Cerca de las estrellas

“2005” (SFDK Music/BOA) es o pretende ser alguna cosa más que un disco, el cuarto, de los andaluces. También aspira a convertirse, ya mismo, en el nuevo punto y aparte, en el inicio de una nueva etapa en el seno del grupo sevillano. Con sello propio, estudio propio y muchas cosas por decir y demostrar a sus seguidores, Zatu y Acción Sánchez han firmado el mejor disco de rap nacional de lo que llevamos de año.

“2005” tiene el sonido, las ganas, la motivación y la inspiración de aquellos discos que nacen con intenciones e ilusiones que van más allá del terreno estrictamente musical. “2005” se llama “2005” porque es el año de renacimiento de SFDK, la fecha que desea marcar un antes y un después en su trayectoria, y porque a su manera se quiere presentar como el primer gran disco del dúo sevillano. Aparte de la música, aquí hay aires y deseos de revancha, anhelos de dar a conocer un proyecto que engloba algo más que rimas y ritmos. Para Acción Sánchez, DJ y productor, el disco “es el inicio de nueva etapa. Es nuestra forma de presentar nuestra nueva vida, la renovación total que está teniendo lugar en el grupo. Por muchos motivos, lo consideramos como si fuera un primer disco, aunque se mantengan los mismos patrones del grupo”. Zatu, MC, añade: “He llegado a decirle a Óscar (Acción Sánchez) que tenía la sensación de estar sacando mi primer disco otra vez y tengo ganas y confío en que seguiremos superándonos”.La historia va así: SFDK, como la gran mayoría de grupos de hip hop españoles, han decidido jugársela y convertirse en sus propios amos, jefes y empleados. Es evidente que hay problemas en la industria hip hop española, sobre todo si tenemos en cuenta que los referentes más potentes de nuestra escena a escala popular han decidido huir de los respectivos sellos donde empezaron y abrirse camino en solitario. Algo no cuadra, básicamente las cuentas; y en el ámbito rap da la impresión que la relación de tira y afloja entre sello y artista titubea más de lo normal. En el caso del dúo sevillano, su relación con Zona Bruta se ha roto definitivamente y ha dado lugar a la fundación de su propio sello discográfico, SFDK Records, y a la necesidad de empezar de cero.

 (Zatu) “Desde ´Odisea en el Lodo´, nuestro disco anterior, la gente quería SFDK, estaba en el ambiente y yo quería más para mi grupo, supongo que como todos. Pero era nuestro momento, se masticaba, y en ese sentido el apoyo fue nulo; podría darte una lista de errores aquí, pero no quiero entrar al trapo, hubiera sido tan sencillo como decir ´Mira, esto no funciona, preferimos hacerlo nosotros´, y cada uno por su lado. Mi problema es con Nieves, no con Zona Bruta. Siempre llevaré en mi cabeza la frase que me dijeron cuando llegué allí por primera vez: ´este contrato lo firmamos por tener algo escrito, porque aquí todo funciona de colegueo´. Y cuando tuve que pagar de mi bolsillo unos kilitos por mí mismo fue un trauma, no podía entender cómo yo tenia que pagar por mí mismo. Y querían convencerme de que era muy difícil hacerlo nosotros, que no podríamos… La primera referencia de mi sello es mi maxi, nunca editamos uno en los cuatro años que estuvimos en Zona Bruta, porque supuestamente no servían de nada… pero ´Después de…´ es el más vendido de los maxis de hip hop en español de la historia, llevamos más de 9.000 copias, teniendo en cuenta que hasta ahora 5.000 era lo máximo quese había llegado a vender. Nada mas que decir”. (Acción Sánchez) “Creo que cualquier grupo que empieza tendría que firmar con algún sello, porque es la única oportunidad que tienes de sacar un disco. El problema es cuando el grupo empieza a ser más grande que el sello y eso no repercute en la banda de la forma que merecería. Creo que cuando se llega a esa situación es mejor conseguir pasta y empezar tu propia movida”. 

La situación, atendiendo al funcionamiento actual de la industria global, a sus problemas y al estado de constante conflicto que afecta, ya desde un prisma más concreto, al rap, no parece especialmente esperanzadora. Desde que el hip hop autóctono se ha convertido en un género más o menos asentado en nuestra geografía, son ya numerosos los casos en que hemos podido asistir a rupturas y situaciones de conflicto entre unos y otros. (Zatu) “Realmente nadie sabe lo que firma, la mayoría de nosotros somos niños que en su vida han leído un contrato. La gente que lleva compañías, aunque sean independientes –no hace falta que sean las multis–, coge a cualquier chaval que lo único que quiere es sacar un disco de cualquier manera, ya no por el dinero, si no por el hecho de poder sacar su mierda, y lo torean. Llevan una vida en esto, todos vienen de haber estado trabajando en lo mismo pero en otro tipo de música, y nosotros somos raperillos de mierda que no sabemos nada. Todo puede ir bien, pero el día que surjan diferencias, ellos no van a salir perdiendo, te lo aseguro. También queda mamar y callar, pero no es lo mío, hay que apostar fuerte por SFDK y para eso estamos nosotros. No es por dinero, es por mi grupo, nadie cree tanto en él como nosotros, entonces somos los más indicados para estar detrás, nosotros llevamos el concepto de lo que queremos que se vea de SFDK y cómo queremos que llegue a la gente; pero no podemos hacerlo solos, la promoción, la gira.., por lo que tenemos que contratar a gente para que nos lo haga y eso vale dinero. No pretendo hacerme rico con mi compañía, sino que mi grupo esté en primera en línea; yo me dedico a la música y nos va bien tocando, que es realmente donde te lo pasas bien. Al fin y al cabo los discos no acabarán siendo más que una forma de promo para salir a dar conciertos”. Y esto deriva en una mirada mucho más realista y acertada sobre lo que está aconteciendo a día de hoy en nuestro país. Quien haya querido creerse la gran mentira del hip hop nacional como una vía de ingresos fáciles y ventas rápidas, como una moda que reporta beneficios de todo tipo, necesita, desde ya, bajar de su particular nube. (Acción Sánchez) “El rap aquí no vende tanto, para nada. No vende ni una tercera parte de lo que puede llegar a vender un disco de pop más o menos exitoso. Los medios han querido dar una imagen muy glamurosa o exagerada del rap español, pero la realidad es mucho menos envidiable. Esto es tan sencillo como decir que el grupo que toca y da muchos conciertos puede vivir de esto; pero el grupo que apenas toca y espera vivir de la venta de discos debe buscarse algún trabajo”.Fuera de los turbios senderos de la industria, “2005” implica muchos frentes inéditos, muchas novedades. Nuevo sello, nuevos ánimos y también un nuevo sonido. A título personal, sus inicios más hardcore y rugosos nunca fueron santo de mi devoción: los loops de cuerdas y el acento oscuro y barroco de las bases se me antojaban limitadas, uniformes y repetitivas, sin chispa ni identidad propia. Sobresalía el flow gracioso y contundente de Zatu, como siempre, pero entonces el trasfondo musical no conseguía despertarme tanto interés. A toro pasado, “Siempre fuertes” se define como un debut confuso, que se deja llevar por el ímpetu y las ganas de decir cosas, que muestra más interés y energía en el hecho de poder expresarse que en el contenido y la forma de presentarse al público. El segundo álbum, “Desde los Chiqueros”, daba fe de una mejora considerable en el organigrama de la banda, a mi modo de ver todavía errático y demasiado apegado al sonido de la época. De hecho, hasta “2001 Odisea en el lodo”, tercero de su currículo, no se vio lo mejor del grupo: la remodelación de los postulados sonoros hacia territorios más funk y soul, más abiertos y orgánicos, supuso el verdadero toque de atención de SFDK. En todo caso, nada comparable a “2005”, álbum de ejemplar y encomiable solidez, rocoso y con capacidad de impacto, voluble en cuanto a tonos y estados de ánimo (hay humor, agresividad, ironía, mala leche y ca