nace en 2016 Colectivo Panamera. Ambos músicos aportan las canciones que tienen compuestas, a un proyecto que incorporará a la batería y voces al polaco Vanja Polaceky. Juntos deciden grabar, de forma totalmente independiente, un primer disco con el que logran ser nominados a los premios MIN de la Música Independiente y llenar la sala Joy Eslava. Es precisamente en ese concierto cuando David Bonilla de Warner decide ficharlos y reeditar de nuevo en 2019 las canciones de su primer disco. Incluyendo, además, una serie de colaboraciones con artistas como Rozalén, El Kanka, Muerdo o Mr Kilombo. Será un trabajo que en el fondo no deja de ser una versión ampliada y mejorada de su debut, pero lo importante es que les proporciona esa inercia ascendente construida a base de tocar y logran granjearse un nombre más allá de la capital. Y así hasta llegar a “Mares por Navegar” (Warner, 21). Disco que ahora presentan y que motivó esta entrevista.
Me ha sorprendido que, siendo como sois un grupo apegado a estilos que incitan al baile como la cumbia, os haya salido un disco tan relajado.
Nacho: Es lo mismo que nos dijo la compañía (risas)
Pepe: Lo que pasa es que cuando uno hace canciones, es complicado pensar en que estas solo sean para bailar. Al fin y al cabo nosotros hacemos canciones y a veces esa misma etiqueta de que sean para el baile y solo para el baile, pues como que te genera una lucha interna. Y, aunque el camino del baile es algo que nos gusta y con el que nos sentimos cómodos, también es verdad que ahora que estamos tocando en teatros con todo el mundo sentado, pues el disco como que adquiere más coherencia en la situación actual.
"En este disco quisimos reafirmar que lo que hacíamos no solo era cumbia, sino que sobre todo eran canciones".
Nacho, has comentado que vuestra discográfica también os dijo, al igual que yo, lo de que el disco resultaba relajado y me ha quedado la duda de si lo dijeron como algo negativo.
Nacho: No, no. De hecho yo ya sabía lo que estábamos haciendo y, cuando la compañía nos lo comentó, a la vez nos reconocieron que las canciones estaban bien. Fue a partir de ese momento en el que yo también me relajé. Porque ellos ya sabían que nuestro tono era menor, pero a la vez pusieron muy en valor las composiciones y eso ayudó muchísimo. Recuerdo, por ejemplo, que hablaron muy bien de “La Despedida” y siempre apoyaron canciones como “Las pequeñas cosas” aunque no tuvieran nada que ver con el anterior disco o canciones como “No me condenes”. O sea que les gustaron los temas.
Entonces entiendo que este tono menor, del que estamos hablando, es consecuencia de la época en la que estamos inmersos, donde a uno le sale esa faceta como más melancólica ¿verdad?
Nacho: En mi caso totalmente. Y por ejemplo recuerdo que, el mismo día que compuse “Las pequeñas cosas”, esa mañana había sacado a pasear al perro y tenía una playlist con canciones de Silvio Rodríguez, porque mi mundo emocional era gris y era un día de finales de marzo en una época en la que mis padres estaba ingresados en el hospital porque habían cogido el CoVID y, aunque estaban estables, había cierta preocupación. Entonces era un momento en el que me apetecía escuchar canciones como de toda la vida. Las que escuchaba en mi infancia y que de alguna manera me retrotraían a ese momento más mío, más íntimo y más personal. Y recuerdo que llegué a mi casa y estaba como medio enfadado con el instrumento porque mi cabeza estaba en otras cosas y, además, había como ese consenso generalizado en el mundo de la música de que había que aprovechar ese momento para componer muchas canciones y yo no tenía ganas de componer nada. De hecho no tenía ganas de agarrar la guitarra porque estaba tan perplejo... Y ese día agarré la guitarra, y lo primero que me vino fueron las armonías que había estado escuchando durante mi paseo. Esas mismas armonías me llevaron a un mundo emocional y a un lugar que no era Panamera, pero era verdadero. Era lo que en ese momento estaba sintiendo: melodías de Silvio, de Luis Eduardo Aute, de gente que llevaba muchos años escuchando y que estaban ahí. Recuerdo que le envié una nota de voz a Pepe y él, que es un gran compañero para ayudar en lo emocional, me dijo que se había emocionado con lo que había escrito. Fue justo ahí cuando reanudé la ilusión de nuevo.
Pepe: Lo que pasa es que en este mundo de lo latino y de la cumbia, se generan unos prejuicios y nosotros siempre hemos intentando romper con las etiquetas. Por eso en este disco quisimos reafirmar que lo que hacíamos no solo era cumbia, sino que sobre todo eran canciones, y por eso queremos que lo que primen sean las canciones.
Lo que está claro es que las canciones de este disco se adaptan muy bien, tal y como hablábamos antes, a la gira en teatros que estáis realizando. Pero me gustaría saber si pensáis que se pueden acelerar y adaptar también a los conciertos ya en festivales con la gente de pie y con ganas de fiesta y baile.
Pepe: Con algunas ya lo estamos haciendo, pero con los dos discos tenemos un repertorio de 18 o 20 entre las que podemos elegir.
Nacho: Está claro que la adaptación de ciertas canciones a un festival va a ser muy complicado. Habría que ver cuales entran y cuales no. Y también es un trabajo de ponerse en el contexto adecuado en el que se está ¿no? Hay algo que es fundamental y es saber a donde vas y lo que la gente espera del concierto. Porque si estás en un festival pues como que hacer 15 o 20 minutos de canciones introspectivas pues la verdad es que no tiene hueco. Pero afortunadamente es lo que dice Pepe, tenemos un repertorio amplio y podemos elegir.
A mi hay una canción en el disco que me gusta mucho, que se llama “La Carretera”. Tiene un toque fronterizo Tex-Mex que me recuerda a Flaco Jiménez o a Los Lobos y me parece que es algo inédito y que nunca habías hecho algo así ¿vedad?
Nacho: Cierto. Nunca habíamos hecho algo así. De hecho es una canción muy especial con la que hemos tenido opiniones encontradísimas.
Pepe: Hay gente a la que le encanta precisamente por lo que dices: por ese toque Tex-Mex o más rockabilly. Fíjate que cuando nosotros nos conocimos tocábamos rockabilly y tocábamos temas de Johnny Cash. Y también es cierto que, cuando estuvimos en México, es algo con lo que nos volvimos muy locos, con ese sonido del acordeón...
Nacho: Es un tema al que le dimos mucho valor a la letra y por eso es una canción que ha pasado por muchos estilos. Fíjate que al principio de todo fue un ska y luego acabó con ese otro vestido y en realidad fue por casualidad, porque el arreglo que se propuso en un primer momento no gustó. Pero también te voy a ser sincero y, como ya no teníamos mucho más tiempo para hacer cambios, pues al final quedó así (risas). Muchas veces las cosas son como van surgiendo.
Pepe: El tiempo siempre condiciona pero también es verdad que, hacer un disco en el que todo sean cumbias, pues como que al final te vuela la cabeza y hacer un disco con todo de baladas también. Por eso creo que hay que encontrar el punto...
Nacho: Lo curioso es que pensábamos que este tema era una rareza dentro del Colectivo Panamera y a medida que vamos haciendo 'promo' nos encontramos con sorpresas como la tuya.
Pepe: A mi la que más me emociona, junto con “La Carretera”, es “Centinelas” con la que también me pasa algo parecido. Para mi es una canción en la que creo que se ha dado un paso y, sobre todo, me parece espectacular lo que dice Nacho en la letra, que me resulta como muy actual, muy de esta vida que llevamos los músicos que tenemos 25 trabajos para llegar a fin de mes. Pero lo digo sobre todo por lo que decías antes de que el disco es tranquilo y, si te paras a pensar y escuchas temas como “La Carretera”, “Centinelas”, “Para Olvidar” o “Las grietas del tiempo”, verás que tampoco es tan tranquilo. Por eso el directo es cañero aunque puedas pensar que no.
"Hay una parte orgánica de nuestro sonido que nos sigue gustando y probablemente la mezcla perfecta entre lo orgánico y la electrónica sea nuestro objetivo".
Cataluña siempre ha tenido una tradición muy fuerte de grupos de baile y de fiesta en los que se mezclaba la rumba, la cumbia, el reggae, el merengue, la salsa y eso parecía que no sucedía en resto de España y me gustaría saber cuál es vuestra opinión de porqué eso ha sido así.
Nacho: Yo diría que Barcelona siempre ha sido una ciudad muy cosmopolita y así como de acogida de muchos músicos de todas partes del mundo y, en según qué momentos, incluso más que Madrid
Pepe: Yo de Barcelona conozco mucho a Che Sudaka y había un grupo que a mi me encantaba cuando estuve viviendo allí y que me voló la cabeza que era 08001. Pero es verdad que Cataluña en general está más cerca de la World Music y creo que en parte es por la influencia de Francia porque, cuando la época de Manu Chao y Color Humano, había muchos franceses en Barcelona que traían de todo, porque los franceses están muy metidos en las músicas africanas y latinas. Eso hizo que se impregnara en la movida porque, además, había muy poco prejuicio por el estilo y había reggae, mucho reggae. Y Madrid siempre ha estado mucho más empapada con el rock. Solo hay que recordar a argentinos como Ariel Rot o Alejo Stivel, mientras que en Barcelona la gente estaba más influenciada por Manu Chao y Mano Negra. A mi me encanta Mano Negra. Es uno de mis grupos favoritos junto a Todos Tus Muertos. Por eso cuando empezamos con Colectivo Panamera, y hablábamos de sonido, Manu Chao y Mano Negra fueron dos referentes. Pero vaya que creo que Barcelona es más mestizaje, porque tiene más empapado lo francés y lo africano, y Madrid es más roquero.
Sin embargo vosotros habéis tenido mucho éxito precisamente en Madrid. Era como si se estuviera esperando que saliera un grupo como vosotros en la capital ¿no?
Nacho: Yo creo que sí, que tomamos la decisión correcta en el momento adecuado, cuando la gente quería otras cosas. Piensa que veníamos de un momento en el que la gente lo que más escuchaba aquí era un pop más tranquilo y por eso surgieron artistas como Anni B Sweet o Zahara. Ese pop de guitarritas tranquilas que a nosotros también nos encanta. Y de ahí se pasó a otra cosa más ligera, más liviana, mas de baile. Y también había una onda muy cool con respecto a eso, porque nos estaban llegando cosas del otro lado del charco como Bomba Estéreo que estaban muy bien hechas y, claro, eso nos acabó de convencer de que probablemente ese camino era el camino adecuado.
Pepe: Nosotros hace cuatro años que tocábamos en la sala El Barco todos los martes a las 12 y media de la noche y, cuando empezamos a tocar cumbia a esas horas en un sitio en lo que se toca sobre todo rock, funk y, jazz, éramos unos bichos raros. Recuerdo que pasamos de tocar ante 10 o 20 personas hasta que un día vimos que había una cola enorme para entrar y que no se cabía. Ahí ya nos dimos cuenta que estaba pasando algo y así arrancamos...
Nacho: Pero se sentía una energía especial porque cada vez que empezábamos una cumbia la gente se venía arriba de una manera que incluso acababan golpeando la paredes y era un engorilamiento generalizado .
Y ya para finalizar os quería preguntar si habéis tenido la tentación de revestir a vuestras canciones con más electrónica.
Nacho: Sí, y nos hemos cortado un poco. Piensa que nosotros estamos muy en contacto con toda la movida de los beatmakers que está pasando en Madrid. Tenemos un estudio en la plaza de Santa Ana por el que ha pasado gente de todo tipo, desde Juancho Marqués a InnerCut o Pedro Ladroga. Gente muy diferente de lo que es el Colectivo Panamera y a la que hemos visto trabajar y hemos estado en el estudio ahí con ellos y con los que hemos grabado algunas cosas. De hecho “Las grietas del tiempo” es una producción de InnerCut sin ir más lejos, así que sabíamos que teníamos esa opción. Pero hay una parte orgánica de nuestro sonido que nos sigue gustando y probablemente la mezcla perfecta entre lo orgánico y la electrónica sea nuestro objetivo.
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