Clase de espiritismo
EntrevistasPop Levi

Clase de espiritismo

Jordi Nopca — 28-06-2007
Fotografía — Archivo

Antiguo miembro del combo post-rock Super Numeri y bajista de los Ladytron durante la gira de presentación de “Witching Hour” (Rykodisc, 05), el británico Pop Levi debuta en solitario con “The Return To Form Magick Black Party” (Counter Records / Pias, 07) disco que hace justicia a la primera –y en menor medida, la segunda– parte de su nombre y que nace de unas curiosas sesiones espiritistas que nos confirman que no puede ser una casualidad que el músico decidiera mudarse hace un par de años a Los Ángeles.

Bajo ese par de ojos alucinados e inquietantes –rodeados convenientemente de la pizca necesaria de maquillaje–, Pop Levi tiene que esconder alguna particularidad. Hablamos con él por teléfono, directamente en su habitación de hotel, después de algunos problemas técnicos que retrasaron la entrevista unos treinta minutos bastante angustiosos. Eran las once de la mañana, hora en que muchos músicos aún descansan, especialmente cuando están de gira, pero Pop parecía extrañamente despierto e iluminado en cada una de sus respuestas. Después de media docena de preguntas puramente protocolarias dimos con la particularidad de Mr. Levi, y nos llegó en forma de técnica espiritista, el scrying, que fue inventada y utilizada por el matemático, astrónomo, astrólogo y consultor de la reina Isabel I de Inglaterra John Dee (1527 – 1608).

"El Future Pop es posible gracias al despertar del subconsciente, al permitir que éste dicte la frase y la nota perfectas"

“El scrying era un sistema interesantísimo que consistía en conseguir contactar con ángeles a través de la observación de paisajes evocativos, espejos o incluso bolas de cristal”. Fue a través de estas sesiones que a Dee le fueron dictados varios libros en la lengua de Enoch, lengua hablada únicamente por los ángeles y que solamente Dee y su servicial ayudante Edward Kelley podían descifrar. “Esta técnica me ha servido para inspirarme a la hora de escribir las canciones de “The Return To Form Black Magick Party”. El título, por ejemplo, me fue dictado por un ángel a mediados del año 2005, y fue a partir de entonces que empecé a pensar en reunir el material que había ido acumulando y grabando durante años en viajes a China, dentro de iglesias, en almacenes, durante travesías en barco, …” Ésta debe ser una de las razones por las cuales el debut en solitario de Levi suena tan ecléctico y dispar de una canción a otra, aunque todas ellas –vayan de la psicodelia al pop sesentero, al glam descafeinado o al arrebato hippie-happy-desenfadado – conserven lo que el propio Levi llama su “twist 77”, o ese giro en la historia de la música rock que solamente tiene lugar después de la muerte de Marc Bolan el 16 de septiembre de ese mismo año. “El rock ha sido un movimiento musical muy documentado desde sus inicios, hecho por el cual muchos músicos reconocen haber sido influidos por éste o aquél artista. En mi caso no creo que sea exactamente así: hablar de influencias en este disco nos llevaría a repasar todas las películas, discos, libros, viajes y personas que he conocido a lo largo de mi vida, cosa que es prácticamente imposible. Gracias al scrying he podido sintetizar todos estos referentes y conseguir mezclar unas letras que muchas veces no siguen una narración lineal –yo diría que muchas de ellas se entienden mejor leyéndolas del final al principio– con unas sonoridades esencialmente pop que, sin embargo, no habían sido unidas nunca antes de esta forma”. Es en este momento que Levi hace referencia al Future Pop, etiqueta que él mismo ha diseñado para definir sus canciones y ahuyentar los posibles experimentos periodísticos. “El Future Pop es posible gracias al despertar del subconsciente, al permitir que éste dicte la frase y la nota perfectas. Es el uso del scrying aplicado a la música, lo que yo llamo desde hace un tiempo audio-scrying”. Sinceramente, ¿quién no querría asistir a una de estas sesiones para comprobar si el discurso de Pop es pura palabrería o un descubrimiento que cabría mantener alejado de los aspirantes a encontrar –y comerciar con– la fórmula perfecta? Levi parece haberla encontrado, en “The Return To Form Black Magick Party”, con un puñado de canciones “que miran, en iguales proporciones, hacia la ciencia y hacia el alma humana” y nos descubren, casi de forma hipnótica –y además festivamente– las diferentes fases del amor, con una especial predilección por evocar la dulzura de la miel o del azúcar. “Honey, sweet y sugar son palabras que utilizo prácticamente en todo mi repertorio porque me encanta su sonoridad. Cuando escribo quiero encontrar la palabra que pueda evocar unas determinadas reacciones en el oyente sin que sepa muy bien qué es lo que está escuchando. Es un procedimiento similar al que experimentamos con “2001: Una odisea en el espacio”, de Kubrick: llegamos al final y no hemos entendido nada, pero en el fondo algo dentro nuestro ha cambiado. Musicalmente, es el mismo sentimiento que experimento cuando escucho canciones en lenguas desconocidas. A veces tengo la sensación de estar escuchando a alienígenas…”.

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