Código desconocido
EntrevistasLacuna Coil

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David Sabaté — 11-12-2006
Fotografía — Archivo

Los italianos Lacuna Coil han pasado de las injustas comparaciones con Evanescence a lo más alto del firmamento metálico con (o sin) chica al frente. Amados al mismo tiempo por góticos, heavies y nu-metaleros, “Karmacode” (Century Media/Mastertrax) mira hacia los Estados Unidos aún manteniendo intacta su personalidad.

Más rockeros que sus compañeros de generación Within Temptation y lejos de la pomposidad de Leave’s Eyes, Lacuna Coil son, hoy por hoy, uno de los valores ascendentes más sólidos del metal moderno. Habiéndose adentrado The Gathering en terrenos más ambient y experimentales, su discografía, en especial desde su anterior “Comalies”, ha dado un giro importante ganando nuevos adeptos casi a diario y situándoles en las portadas de la prensa musical de medio mundo. Las dos voces del grupo, Andrea Ferro y Cristina Scabbia, me atienden en los camerinos de la barcelonesa Razzmatazz 2 recién llegados de una firma de discos en pleno centro de la ciudad. “Ha ido muy bien, hay mucha expectación por vernos esta noche”, comenta la cantante. Su primera visita a nuestro país como cabezas de cartel responde a la presentación de “Karmacode”, cuarto trabajo en el que depuran su combinación de metal y pop.

"Lo más importante para mí es que se me reconoce más allá de esa imagen de sex symbol"

“Nuestras canciones son atmosféricas, unas veces lentas y profundas, y otras más poderosas y pegadizas. Creo que hay mucha variedad y muchos colores en nuestra música. Escuchando un disco nuestro no te vas a aburrir, puedes bailar, cantar, reflexionar… ésa es la manera en la que nos gusta expresarnos, no conocemos otra”. Al mismo tiempo podemos apreciar un sonido más americano, especialmente en la sección rítmica y en la afinación grave de las guitarras, algo que ha suscitado alguna que otra crítica negativa. “Creo que ese comentario se debe a que la sección rítmica es más potente, tiene más groove, pero eso es algo que suma, que añade algo a nuestra música, no al revés. Seguimos teniendo muchos elementos europeos: las melodías, las secciones de cuerda, las voces. Al mismo tiempo es lógico que tengamos más influencias americanas porque en los últimos años hemos pasado mucho tiempo allí”. “Es algo que hemos querido incorporar a nuestra música para obtener un sonido más original, –prosigue Andrea- aunque queremos mantener nuestra identidad como banda europea, por eso hemos escrito y grabado el disco en Europa con técnicos de aquí”. Entre ellos destaca su productor habitual Waldemar Sorychta (Grip Inc., Sentenced, Tiamat), que esta vez ha tenido, sin embargo, un papel más modesto. “Ha ejercido más de productor artístico, ha sido como una co-producción. Ahora somos más independientes. Hemos aprendido mucho junto a él pero creo que en el futuro vamos a trabajar con gente distinta”. “Lo más difícil de este disco ha sido parar de tocar en directo y centrarnos en las nuevas canciones, porque veníamos de una gira muy larga en la que habíamos ido recopilando muchas ideas”, comenta Cristina. Entre ellas las del título y las letras, muy influenciadas por las nuevas tecnologías. “Queríamos hablar de la espiritualidad en nuestros días. ‘Karma’ es una palabra espiritual no conectada a ninguna religión en particular, y ‘código’ también es perfecta porque describe algo moderno que todo el mundo necesita en su día a día para acceder a Internet o encender su móvil. El mundo ha cambiado con la tecnología, y no necesariamente a mejor”. Hablando de cambios, después de tres años, ¿qué opinan del boom de Evanescence y del posterior auge de formaciones similares? “Somos totalmente distintos a esas bandas, especialmente en Europa. Creo que no hay espacio para todos esos grupos. Está empezando a ser aburrido. No es un éxito basado en una carrera, sino en una explosión propia de la lógica del mercado que va a terminar con el siguiente fenómeno”. Sin duda, su fenómeno particular les ha permitido versionar la archiconocida “Enjoy The Silence” de Depeche Mode junto a Ronald Prent, colaborador habitual de los autores de “Violator” y encargado de las mezclas de “Karmacode”. “Teníamos otras opciones, como Soundgarden o Sisters Of Mercy, pero ésta se adaptaba perfectamente a nuestro sonido. Ronald les puso la canción a los propios Depeche Mode y parece ser que les gustó. Además, en directo todo el mundo la conoce y la canta de principio a fin”. Un fenómeno redondeado por una imagen cuidada y por la belleza latina de Cristina. ¿Como encaja premios como los de ‘cantante femenina más atractiva del metal’ según los lectores de publicaciones como Kerrang o Metal Hammer? “Sería una hipócrita si dijera que no lo aprecio, a todo el mundo le encanta gustar a la gente. Lo más importante para mí es que se me reconoce más allá de esa imagen de sex symbol. Siempre ha sido así y estoy muy contenta por ello. Si tuviera algún problema con ese tipo de comentarios probablemente no estaría en una banda”.

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