Desde que "Chaleur Humaine" vio la luz en Francia en el verano de 2014, la vida de Héloïse Letissier no volvió a ser la misma. Aunque su historia empezó a trazarse realmente en 2010 cuando, en un momento anímico más que bajo tras ser expulsada de su escuela de interpretación, la francesa decidió abandonar una temporada su residencia parisina para encontrarse a sí misma en una ciudad como Londres que le acogió con los brazos abiertos y, además, le hizo replantearse sus primeros pasos en el mundo de la música. En la capital británica nació su primer alter ego, Christine, que en un principio estuvo protegida por esas The Queens que en realidad eran un grupo de drag queens que temporalmente fueron su familia y el mejor hombro sobre el que derramar sus lágrimas. “Hace mucho tiempo que no veo ni tengo apenas contacto con The Queens, aunque no me he olvidado de ellas porque me fueron de grandísima ayuda y estuvieron a mi lado en un momento en el que me sentía completamente perdida y sin saber qué hacer. A lo largo de la vida te topas con personas que crees que van a estar ahí para siempre, pero ante todo una debe ser consciente de que eso es algo temporal. Son etapas que siempre persistirán en la memoria”, contesta desde el otro lado del teléfono la de Nantes justo el mismo día que su segundo largo, Chris, llega a las tiendas. ¿Cómo quieres que te llame: Héloise, Christine o simplemente Chris?, le pregunto nada más arrancar la entrevista. “Héloise es como me llaman mis padres, así que prefiero que me llames Chris porque es más corto que Christine”.
"Que alguien pueda cuestionar a otra persona por su apariencia demuestra que socialmente aún hay muchos prejuicios que derribar".
En "It", uno de los temas que conformaban su debut, nuestra protagonista contaba la historia de una mujer que, aunque sólo fuera por unas horas, soñaba con tener un pene. Y, ciertamente, ese sueño tan freudiano podría ser uno de los puntos de partida de este Chris que ahora nos ocupa y para el que la artista ha decidido construir un personaje orgulloso de su género fluido y su pansexualidad, tal como ella misma se define. “Sé que habrá muchos que malinterpretarán mi nuevo aspecto físico y que querrán etiquetarme en una u otra cosa, pero para mí Chris es ante todo un personaje teatral que quiere llevarlo todo al límite”, dice al respecto.
“Hay quienes siguen viendo mal que una mujer, por ejemplo, lleve el pelo corto. Que alguien pueda cuestionar a otra persona por su apariencia demuestra que socialmente aún hay muchos prejuicios que derribar. Y en el caso de las mujeres aún más todavía, ya que cuando una mujer alcanza el éxito tiene que hacer frente a comentarios como que es demasiado ambiciosa, que se comporta como una zorra o que tiene las ideas muy claras como si eso fuera algo negativo. ¿No se me decía nada cuando cantaba It hace unos años porque llevaba una larga melena y ahora sí? Siempre me he preguntado a mí misma qué es realmente la feminidad y por ello he pasado de Christine a Chris. Chris vive honestamente sus sentimientos y no tiene miedo en hablar de ello por mucho que en ocasiones se contradiga, lo cual es algo muy humano. Es teatro, es pop y, en definitiva, un juego. Los artistas que más admiro son aquellos que jamás han tenido problemas en transformarse físicamente, en jugar con la androginia y abrazar la sexualidad fluida. Todo eso es 'Chris'”, detalla sobre este cinético nuevo personaje que, según sus palabras, mama del pop más fantasioso y escénico de finales de los ochenta y los noventa, con David Bowie, Madonna y los hermanos Jackson (Michael y Janet) al frente.
Precisamente, en lo que a sonido se refiere, menciona las producciones de Jimmy Jam y Terry Lewis para la pequeña de los Jacksons como una gran influencia para estas nuevas canciones. “Mi primer álbum era algo así como una carta de presentación marcada por la melancolía, mientras que 'Chris' suena más agresivo y fuerte. En estos últimos años no solamente he experimentado una transformación física más atlética después de haber pasado tantas horas bailando sobre el escenario, sino que también ha habido grandes variaciones en mi voz. Todo lo que me ha ocurrido ha sido un viaje que me he llevado a un punto en el que estoy más segura que nunca de mi misma”, afirma.
A pesar de que "Chris" habla sin medias tintas sobre el empoderamiento de la mujer, la necesidad de ser quien quieras ser y vivir plenamente tu sexualidad, el personaje también da muestras de su vulnerabilidad en momentos tan catárticos como "Doesn’t Matter" (donde rememora una etapa depresiva que sufrió en 2007) y, sobre todo, "What’s-Her-Face". “Por muy fuerte que seas siempre tendrás que convivir con muchas cicatrices dolorosas del pasado. Queramos o no le pasa a todo el mundo. Por ello diría que el tema que más quebraderos de cabeza me ha dado ha sido "What’s-Her-Face" porque en él rememoro aquel momento en el que sufrí bullying en el instituto simplemente por ser diferente al resto de mis compañeros y compañeras. Sé que no me va a ser fácil de interpretar en vivo. Es una canción muy triste y emocional porque la adolescencia puede llegar a ser muy cruel”, confiesa sobre esos años en los que se abrazó al baile y la interpretación como válvula de escape.
Editado tanto en inglés como en francés (en una edición doble), uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado en Chris ha sido adaptar las letras en sendos idiomas sin que se pierdan por el camino matices ni expresiones. “No ha sido una cosa forzada”, explica. “El inglés es un idioma más directo y con menos musicalidad que el francés, pero eso no me supone ningún problema porque cantando en ambos me siento igual de cómoda. No sé si en el futuro voy a repetir esta misma fórmula, pero sentía que en esta ocasión era necesario este doble esfuerzo por mi parte”, añade. ¿Y ahora qué? ¿Tras la excelente recepción de Chaleur Humaine tiene algún plan de dominación mundial en mente? Ella lo tiene claro. “Ante todo esta es una grandísima oportunidad para mí, pero la verdad es que mientras componía este disco no pensaba en repetir el éxito del primero ni me dejé llevar por ningún tipo de presión acerca del qué dirán. Lo más importante para mí cuando compongo es ser honesta conmigo misma, escribir exactamente aquello que siento y que quiero transmitir. Mentiría si dijera que tengo un plan porque para nada es así. En esta ocasión quería hablar sobre el deseo y el caos. La fama es algo que agradezco, pero lo único positivo que me ha aportado es poder disponer del dinero que necesito para poder trabajar libremente y sin ataduras en aquello que más creo”.
Teatralidad escénica
La gira mundial que acompañó a Chaleur Humaine estuvo marcada por coreografiados números de baile porque “para mí la danza es una de las mejores formas que tengo para expresar mis emociones”. Sin que sepamos muy bien por qué ninguna fecha recaló en su momento en nuestro país, y lo mismo ocurre con este nuevo tour que arranca este octubre en Luxemburgo y terminará a mediados de diciembre con dos noches en el parisino AccorHotels Arena. O, al menos, eso es lo que está planificado a medio plazo sobre el papel porque la artista afirma que “muy probablemente el año que viene al fin actúe en España. Es un país que siempre me ha inspirado mucho por su moda y su arte (sin ir más lejos, Chris cuenta con un tema titulado "Goya Soda" en el que se menciona al maestro aragonés de la pintura). Tengo ganas de sentir la energía del público español”, afirma. ¿Qué se puede esperar de este inminente show? “No será un concierto al uso porque esta vez el espectáculo será muy teatral y me permitirá más que nunca poder demostrar mis dotes interpretativas. Al tratarse de un disco tan cinético que habla sobre la singularidad de las personas me acompañarán todo tipo de personajes sobre el escenario. Sé que puede sonar algo ambicioso a primeras, pero me apetece mucho hacer algo tan diferente que, asimismo, abarque todo tipo de disciplinas artísticas”, avanza. Ojalá en unos meses podamos verlo con nuestros propios ojos.
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