No siempre llueve a gusto de todos, a menos de que hablemos de la música de Charlotte Day Willson. La cantautora y productora canadiense de R&B contemporáneo ha logrado cautivar a gente tan dispar como Drake, Patti Smith, James Blake, John Mayer, BADBADNOTGOOD y SG Lewis. Para comprenderlo en su totalidad nos conectamos con ella en una llamada Los Ángeles/Barcelona para hablar desde la comodidad de nuestras sudaderas sobre el proceso de mostrarte a través de la música. Me confiesa que desde que decidió dar por terminado el disco no lo ha vuelto a escuchar. “Es una de esas cosas que has escuchado tanto que llegas a un punto extraño en el que ya no sabes a qué suena exactamente mientras estás trabajando en él. Durante ese periodo es tu bebé, pero cuando lo acabas, y lo entregas al resto del mundo, de alguna manera ya no es tan tuyo, sino de los demás. Así que me he tomado un descanso. Ya no representa el momento en el que me encuentro, y cuando la gente lo escuche, habré evolucionado a nivel creativo hacia otro lugar. Pero este álbum me encanta”. Para “Cyan Blue” ha decidido dejarse llevar e “intentar dejar de ser tan perfeccionista”, cosa que parece difícil al escuchar un resultado tan exquisito. “Lo que más me obsesiona a nivel de necesitar ser una perfeccionista en ello es la música, las grabaciones, producir, la mezcla, todo eso. He contado con Jack Rochon como colaborador a lo largo de todo el disco. Ha sido genial tener a alguien con quien hablar y tener conversaciones en las que decir necesitamos no seguir obsesionándonos con esto. Y él llevó esa mitad del pastel. Esta vez, dejar que fuera otra persona quien tocara los instrumentos fue de gran ayuda para que yo no estuviera tan quisquillosa. Así que, para mí, todo fue sobre el relato. Se trató de hacer las paces con el hecho de que no todo tiene que estar articulado de una manera intencionada, y que podemos expresar pensamientos inacabados y eso es humano. Me he dedicado a buscar la manera de expresar pensamientos y momentos fragmentados, dar las puntadas exactas”.
"Al final lo que quiero es poder conectar con la gente. Esa es mi meta en la vida”
El resultado es un disco que se sumerge en un tono muy concreto de azul, el cian. “Cuando llevaba un mes metida en el proceso me di cuenta que estaba experimentando sinestesia de una manera que no había experimentado antes. Siempre asociaba mi música a tonalidades amarillas, naranjas, rojas, colores cálidos en general. El cian es el color entre el verde y el azul. Así que siempre fue sobre la intersección entre estos colores, como se encontraban y como yo me encontraba en medio de los dos. También es cierto que mis ojos son un poco de esta tonalidad, y siempre me ha interesado mucho como las cosas que acarreamos desde pequeños afectan a nuestra vida adulta. Y los ojos es a través de lo que experimentas la vida a lo largo de los años. Por eso de alguna manera siempre me encuentro escribiendo sobre que me gustaría poder ver la vida a través de mis ojos de cuando era una versión más joven de mi misma”. Justo este es el tema central de la canción que le da nombre al álbum. “Al final es un color muy subjetivo, lo percibimos muchas veces según la luz que lo atraviesa. Así que mi idea era poder reflejar un poco la idea del propio color como hay luz que atraviesa nuestros ojos y alguna la absorbemos y queda y, por otro lado, otra parte de esa luz continua su viaje. Y esto me pareció algo que se asemeja a cómo las personas pasan por nuestras vidas. La gente al entrar y salir de nuestras vidas deja una marca, nos cambia, para bien o para mal, y me gusta la idea de reconocer este impacto que tiene la gente en nosotros. Y al mismo tiempo comprender que tenemos nuestra propia luz que prevalece”. Esto da como resultado trece canciones que abarcan una especie de puzle de experiencias de la vida de la autora. Se superponen e interactúan entre sí en una instrumentación delicada y sin prisas. “Escribo desde un lugar muy personal. Sé que la gente va a escuchar mi música y va a descubrir cosas de mi que no suelo contar. Soy una persona, fuera de la música, muy reservada, así que es casi contraintuitivo estar compartiendo tanto de mí en mis letras. Pero esa es también la gran ironía de este don que he recibido. Las conexiones se crean a través de la vulnerabilidad, y no del estoicismo, así que es una bendición tener este lugar en el que dejar ir todos estos sentimientos y emociones. Al final lo que quiero es poder conectar con la gente. Esa es mi meta en la vida”.
La manera de Charlotte Day Wilson de narrar las experiencias de una manera tan personal acaba convirtiendo el sentimiento en algo universal. Encontramos rupturas en las que logra hacer que queramos tener el corazón roto con una visión plena al narrarlo. “Cuando me rompen el corazón me asusta muchísimo, pero al mismo tiempo tengo una salida para todos esos sentimientos. Cuando veo a la gente pasando por una ruptura, o por un dolor así, y no tienen este refugio artístico, me dan ganas de agitarlos y decirles ‘¡ESCRIBE UN ÁLBUM! ¡Haz algo con ello!’. Es un sentimiento tan intenso, poderoso y que lo abarca todo que si puedes cristalizar esos sentimientos en algo distinto, en algo mejor, puedes llegar a sentir que es un dolor precioso”. Pero también se encuentran canciones más seductoras como “Do You Still” o su propia interpretación de “Somewhere Over The Rainbow”. “Me planteé si contar esto en entrevistas, pero bueno, aquí estamos. La idea de hacer esta canción me vino pensando en cuando algunas chicas tienen una etapa gay, experimentan y, obviamente esto es un estereotipo, luego vuelven a su vida hetero. Pero yo lo he vivido desde el otro lado. He sido la persona con la que han experimentado pero luego deciden irse con un hombre. Y ese ‘over the rainbow’ es un poco el momento ‘over it’. Había cambiado más la letra pero al final no obtuvimos los derechos para hacerlo, así que al final solo cambié ese ‘over’ por ‘after’. Un poco para preguntar qué hay después para esa chica, pero también para mí”.
Antes de despedirnos le pregunto qué es aquello con lo que le gustaría que la gente se quedara del álbum y sobre todo de ella, al haber puesto tanto de si misma en “Cyan Blue”. “Lo que más me gusta de escribir es que puedo haber intentado escribir y transmitir algo desde mi experiencia, desde mi visión, pero cuando la gente lo reciba y lo viva a través de sus propias lentes acabará siendo una experiencia totalmente distinta. Así que no hay nada en concreto, pero estaré contenta con cualquier cosa que la gente pueda llevarse o que pueda ayudarles”.
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