“Yo hablo de mi vida y, en mi vida, amor y drogas están presentes”
EntrevistasChico Blanco

“Yo hablo de mi vida y, en mi vida, amor y drogas están presentes”

Pablo Tocino — 26-03-2020
Fotografía — Archivo

El andaluz Chico Blanco publica “Gominola” (Autoeditado/Altafonte, 20), un segundo epé en el que descubre el camino a seguir. Con él charlamos para descubrir cómo nace y evoluciona este proyecto musical.

Quizás el nombre de Pablo Cobo no te diga mucho, pero el de Chico Blanco sí lo habrás escuchado cada vez más en el último año. Pero el camino musical de Cobo se remonta bastante más atrás, desde que empieza a buscar en Google cómo hacer bases con doce años, pasando por su momento dentro de la escena urbana de Granada en White Mobb Coño, hasta llegar a su etapa actual, donde muchos le conocimos con su EP “Life After House”. Un año después llega su continuación, “Gominola”, y le veremos actuando en BBK y Sónar (COVID-19 mediante). De este proceso, de su idea de fusión musical, de la inspiración para las canciones de “Gominola” y de muchas más cosas hablamos con él en una entrevista tan intensa como interesante (él me la define de coña como "Chico Blanco al desnudo"). Ha llegado el momento de conocer a una de las grandes promesas nacionales de 2020.

¿Cómo estás pasando estos días? ¿Te ha pillado todo en Granada?
Me ha pillado en Granada. Y bueno... todo el día con ordenador, haciendo música. Y tomándomelo con paciencia, que no queda otra...

No veo que en las entrevistas te pregunten mucho por 8kitoo, pero sí que he visto que intentas reivindicarle siempre que puedes. Así que quería darte un espacio ahora para que me cuentes. ¿Quién es y qué papel juega en el proyecto?
8kitoo, de manera formal, es mi DJ, va conmigo a los conciertos, me suelta los temas y los mezcla. Pero, básicamente, es mi hermano. Es la persona a la que le enseño primero las canciones, le pido su opinión para todo, me enseña un montón de música y me apoya un montón... además hemos vivido muchísimas cosas juntos, y es una persona muy importante en mi vida. Y también llevamos entre los dos el proyecto Mareo, aquí en Granada, que nos flipa, y cada vez está creciendo más.

Con él hiciste “Belladonna”, que está pero como bonus track. ¿Por qué se quedó “fuera” en ese sentido?
A ver, para mí no es que esté fuera, pero es verdad que fue lo último que hicimos. Tiene un rollo tremendamente distinto, además como conclusión del EP me gustaba “Cola Cao” y Spotify no te daba la opción de meter un bonus track... pero me molaba mucho, así que quise subirlo a Youtube.

La producción es de lo que más llama la atención de tu proyecto. ¿La llevas tú completamente? ¿Has ido teniendo distintos colaboradores? Además de las ideas que te aporten colegas, como lo que me acababas de comentar de 8kitoo.
Ahora mismo, la única coproducción es la canción “Gominola”, que es con VAN17INO6. Pero el resto del disco soy yo, la producción es mía en mi casa. Sí que es verdad que la mezcla es de Antonio Narváez y, quieras que no, cuando mezclas estás produciendo y viceversa.

¿Has sido autodidacta al respecto?
Empecé con doce años solo. Puse en Google “cómo hacer bases de rap”, y me veía los tutoriales del Fruity Loops... (risas). Fui haciendo cosas para hip-hop, pero me iba mucho a los límites. Se lo pasaba a mis colegas que rapeaban y me decían “esto qué es” (risas). A partir de los diecisiete o dieciocho sí me juntaba con algún productor o con algún DJ e íbamos aprendiendo. Bueno, ¡miento! Hice Técnico de Sonido, que eso para producción no, pero para todo el tema de mezclas me ayudó bastante.

"Mis influencias de toda la vida han sido Kanye West, Yung Lean, los primeros discos de Daft Punk... Sigo escuchando también música urbana, me flipa también la música de los ochenta, el rollo high energy"

¿Cuáles dirías que son tus influencias en la producción? Porque aunque está el componente de deep house, yo por ejemplo veo aquí un rollo más sutil a lo The Blaze.
Puede ser. A ver, yo escucho de todo... Que sé que es la típica respuesta de mierda (risas). Pero es un poco la realidad. Mis influencias de toda la vida han sido Kanye West, Yung Lean, los primeros discos de Daft Punk... Sigo escuchando también música urbana, me flipa también la música de los ochenta, el rollo high energy, que está mucho en “No quiero verte”... No sé.

Aunque sea una pregunta típica, ¿siempre tuviste claro que querías dedicarte a la música? ¿O consideraste otras opciones?
A ver, yo desde hace unos años sé que lo que más me motiva es esto, por ahora. Pero me gustaban mucho las ciencias, en el instituto pensaba en hacer Física, o ser Ingeniero Químico... Y de chico quería ser director de cine.

No jodas...
Sí (risa). Es que siempre me han gustado muchas cosas, pero sobre todo el arte. El arte me ha gustado siempre mucho. Mira, no he estudiado nada de diseño, y muchos de los diseños de White Mobb los hacía yo. Al final tiré por Técnico de Sonido porque me permitía estudiar algo y a la vez tener tiempo para dedicarme a la música. Y, para colmo, aprendía sobre algo relacionado.

¿Desde cuándo estás con Kigo? ¿Cómo llegó a ti?
Pues mira, fue unos meses después de sacar “Life After House”. Yo flipando: “joder, el manager de C. Tangana”. Me dijo que le gustaba lo que hacía, y que quería trabajar conmigo y ayudarme a buscar bolos. Y la verdad es que desde entonces genial. Estoy muy contento con él y con Ígor, además siento que hay feeling, tanto de gustos de música como de manera de trabajar. Y eso es muy importante. Hay mucho manager buitre, hay agencias también más chungas... Mientras que yo con ellos estoy genial. No por estar con gente mucho más pegá que yo me dejan de lado, al contrario.

Aunque evidentemente ya tenías a tu público fiel de antes, justo este año has tenido un salto muy potente de popularidad. ¿Crees que ha tenido que ver el estar con Kigo? Es decir, si antes no te echaban mucha cuenta desde medios, salas, etcétera, y ahora sí.
Por supuesto. A ver, creo que si lo que haces es guay y ven que estás con alguien guay, todo suma, porque por mucho que seas un manager tocho, si el artista hace algo que es una mierda, no se lo vas a vender a nadie. Pero está claro que tengo la suerte de que me lleven a más sitios, de que los sitios me traten mejor, me paguen mejor, se hable más de mí... Si no estuviese con él probablemente muchas cosas no las habría hecho. O quizás las habría hecho, pero habría tardado más, y por supuesto me habrían pagado menos. ¿Sabes lo que te digo? (risas). Alguien con su experiencia sabe lo que vale un artista.

“El cole no es para siempre” es quizás mi canción tuya favorita. Su vídeo usa el corto “Lick The Star” de Sofia Coppola, con guiños a la depresión adolescente y al bullying, y la foto de la portada es de James Patrick Dawson, para la revista XY Magazine, dirigida a chicos gay/bi. He leído que el tema está dirigido a tu propio yo de dieciséis años, ¿no?
Sí, sí. En el tema es como que me hablo a mí mismo, y otras veces soy ese propio yo.

Producción aparte, me gusta cómo capturas en la letra sensaciones que creo que muchos hemos tenido en su momento, que no son sensaciones en absoluto positivas... y a la vez están en una canción que te transmite emociones positivas, y donde puedes hasta bailar y pasártelo bien. ¿Es menos difícil hablar de tu propia experiencia en un tema así que en una balada?
Es que al final intento sacarle un rollo más positivo... Irónico, diría yo. A ver, los temas que escribía con dieciséis años no tienen en absoluto este punto happy, porque estaba viviendo ese momento de confusión y de paranoia, pero ahora miro al pasado y como que entiendes cosas que antes no entendías, y puedes hablar de ellas de otra manera. Entonces intento ahí expresar lo que, si pudiese, le diría a mí yo de ese momento. Aunque seguramente a mí yo de ese momento le sudaría la polla. Yo creo que el tema este le toca más a la gente que tiene veintitantos que a los que tienen dieciséis, ¿sabes? O sea, mucha gente me ha dicho que ese tema lo hago para los adolescentes y no sé qué... Yo lo hice para mí, porque mira, a un chaval de dieciséis años, por mucho que le digas estas cosas, se cree que lo sabe todo, y se la va a sudar.

¿Tú crees? O sea, entiendo lo que quieres decir, el tema te lo escribes a ti, no intentas hacer “un himno” ni nada. Pero la canción no es un señor diciendo cuatro lugares comunes, creo que se nota cuando alguien habla de un tema que conoce. Y eso ayuda. No sé, yo pienso que sí puede ayudar a un chaval que esté sufriendo acoso escolar, especialmente a chavales maricas que estén sufriendo acoso escolar.
Puede ser... Desde luego me van a hacer más caso a mí que tengo veintipico que al que tiene cuarenta. A ese sí que no le van a hacer ni puto caso (risas). No, tío, y que es cierto, que al final son sensaciones que yo he vivido y eso se nota... Al final se nota cuando es algo de verdad, cuando es algo real. Tanto si el mensaje parece más típico como si es más reivindicativo: Si hay verdad, te llega.

Aunque sé que no te has querido poner tú ninguna medallita ni ninguna bandera, te quería preguntar si crees que falta un componente LGBT (o al menos más presencia) en la escena musical, y concretamente en la escena en la que tú te mueves.
Mmm, pues a ver. Es que es como si estuviesen los artistas LGBT y los no LGBT, y yo creo que eso es un poco... No sé si hasta contraproducente. O sea, un artista es un artista, su sexualidad es su sexualidad y su género es su género. Tú eres un artista y luego hablarás de lo que quieras de tu vida, si quieres hablar de temática queer, si quiero decir que me como una polla, pues lo digo, porque es como mi vida, ¿sabes lo que te digo? (risas). Como el que dice que le encantan los culos de las tías. Nunca me he intentado abanderar de nada, y tampoco me importa que me lo pongan, pero es como: yo soy yo, entonces en mis canciones son como soy en mi vida diaria. No sé qué opinas tú. Tampoco sé si me he explicado bien. Sé que es un tema complejo...

Sí, sí, te he entendido. Y yo mismo tengo ese dilema tanto a la hora de escribir sobre artistas LGBT como a la hora de crear yo algo y ponerle (o no) esa etiqueta. No me gustaría tener que usar esa etiqueta, pero a la vez pienso en cosas como lo de los chavales que hemos hablado antes, y la importancia que puede tener para ellos la visibilidad, el verlo como parte de la vida diaria, que es lo que has dicho antes. Y por eso al final lo hago. Pero también me da un poco de coraje esa separación, sí.
Claro, o sea, ¿yo soy un artista al que se puede meter dentro de artistas LGBT? Sí. Pero titulares tipo “el nuevo artista LGBT” me tocan un poco la polla, porque parece que reduces el arte a si esa persona es LGBT o no. También hay muchas ganas en los medios de ponerlo como “cool”, como si fuese una moda, hermano. Y de coger a tíos que no son siquiera LGBT y poner “las nuevas masculinidades”, como si estuviese de moda serlo-pero-no-serlo. Me toca la polla que se juegue con esas cosas pa vender en los medios. O sea, contigo estoy hablando super bien y super cómodo, ¿eh? Pero es que no suele ser así. Seguramente haya más gente con la que pueda hablar como contigo, yo sé que no todos van en ese rollo. Pero tío, es que hay tantos que sí, y es tan frustrante...

Te decía antes que en “El cole...” consigues que aunque sea triste, transmita lo contrario. En cambio, “No quiero verte” sí que tiene un rollo melancólico al cien por cien.
A ver, el tema tiene varias interpretaciones, pero es como cuando conoces a una persona que sabes que te va a volver loco, que te gusta mucho, y te da miedo, y prefieres no verla porque no sabes lo que te va a pasar. Estás esperando a ver de qué palo va, ver si te puedes fiar o no. Entonces más que melancolía del pasado, es como miedo del futuro. Y luego ya “Gominola” es colocón total, es un poco “a tomar por culo”.

"Lo de la versión de 'Caramelo House (Otro lado)' de Hidrogenesse no me lo esperaba para nada y me ha flipado, la verdad"

Eso te iba a preguntar también. Hay muchos guiños a drogas en el EP, pero que a la vez parecen identificaciones con elementos de pasión, de colocones en ese sentido también.
Muchas veces hablo un poco de las dos cosas a la vez, porque además son cosas muy relacionadas, el amor es una droga. Cuando lo sientes te da un subidón de hormonas que flipas y estás super bien, y cuando se va te da un bajón de hormonas que flipas y estás fatal. Yo hablo de mi vida y, en mi vida, amor y drogas están presentes (risas). Entonces está todo mezclado.

¿Puede ser que en “Gominola” (canción) haya un sample de “Saturday Night”?
Sí (risas). Me encanta el house noventero más clásico, el eurodance, temas como más petardos, y me gustó la idea de meter esa vocecilla.

Con el videoclip de “Caramelo House (Otro Lado)” has ido a por todas, ¿no? Y la canción en sí ha encantado a la gente. Hidrogenesse han hecho una versión también...
Lo de la versión de "Caramelo House" de Hidrogenesse no me lo esperaba para nada y me ha flipado, la verdad. Y el vídeo, pues tío, fue una cosa que se fue de las manos en el buen sentido. Había hablado con la gente de Kinkifactory el verano pasado y dijimos de hacer un vídeo, luego ellos se juntaron con los de Bbless y empezaron a darle vueltas, pero cuando llegaron con todo lo que querían montar, vimos que era una locura, no había presupuesto para eso. Pero gracias al cosmos apareció Ssstufff, una marca de Barcelona que puso ropa y dinero para patrocinar el vídeo, y pudimos grabar toda esa locura en cuatro días frenéticos. Me tuve hasta que meter en una piscina en enero (risas). A ver, yo pienso que lo que más habla de mí es la música y no los vídeos, pero mola hacer algo así.

Tienes una colaboración con Colectivo Da Silva. ¿Cómo surgió eso? Además coincidís en el BBK. ¿Os veremos cantándola juntos?
Si no lo cancelan, sí (risas). Pues tío, yo es que a ellos los conozco de mi escuela, de cuando hice Técnico de Sonido. Desde el principio me flipó su rollo y al final surgió el juntarnos y sacar este tema. Pero es muy natural, somos colegas, salimos por aquí por Granada juntos y tal.

Viendo las fechas de giras que tienes en tu web, imagino que muchas se cancelarán o se aplazarán por el tema del coronavirus. Pero me ha llamado la atención que, además del BBK o el Sónar, estás también en un festival más pequeñito, el Observatorio, que está empezando pero se ha montado un cartel bastante guapo. ¿Cómo llegaste a él?
Me contactaron ellos. Creo que parte de la gente que me escucha es más de la movida de bandas, como la gente de Observatorio. Y es verdad que es más pequeño pero la propuesta es muy guay. No tienen tantísimos recursos o presupuesto como otros, pero se llegó a un acuerdo, y eso mola, apoyar a gente que está empezando. Yo estoy empezando mismamente, y si no nos apoyamos entre nosotros...

¿Te planteas irte de Granada? Cuando todo esto pase, claro.
Sí, ahora mismo mejor me quedo quietecito (risas). Sí, tío, me gustaría irme. No sé adónde. Pero por el hecho de ver mundo, ¿sabes?, de poder ver otras cosas, conocer otra gente, por seguir viviendo. Que yo en Granada estoy muy bien, pero estás tan bien que al final te acomodas y no sigues creciendo. Entonces pensaba volar un poco después de haber hecho todos los bolos, pero ya sabes lo que ha pasado (risas). Pero bueno, tampoco tengo prisa por irme. Estoy bien. Aunque tengo la idea en mente, sí.

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