“Quería hacer algo conceptual, que generara un mundo propio”
EntrevistasChica Sobresalto

“Quería hacer algo conceptual, que generara un mundo propio”

Javier Escorzo — 14-05-2021
Fotografía — Archivo

A Maialen Gurbindo, alias Chica Sobresalto, el paso por Operación Triunfo le ha cambiado más por fuera que por dentro; ha alcanzado una popularidad inimaginable hace tan solo un par de años, pero eso no ha afectado a su manera de hacer las cosas.

Ahora publica su segundo disco, "Sinapsis" (El Dromedario Records, 2021), un trabajo producido por Santos y Fluren (Love of Lesbian, Sidonie, Quique González...) del que se siente absolutamente satisfecha.

Antes que nada, quería preguntarte qué tal estás. ¿Cómo estás llevando toda esta situación en la que estamos inmersos?
Pues es raro, porque antes de ir a Operación Triunfo yo estaba limpiando y haciendo los bolos como podía, era una situación y ahora, después del programa, es otra situación totalmente distinta. No me ha pasado como a otros artistas que se les han caído cosas o que les ha cambiado su forma de vida. Para mí todo es nuevo, pero no por la pandemia. Sí que tengo un poco de frustración, porque tenemos ganas de tocar, pero bueno, hacemos todo lo que podemos, lo que prima ahora es esta situación, así que poco a poco.

¿Ha afectado a la salida del disco todo el tema del coronavirus? ¿Habéis tenido que retrasarlo o habéis podido mantener vuestro calendario?
Hemos seguido los planes que teníamos. Donde sí nos ha afectado es en los directos, pero a la hora de sacar el disco, no.

En realidad este es tu segundo disco, pero las circunstancias han cambiado mucho desde que grabaste tu debut hasta ahora, sobre todo por la repercusión pública que tienes actualmente. ¿Has notado presión para componer, grabar?
En el momento artístico no he sentido más presión. Sí que es verdad que ahora me lo tengo que pensar más antes de subir algo a Instagram o a Twitter, porque tiene más repercusión, igual puede influenciar a alguien; es una responsabilidad que en realidad no te acaba de corresponder, pero está ahí y ya está. También te digo que el tema de Operación Triunfo luego baja y cada cosa se pone en su lugar, al final lo que importa es tu trabajo. Pero sí, a la hora de hacer música, la verdad es que hemos conseguido escapar de eso y ser bastante libres.

"Me dolió mucho componer 'Selección Natural' porque en ella digo cosas que me ha dolido mucho escribir"

Sobre tu paso por Operación Triunfo, ahora que ha pasado ya un tiempo y puedes valorarlo con cierta distancia, no sé si se han cumplido las expectativas que tenías cuando entraste. ¿Ves algo negativo en tu paso por la academia?
La mayor parte de las cosas han sido positivas, mi gran ilusión era poder ir a grabar a un estudio increíble, con Santos y Fluren como productores, que son increíbles, poder llevar a mi banda a todos esos lugares… Esos eran mis sueños, yo fui a Operación Triunfo por y para eso. Yo tenía este disco en mente y no quería sacarlo como el Sobresalto, quería intentar, por lo menos intentar, tener más recursos y poder hacerlo mejor. Entonces, al final sí que se cumplieron mis expectativas. Sí que es verdad que yo, de entrada, no creía que me fuesen a coger, porque no tengo un perfil muy de reality, no había cantado una versión en mi vida, no sé inglés, no sé bailar… (risas). No cumplo los estándares, pero ellos han demostrado que también tienen perfiles distintos. Una vez dentro, yo pensaba que me iban a echar a la segunda semana (risas). No pensaba que iba a aguantar tanto allí. Y también es verdad que igual yo iba con esa mentalidad más fría de conseguir mi objetivo y ya está, y en realidad dentro sentí muchísimas cosas, hice mucha piña con mis compis, aprendí un montón de cosas… Y la parte negativa es que tu vida personal acaba exponiéndose allí, hay gente que conoce antes a la persona que a la artista, te conoce antes a ti que a tu trabajo. Eso sí puede ser negativo, porque yo no quiero que mi vida privada esté en ningún sitio, más allá de lo que cuento en las canciones.

Tú eres muy joven y no sé si lo recordarás, pero en las primeras ediciones ese programa estaba mal visto en el mundo de la música, había una sensación de que los artistas que salían de Operación Triunfo tenían muy poco margen de maniobra artística: les imponían los repertorios, los calendarios, los músicos… ¿En tu caso ha habido algún amago de eso, o has tenido libertad absoluta?
No. Para nada, para nada. Yo sigo con la gente de El Dromedario Records, mi discográfica. Tengo la suerte de que son amigos antes que compañeros de trabajo. Cuando salí de Operación Triunfo ellos querían trabajar conmigo y yo con ellos, así que todo ha sido muy fácil. Al final todas las decisiones las tomo yo, todo pasa por mí. Obviamente me dejo aconsejar, porque hay un montón de cosas de las que saben mucho más que yo, pero todo se ha hecho como yo he querido. Tengo mucha suerte porque estoy con la gente que quiero estar, y estoy super agradecida. Somos un gran equipo. Considero que tengo el mejor equipo que se puede tener, pero de lejos.

Vamos con el disco. ¿De cuándo son las canciones? ¿Todas recientes o has rescatado algo de material antiguo?
Empecé a escribir este disco cuando sacamos el Sobresalto, ahí ya me puse a componer. Alguna es de entonces, por ejemplo Oxitocina, que es de 2017, y, sin embargo, Fusión de núcleo la compuse en la cuarentena. Hay de todo, pero el concepto del disco y la mayoría de las canciones vienen de hace unos pocos años.

Has producido el disco con Santos & Fluren, que han trabajado con muchos de los artistas nacionales más importantes de los últimos años. ¿Cómo llegas a ellos? ¿Hay algún disco concreto que te gustara especialmente?
Sí, hay un disco que me marcó como persona y como música, que es "1999", de Love of Lesbian. Ese disco me cambió la perspectiva de la música. Vi un concepto, los videoclips, que los hicieron todos con Lyona, por eso hemos trabajado también con ella. Ahí pensé que si alguna vez podía, yo también quería hacer algo así de conceptual, algo que pueda generar un mundo propio, un universo aparte, me pareció increíble que además de hacer canciones que tengan su propio mundo interior, todo tuviese un halo como distinto. Me flipó y me hice muy fan, no solo de Love of Lesbian, sino de todo el equipo que había trabajado. Fue ese disco el que me permitió darme cuenta de cómo podía funcionar un proyecto así, que no son solo las canciones, ni solo la producción, ni solo los vídeos, sino que todo tiene que ir bien hilado. Eso lo descubrí con "1999", de Love of Lesbian.

"Mi gran ilusión era poder ir a grabar a un estudio increíble, con Santos y Fluren como productores, poder llevar a mi banda a todos esos lugares… Esos eran mis sueños, yo fui a Operación Triunfo por y para eso"

Entonces tus vídeos los has grabado con Lyona a raíz de ese disco también.
Sí, a mí me fliparon los vídeos de El club de fans de John Boy, Allí donde solíamos gritar… Son todos suyos y me volaron la cabeza. Yo no sé cuántos años tenía, dieciséis o diecisiete, pero me cambió la forma de ver las cosas.

El disco me ha parecido muy variado en cuanto a sonido. ¿Cómo ha sido el proceso? Imagino que compones sola, pero no sé si los arreglos los piensas también tú, o con la banda, o con los productores... ¿Llevabas la idea ya cerrada al estudio?
Hay algunas canciones en la que sí tengo las cosas claras a nivel de producción. Por ejemplo, en Melatonina, que yo tenía claros los golpes de bombo. Pero no siempre es así. Yo compongo sola y luego llevo las canciones al local y ahí ya tocamos, vamos jugando por encima. Para este disco estuvimos Gorka, uno de los guitarristas de la banda, y yo, con Santos y Fluren en el local y ahí fuimos montando estructuras, un poco por donde nos iba llevando cada canción. Luego ya llegó el resto de la banda y fuimos terminando de hilar. Es un trabajo en equipo. Además, me gusta mucho porque se trata de tocar, no pensamos, sino que nos ponemos a tocar y vamos viendo por dónde nos lleva, si va bien por ese camino, si ese parón que hemos hecho ha molado… Me gusta mucho, yo empecé a tocar con catorce años en los garitos y en los locales de ensayo, así que me encuentro muy cómoda cuando el proceso se basa en tocar. Es todo muy orgánico, nos dejamos llevar por lo que nos dice la canción.

Antes has mencionado un disco de Love of Lesbian que era conceptual, y creo que el tuyo, en cierto modo, también lo es, todos los títulos guardan relación entre sí. Cuéntame la razón, porque me parece curioso cómo has ido mezclando algo teóricamente tan frío y aséptico como los términos biológicos y científicos con lo que en realidad simbolizan, que son los sentimientos, el amor…
Bueno, yo siempre he sido muy... A mí de adolescente me tenían que decir todo el rato: “Maialen, pon los pies en el suelo”. Hubo una vez que le dije a una persona que le quería y me respondió que eso eran sustancias del cerebro, que no sabía si él las iba a tener o no. Yo me cabreé muchísimo, no podía ser que todo aquello que yo sentía de una manera tan intensa fuese solo química, no podía ser algo estudiable, algo biológico. Luego he tenido mucha ansiedad, he tenido agorafobia… Cuando terminé bachiller no sabía qué estudiar, porque yo quería ser música, pero empecé Psicología para intentar entender todo aquello que a mí me pasaba, y flipé, porque me di cuenta de que, efectivamente, en el cerebro pasan cosas químicas y estudiables, pero eso no resta para que sea igual de poético, igual de bonito. Todo ese lenguaje científico me pareció precioso. Cuando estudié los temas de Psicobiología, de las hormonas, de los neurotransmisores… Que no tengo ni idea, ¿eh? Solo estudié media carrera (risas). Pero me pareció tan chulo que empecé a aplicarlo a las canciones que estaba escribiendo. Por ejemplo, Melatonina es una nana que le escribí a mi abuelo: la melatonina es la hormona que regula el ciclo del sueño. Me pareció muy bonito jugar a eso, reconciliarme con esa parte y pedirle perdón después de haber estado toda la vida negándola (risas).

Entre todas las canciones, me ha llamado especialmente la atención Selección natural, tanto por la letra como por la música, con sus dos partes tan distintas. Dijiste que era el tema que más te había costado escribir. ¿Por qué?
Creo que es una sensación mía de siempre, la de sentir que todo el mundo va mirando por su ombligo todo el rato, y creo que siempre me he estado quedando atrás, desde pequeña, por circunstancias de la vida. Era algo que me dolía mucho y que estaba sintiendo, también en el mundo de la música, con el Sobresalto, que estaba intentando currar, hacer bolos… y yo veía este tema tan frívolo, tan feo muchas veces, que me recordaba esa sensación de cuando de pequeña me quedaba sola jugando. La primera parte la compuse después de un bolo de estos de mierda, que fue como la gota que colmó el vaso de muchas cosas. Y luego yo me encontré en Operación Triunfo, llegando bastante adelante en el programa, y sintiendo que yo estaba jugando también a esta cosa, porque estaba dentro de una competición y, aunque yo no sentía que yo estuviese compitiendo, en realidad había gente que se estaba yendo a su casa, ¿no? Ellos se iban y tú te quedabas y seguías hacia delante. Además estaba allí genial, no tenía la mente en otro sitio. Estaba viviendo por y para mí, que no tiene nada de malo. Es como un bucle, creo que no soy capaz de explicar la canción más que con la canción, tengo esa sensación. Pero me dolió mucho componerla porque en ella digo cosas que me ha dolido mucho escribir.

Sí, es como que hablas de la competitividad, no sé si de la sociedad en general o del mundo de la música en particular, y de que no quieres jugar a eso, aunque a veces sea inevitable, ¿no?
Claro, es eso. A veces te encuentras jugando a un juego y dices: “¿Cuándo me he metido y aquí? Si yo no quería”.

En Adrenalina cantas junto a Zahara, que a quien creo que sigues desde hace mucho tiempo, ¿no?
Sí, es increíble. Zahara es otra de esas cosas que me han hecho un clic en la cabeza. Cuando la descubrí y empecé a escuchar su historia, ella contaba cómo había pasado de Myspace a llenar garitos por toda España. Aparte de que su música me llegaba muy adentro, veía su forma de hacer las cosas y me flipaba. Siempre la he seguido y la he tenido como referente. Cuando no sabía qué hacer, miraba a ver qué hacía Zahara (risas). Cuando estaba en el casting de Operación Triunfo y me enteré de que iba a ser profesora, fue como: “Ahora sí que tengo que entrar, por favor. Tengo que conocer a esta mujer” (risas). Desde que compuse Adrenalina yo la escuchaba con su voz, aunque ni me planteaba que pudiese cantarla. Pero un día me decidí a proponérselo y me dijo que sí. Yo saltando de alegría, claro. Para mí es un homenaje hacia ella, yo le agradezco mucho que haya abierto un camino que hemos podido aprovechar otras artistas después.

En Endorfina canta un chico, pero no lo he reconocido. ¿Quién es?
Es Álex, de Nixon. Es un grupo de Almería. Me llevaron de telonera durante unos meses, hicimos ocho o nueve bolos. Ellos tenían ya su público y me lo regalaban a mí. Les dije que ojalá algún día pudiese hacer algo chulo por ellos. Y me pasó como con Adrenalina, que la escuchaba con la voz de Álex. Fue muy guay, porque ellos llevaban un año parados, ha estado muy bien.

Antes has mencionado a tu equipo de El Dromedario, y he visto que han preparado un lanzamiento con unos formatos físicos muy cuidados, con cedé y vinilo, con material extra… ¿Qué valor le das tú al formato físico, ahora que parece que se ha devaluado tanto y que la gente tira más de lo digital?
Yo soy muy friki del formato físico. Me gusta recibir las cosas como el artista quiere que las reciba, jamás escucho un disco en aleatorio. Me gusta recibir las cosas como una obra en sí, lo que hablábamos de 1999. A mí el formato físico me parece maravilloso. Es cierto que ahora se escucha música de otra forma, evidentemente el disco estará en Spotify y demás, no puedes salirte del sistema, y además está también genial, yo también escucho música en Spotify. Pero sí, queríamos cuidar mucho el formato físico. Además, todo el diseño lo ha hecho Ibai, uno de los dos guitarristas, así que sigue quedando todo en casa. En El Dromedario también son muy defensores del formato físico, así que nos hemos hipotecado y ahí está (risas).

Imagino que tus planes será empezar a tocas en cuanto salga el disco. He visto que has anunciado algún lugar grande como La Riviera de Madrid. ¿Qué previsiones tenéis?
No tenemos ni puñetera idea (risas). Nuestra situación ha cambiado muchísimo desde el Sobresalto hasta aquí por el programa, así que no sabemos. Las redes sociales tampoco son un espejo real de lo que va a suceder, eso es así. Lo que hacemos es apostar, y yo pienso que si apuestas te tienes que tirar. Prefiero estar comiendo lentejas toda la semana si así puedo invertir lo que tengo en lo que quiero hacer, esa me parece una buena decisión. Ojalá vaya bien, y si no, bajaremos el listón y adelante. Pero es que, entre la situación en la que estamos y lo de Operación Triunfo, no sabemos qué va a pasar. Todo el rato nos sorprendemos. Con Fusión de núcleo lo flipamos. Con la preventa lo hemos flipado…

Bueno, con la preventa se colapsó la web, ¿no?
No, cuando hicimos la preventa, en realidad nos hackearon la web, no sabemos qué pasó, pero alguien nos hackeó.

Vaya, algún simpático.
Sí, parece que estamos molestando a alguien. No sabemos a quién, pero sí.

Para terminar, Maialen. Este es tu segundo disco, pero de alguna forma es el primero, con la repercusión que tienes ahora y todo lo que hemos comentado. Si volviésemos a hablar dentro de cinco o de diez años, ¿en qué situación te gustaría estar?
Me fliparía tener otro proyecto entre manos, acabar de sacar otro disco o estar a punto de hacerlo. Y me gustaría mucho llenar la nevera, poder irme con mi perro al monte de vez en cuando. Que mi banda pueda vivir bien también. Y tocar. Poder producir con gente tan increíble como Santos y Fluren. Hacer música sin grandes pretensiones, todo lo que esté por encima de eso ya es un regalo. Y poder tocar, me da igual una sala, un garito… lo que sea. Vivir tranquila haciendo lo que me gusta. Fin.

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