Contadnos un poco cómo ha sido el proceso de escribir y grabar un disco en plena pandemia. ¿Los meses de encerrona han sido un tiempo productivo para vosotros o lo habéis aprovechado para descansar y desconectar?
El 2020 lo arrancamos con muchísima ilusión por la incorporación de Mikel (guitarra, ex-Revolta Permanent, ex-Herri Oihua) y por lo que supone enfrentarse al reto de un cuarto álbum, pero justo cuando estábamos en el mejor momento compositivo, llegó el confinamiento. Tuvimos que cambiar el chip e intentar ser productivos vía-online: comentar ideas por WhatsApp, mandar videos de riffs nuevos, maquetar canciones con el Cubase,... Todo eso sirvió para que, cuando pudimos por fin ensayar los cinco juntos, tuviésemos el álbum al 70% para solo tener que ensayar los temas e intentar llegar al estudio con los deberes hechos, así que sí, aunque hubiésemos preferido componer todos estos temas en el local, fue un tiempo productivo y bien aprovechado.
Toda esta locura de vida en la que estamos sumergidos ¿tiene su reflejo en el disco o preferís abstraeros de la realidad a la hora de componer nueva música?
Nos abstraemos completamente. Que la sociedad haga lo que quiera, que llueva, truene o nieve, nosotros nos centraremos en Black Sabbath y compondremos la música que queremos escuchar.
El concepto del álbum gira en torno a lo cíclico y al eterno retorno. ¿Está la sociedad abocada a vivir en constantes crisis por no aprender de nuestros errores? ¿O vuestra visión no es tan negativa?
Nuestra visión sobre nuestra sociedad es bastante negativa. Estamos abocados a vivir en este ciclo en el que, cuando pensamos que hemos tocado techo y ya hay suficientes batallas en el mundo, nos seguimos metiendo en guerras. Somos la peor enfermedad.
¿Qué creéis que aporta vuestra propuesta y mensaje a la sociedad? ¿Diríais que funciona más como una válvula de escape ante el hartazgo o como herramienta de protesta?
Al ser nuestra visión sobre esta sociedad bastante negativa, no intentamos protestar. En ese sentido, hemos tirado la toalla. Nos sirve más como una válvula de escape, cantamos a lo que no nos gusta sin importarnos que sirva como “lección”, no somos quien para decirle a nadie lo que tiene que hacer.
Aunque en vuestro caso sabéis ornamentar vuestro stoner con sonidos noventeros más cercanos al grunge, y no estancaros en un estilo que, por lo general es poco abierto a cambios y evolución, ¿qué pensáis que les falta a aquellas propuestas que no salen del clásico riff sabbathiano?
No creemos que les falte nada, nosotros luego somos los primeros en disfrutar muchísimo de álbumes de puro stoner. Si que es verdad que nosotros intentamos que nuestra base sea el stoner pero que podamos picar de un poco de heavy, doom, progresivo, grunge,...y que nadie se pueda llevar las manos a la cabeza. Es nuestra forma de componer, pero es algo que nos sale completamente natural porque es la música que escuchamos. Si solo escuchas stoner y quieres hacer un álbum 100% stoner, adelante.
La prensa especializada se pone de acuerdo en hermanaros con clásicos evidentes como Black Sabbath, Kyuss o cualquier banda de renombre dentro del Stoner más desértico. Pero realmente, ¿qué bandas os gusta pincharos en casa o en el coche?
Cada uno en esta banda es de una madre. Todos tenemos esas bandas como el pilar en el que basarnos a la hora de componer material para la banda, pero cada uno luego tira a lo suyo (Metallica, Alice In Chains, Pantera, Soundgarden, Ghost, Limp Bizkit,...).
“La clave es el respeto, divertirnos, pasarlo bien y tener los pies en el suelo”
Habéis formado parte del proyecto “Trip to Spain” una iniciativa en la que distintas bandas internacionales aportan su granito de arena en el conflicto de Ucrania. Contadnos un poco cómo llegasteis a integraros en esta iniciativa y cómo se puede colaborar.
Nos contactaron vía-Facebook y accedimos encantados. Toda idea que conlleve aportar nuestro granito de arena para intentar frenar toda guerra es bien recibida en esta banda.
Todos los ingresos del proyecto “Trip To Spain” (via-BandCamp) van destinados a todo tipo de asociaciones para ayudar a familias ucranianas.
Prácticamente dos décadas como banda. ¿Cuál es el secreto para mantener un proyecto tanto tiempo y que siga sonando fresco álbum tras álbum?
Teniendo claro que, ante todo, somos cinco colegas que se juntan para hacer la música que nos gusta. Intentamos salir de nuestra zona de confort, no solo basarnos en el stoner puro y duro, forzarnos un poco a intentar tocar diferentes estilos, pero eso por sí solo no sirve a la hora de encontrar motivos para aguantarnos durante tanto tiempo. La clave es el respeto, divertirnos, pasarlo bien y tener los pies en el suelo.
¿Qué planes tenéis con este trabajo? ¿Gira por España, Europa?
Nuestro plan actual es hacer la gira de presentación que hemos preparado hasta julio (la cual anunciaremos en breve). Luego a partir de verano, nuestra idea es seguir presentando el álbum pero con el añadido de tener “Ouroboros” en formato vinilo (en principio queríamos sacar CD y vinilo junto, pero los plazos en las fábricas últimamente son un poco impredecibles). ¿Europa? La idea es que marchemos el próximo año 2023, pero con el Covid aún en el aire algunas salas de Europa tienen restricciones diferentes a las que tenemos aquí ahora y es un poco difícil asegurar que podremos montar nuestra habitual escapada europea. Crucemos los dedos porque sí.
Y para cerrar, revelarnos algún sueño todavía por cumplir con Chivo. Tocar con alguna banda en particular o en algún lugar con significado para vosotros, colaborar con un músico o formación…
Sería un sueño poder aparecer en alguno de esos carteles de festivales a los que acudimos regularmente (Resurrection Fest, Sonic Blast, Desert Fest,...) o tocar con algún referente como Alice In Chains, John Garcia o en esa gira de reunión que todos los años se rumorea que harán Kyuss…pero ahora mismo nuestra mentalidad nos empuja a pensar más en el camino, no en la meta. Ojalá algún día cumplamos esos sueños, pero nosotros solo concebimos alcanzar esas metas a base de componer y grabar álbumes, fabricar nuestro merch y, lo más importante, montarnos en una furgoneta y hacer kilómetros para dar conciertos. La meta está bien, pero ahora nosotros pensamos únicamente en disfrutar del camino.
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